El temporal remite en el norte tras provocar inundaciones en Asturias y Cantabria
El Principado baja el nivel de alerta a 0, de posibilidad de desbordamientos localizados, mientras que los pacientes evacuados del hospital de Arriondas siguen desplazados
Las intensas precipitaciones que dejó este miércoles en la cornisa Cantábrica la borrasca que ha barrido el norte peninsular han comenzado a remitir. El Principado de Asturias, donde se han registrado numerosas inundaciones y se ha desalojado el hospital del concejo de Arriondas, ha decretado el nivel 0 de alerta ante posibles inundaciones localizadas. La zona más afectada ha sido el oriente del Principado, donde se han registrado precipitaciones de más de 100 litros por metro cuadrado recogidos a lo largo de toda la jornada, al igual que varios puntos del oeste de Cantabria. Esas lluvias han provocado el desbordamiento de varios ríos.
El aumento desmedido del caudal del Sella y del Piloña en Arriondas hizo que a 26 personas ingresadas en el centro hospitalario de la villa se les diera el alta anticipada y a otras 29 se las derivara a otras dependencias sanitarias. Las ambulancias trasladaron a 15 de ellas al hospital Valle del Nalón de Langreo, 11 al de San Agustín de Avilés, dos al Álvarez Buylla de Mieres y uno al Cabueñes de Gijón. El presidente de Asturias, Adrián Barbón (PSOE), que acudió a esta zona afectada por el agua, ha admitido la inadecuada ubicación del hospital de Arriondas, que ha padecido tres episodios de estas características en los últimos 11 años, el anterior en 2019. El dirigente ha asegurado que cuando se construyó ese suelo no estaba calificado como “inundable”, al tiempo que ha lamentado la “situación presente” ante las lluvias torrenciales y ha destacado la inversión de 17 millones de euros comprometida entre los gobiernos central y autonómico para acometer mejoras. A los evacuados de ese centro médico se añaden las casi 600 personas que suman los alumnos y el personal del colegio público Río Sella y del instituto El Sueve, también desalojados.
El Servicio de Emergencias del Principado de Asturias (SEPA) registró durante este miércoles 53 cortes de carretera, 34 inundaciones de la red viaria, 20 inundaciones y ocho ríos desbordables. Las tormentas provocaron también que se cortase el tráfico ferroviario entre Piloña y Llanes.
Este jueves por la mañana la consejera de Presidencia, Rita Clambor, ha reducido el plan de inundaciones autonómico a “situación 0″ ante las “previsiones meteorológicas y la evolución de los niveles” de los cauces. Este baremo indica que pueden darse inundaciones “localizadas” que podrán atenderse “mediante los medios y recursos disponibles en la zona”, pues en esta y las próximas jornadas el Principado va a seguir recibiendo lluvias intensas.
Lucía Claros, de la comisaría de Aguas de la Confederación Hidrográfica del Cantábrico, precisa que en los dos próximos días se prevén “niveles de precipitación más moderados, en disminución”, y avisa de que en la madrugada del sábado puede llover con intensidad en las cuencas orientales del Cantábrico. “Hasta entonces se prevé que continúe el descenso de niveles en los ríos de las cuencas cantábricas”, insiste.
Pese a estos indicios de mejora, la localidad de Arriondas mantendrá un puesto de mando avanzado móvil del servicio de emergencias y efectivos de los bomberos.
El SEPA ha comunicado también que durante el miércoles el teléfono del 112 recibió un 21% más de llamadas que otros días. Dos de las intervenciones más inusuales de los empleados de rescate consistieron en la asistencia mediante canoa a dos personas, una en Cangas de Onís y otra en Parres, que quedaron aisladas por las crecidas. Ninguna requirió asistencia sanitaria y fueron atendidas por unos familiares tras su rescate.
Cantabria recobra la normalidad
El sector occidental de Cantabria fue el principal perjudicado por la borrasca, especialmente por los estragos del miércoles. La situación se ha relajado en esta jornada del jueves, con los ríos ya en cotas convencionales en estas épocas del otoño, pero dejó momentos de tensión en el entorno del Saja, el Nansa y el Deva.
El punto más crítico se registró a última hora de la tarde del miércoles, cuando las mareas altas coincidieron con las grandes cantidades de agua que corrían por los cauces fluviales y anegaron algunas partes de Unquera, Molleda y Virgen de la Peña, donde algunos vecinos aprovecharon para botar barcas por las calles de los pueblos. El 112 cántabro ha informado de 22 intervenciones, a causa de 46 llamadas motivadas por la lluvia, entre las siete de la mañana y las siete de la tarde. El litoral, el centro y los valles de Liébana y Villaverde se encontraron en alerta amarilla hasta última hora de la noche. “Noche tranquila”, ha informado este servicio en la mañana de este jueves. Portavoces del sistema autonómico de emergencias hablan de “normalidad” y señalan que se conserva el nivel de preemergencia con varios seguimientos hasta que en la tarde de este jueves se valore si se desactiva o se espera hasta el viernes.
El interior se ha visto afectado también por las precipitaciones, pues las poblaciones de la Cordillera Cantábrica han tenido que aguantar varias horas de lluvia sin tregua. Es el caso de Cabezón de la Sal, Torrelavega o Reinosa, que sufrió sus inundaciones más graves hace dos años. Tanto entonces como ahora se denunció que los cauces de los ríos no están cuidados y, por tanto, acumulan residuos o troncos de árboles caídos que provocan tapones, balsas o inundaciones si se dan temporales intensos. También algunas localidades del norte de Castilla y León han acusado precipitaciones persistentes.
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