Las izquierdas frenan su articulación
La plataforma de Yolanda Díaz no concretará a medio plazo su estructura
Sin noticias recientes del frente amplio de la izquierda cuyo liderazgo recaerá en la vicepresidenta segunda del Gobierno y ministra de Trabajo, Yolanda Díaz. La ausencia de acción ostensible dista de certificar su abandono o su muerte. No es momento, no se dan las condiciones y sería contraproducente ponerse manos a la obra para construir una plataforma que uniera a las izquierdas para las elecciones de 2023. Estos son argumentos que dan los interlocutores consultados, para no precisar cuándo empezará la articulación del proyecto. No dan un paso atrás; tampoco adelante, de momento. Su aval a medio y largo plazo es seguir como están ahora: trabajar en política y en políticas pero no empezar la discusión sobre la estructura, las siglas y los nombres. No quieren que se les vea enfrascados en una discusión de preparación electoral. Las dificultades objetivas para acordar la articulación del proyecto, son una razón poderosa para no apresurarse.
El espíritu del Olympia, que nació el pasado 13 de noviembre, en ese teatro de la ciudad de Valencia, vive aunque no se haya corporeizado, señalan fuentes autonómicas de una de las formaciones comprometidas. Los tiempos electorales que vienen, Castilla y León, el próximo 13 de febrero, y Andalucía, probablemente en junio, no invitan al optimismo de la izquierda. Esas expectativas nada halagüeñas aconsejan a los impulsores de la plataforma izquierdista, progresista o transversal, no presentarse de inmediato en forma de opción electoral, como primera seña de identidad.
Los ecos del “presidenta”, con los que fue acogida Yolanda Díaz en ese acto de la capital valenciana, no se han apagado. Con ella estuvieron, y siguen, la vicepresidenta de la Comunidad Valenciana, de Compromís, Mónica Oltra, la líder de Más Madrid, Mónica García, ganadora en la izquierda en las elecciones en los comicios madrileños de mayo pasado; la alcaldesa de Barcelona, Ada Colau, de En Comú Podem, y la portavoz y líder del movimiento Por la Dignidad de Ceuta, Fátima Hamed. Cada una sigue en su cometido, pegadas a la política en el ámbito que le corresponde. De eso se trata.
En tanto llega la negociación en serio sobre estructuras y posición en las listas, las encuestas sitúan a Unidas Podemos en una posición no precisamente ascendente pero con Díaz en una excelente valoración. El proyecto de Más País, liderado por Íñigo Errejón, no sube e incluso baja ligeramente respecto a sus resultados de 2019. Su triunfo en Madrid, con Mónica García a la cabeza, tuvo mucho que ver con la fuerza de la candidata que conectó con una franja amplia del electorado progresista y mandó al PSOE al tercer puesto.
El adelanto electoral en Castilla y León tiene a Ciudadanos como voz sonora de la protesta, al no encontrar la menor justificación para la ruptura del Gobierno de coalición. El resto de los partidos especula sobre el error de las encuestas para desalojar del ambiente las previsiones demoscópicas de un colosal triunfo del PP y una representación de Vox muy notable. Al PSOE, siempre según las encuestas, no le irá bien, al quedar lejos de ser primera fuerza política como sí consiguió en 2019. Unidas Podemos obtuvo dos actas. Estos comicios prematuros interrumpen el plan de Ione Belarra, líder de Podemos y ministra de Derechos Sociales y Agenda 2030, de crecer con el foco en esa región.
No solo Castilla y León marcará 2022 como año electoral; Andalucía será el siguiente. En el mes de enero empezarán las conversaciones entre las tres fuerzas de la izquierda —fuera del PSOE— Unidas Podemos, Adelante Andalucía y Andaluces Levantaos, para estudiar si puede haber un acuerdo de unidad electoral. En este último están integrados Más País, de Íñigo Errejón, Andalucía por Sí e Iniciativa de Pueblo Andaluz. Esos comicios apuntan a una victoria rotunda del PP con el complemento de Vox para gobernar. Esta realidad no indica en absoluto que sea suficiente acicate para que esos tres partidos de la izquierda andaluza concurran juntos. Las peleas han sido agrias y sin tregua.
Con este panorama electoral, el proyecto de Yolanda Díaz, impulsado por las políticas que se reunieron en Valencia, va a mantenerse en el ámbito de la discusión política. No es el momento de abrir una negociación en la que aflorarán las discrepancias de programa, de estrategia y de personas. Solo el liderazgo de Yolanda Díaz es incuestionable. Sí mantiene su plan de “conversar” con el país. Sin siglas y sin nombres.
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