Interior traza un plan contra el tráfico de marihuana cuando España ya encabeza la producción en Europa
Las incautaciónes se han cuadruplicado en cinco años con más de tres millones de plantas aprehendidas en 2021
El ministro del Interior, Fernando Grande-Marlaska, junto al director de Centro de Inteligencia contra el Terrorismo y el Crimen Organizado, Manuel Navarrete, han presentado este martes un Plan Nacional de Actuación contra la Criminalidad Asociada a la Producción y Tráfico de Marihuana, cuando España ya encabeza la producción de esta droga a escala europea, tras haber casi duplicado a Países Bajos, hasta ahora los mayores productores. En lo que va de 2021 las fuerzas y cuerpos de seguridad se han incautado de más de tres millones de plantas. Un nuevo récord, que se supera año tras año en nuestro país y que denota las enormes dimensiones de un negocio ilícito.
Interior trata ahora de aunar esfuerzos con todas los cuerpos policiales, coordinados desde el Centro de Inteligencia contra el Terrorismo y el Crimen Organizado (CITCO), para combatir la producción y el tráfico de esta droga que, pese a contar con una mayor aceptación social, está siendo manipulada para incrementar sus niveles de THC (componente psicoactivo de la planta) y es ya un “grave peligro para la salud pública”, según han señalado.
Son varios los motivos que han propiciado este nuevo plan, que es más una declaración de intenciones que un conjunto de medidas concretas. Por un lado, la “alarmante y constante progresión de las incautaciones” por parte de miembros de todas las fuerzas y cuerpos de seguridad. Por otro, la “implantación en España de numerosas bandas balcánicas” especializadas en la distribución por toda Europa de esta droga. Unas organizaciones que llevan aparejadas “un incremento de la violencia y de la criminalidad”, con la consecuente introducción de armas en nuestro territorio, han destacado.
Además, el plan pretende abordar “las dificultades de destrucción de las plantas” aprehendidas. Las plantaciones han aumentado diez veces su tamaño: “De 1.200 plantas a 12.000 en los últimos años″, según Navarrete. Y se quiere ejercer “un mayor control ante la proliferación de asociaciones y clubes cannábicos”. Por último, busca ponerle coto a la fiebre del cáñamo (no industrial) que tantos quebraderos de cabeza viene dando a los cuerpos de seguridad, afanados en desmantelar —valiéndose de una legalidad difusa— enormes plantaciones.
El objetivo global de este plan es, según explicó Marlaska, “potenciar la coordinación y cooperación entre todos los cuerpos y fuerzas de seguridad del Estado y aumentar su eficacia en el conjunto del territorio nacional para reducir el nivel de amenaza que representa el cultivo y tráfico ilegal de la planta del cannabis y sus productos derivados”.
En el cultivo de cannabis y el tráfico de marihuana “operan ya verdaderas organizaciones trasnacionales con una potente actividad policriminal y provistas de gran logística y movilidad”, señalan en Interior. “Su actuación está generando un aumento de la violencia intracriminal y hacia las fuerzas de seguridad, así como la aparición de ilícitos asociados como el blanqueo de capitales, trata de personas o el favorecimiento de la inmigración irregular para la explotación laboral de las víctimas que cuidan las plantaciones de cultivo, donde son sometidas a condiciones de trabajo inhumanas”, destacó Marlaska. Al igual que fraudes a las compañías eléctricas por los desvíos de suministro hacia las plantaciones a cubierto.
“Antes eran grupos que no estaban organizados y ahora son verdaderos entramados criminales para facilitar la logística”, señaló el ministro. “Han experimentado un enorme crecimiento en los últimos años, y ya hay tantas organizaciones como las dedicadas a la cocaína o al hachís”, añadió.
Según han señalado los expertos, las razones por las que España es ya hoy el primer país de Europa en la producción y exportación de marihuana tienen que ver con las condiciones climáticas que se dan en el país, con la cantidad de suelo y áreas despobladas, con los numerosos locales y naves vacías, y con el fácil acceso a las semillas y a los equipos de crecimiento de las plantas.
Mayor reproche penal
Tres son los objetivos del Plan presentado este martes: “Incrementar la detección y desarticulación de grupos de crimen organizado dedicados a estas actividades delictivas; disminuir los canales de distribución de la marihuana, y favorecer la destrucción —a poder ser in situ— de las plantaciones, así como la inutilización y/o destrucción de los medios empleados para el cultivo”.
Respecto a un cambio normativo que eleve el reproche penal de los delitos asociados con la producción y el tráfico de marihuana, el ministro Marlaska se mantuvo cauto, aunque no negó que es una cuestiónque está en estudio. “Estamos evaluando proponer cambios normativos si fuera necesario y preciso, pero eso hay que hacerlo con reflexión porque existe un principio de proporcionalidad que debemos adecuar a las circunstancias. Exige una mayor reflexión”, ha dicho.
La vigencia del plan será de un año, aunque podrá revisarse y ampliarse en caso necesario, y será coordinado desde el CITCO.
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