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Otegi, a las víctimas, en el décimo aniversario del fin de ETA: “Sentimos enormemente su sufrimiento. Eso nunca debió ocurrir”

El coordinador general de EH Bildu reconoce que nada de lo que diga reparará “el daño causado” y reclama el final de la dispersión de los presos de la banda terrorista

El coordinador general de EH Bildu, Arnaldo Otegi, a la izquierda, y el secretario general de Sortu, Arkaitz Rodríguez, este lunes.Vídeo: J. ETXEZARRETA (EFE)
Mikel Ormazabal
San Sebastián -

El coordinador general de EH Bildu, Arnaldo Otegi, y el secretario general de Sortu, Arkaitz Rodríguez, han reivindicado este lunes en el Palacio de Aiete de San Sebastián a “todas las víctimas”, pero han hecho “una mención especial” a las “víctimas de la violencia de ETA”. “Queremos trasladarles que sentimos su dolor y afirmamos que nunca debería haberse producido. A nadie puede satisfacer que aquello sucediera. No se debería haber prolongado tanto en el tiempo. Deberíamos haber llegado antes a Aiete [en referencia al anuncio del fin de ETA en 2011]. Desgraciadamente, el pasado no tiene remedio. Nada de lo que digamos puede deshacer el daño causado. Pero estamos convencidos de que es posible aliviarlo desde el respeto y la memoria. Sentimos enormemente su sufrimiento y nos comprometemos a mitigarlo”, han dicho ambos dirigentes, primero en euskera y luego en castellano.

Esta es la primera vez que la izquierda abertzale pide perdón (aunque sin usar esa palabra expresamente) de forma específica a las víctimas de ETA. Hasta ahora, siempre las había integrado en la fórmula “todas las víctimas”, sin hacer ninguna distinción entre ellas y las víctimas de lo que Bildu llama violencia del Estado. Esta vez, Otegi ha ido un paso más allá al afirmar que siente “de corazón” el “daño causado” por la banda terrorista, que provocó 853 muertes en cinco décadas de asesinatos, secuestros, extorsión y sabotajes. Es un sentimiento “sincero”, ha dicho el líder independentista, que no ha llegado a condenar, sin embargo, la violencia etarra.

El reconocimiento del daño causado por la banda terrorista ha sido la principal reclamación que venían realizando el resto de formaciones políticas y mandatarios, como el presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, y el lehendakari, Iñigo Urkullu, a EH Bildu. Esta coalición ha esperado a este momento, cuando se cumplen 10 años desde que ETA anunció el fin de su actividad terrorista para tener ese gesto con las víctimas. En una manifestación pública sin precedentes, Otegi y Rodríguez han querido hacer una mención “específica” a estas para trasladarles que lamentan su dolor y les trasladan “respeto, consideración y memoria”.

La “declaración solemne”, de cinco puntos y titulada Declaración del Dieciocho de Octubre, ha sido leída primero en euskera por Rodríguez y después por Otegi en castellano. Ambos han alabado el proceso llevado a cabo por ETA para su final ―”No había trampa”, han subrayado― y posterior desarme “total y completo”; han ratificado el compromiso de la izquierda independentista con las “vías exclusivamente democráticas y pacíficas”; han reivindicado “una solución a la cuestión de los presos” terroristas y, finalmente, han reclamado el reconocimiento del pueblo vasco como una nación.

La mención a las víctimas figura en el punto número tres de la declaración. La izquierda abertzale se reafirma en que “una paz justa y duradera necesita del reconocimiento y reparación de todas, absolutamente todas las víctimas”. Pero, a renglón seguido, hace una mención “especial y específica” a las víctimas causadas por la violencia de ETA: “Queremos trasladarles nuestro pesar y dolor por el sufrimiento padecido”. Reconoce que el daño causado ya “no tiene remedio”, pero se compromete a “tratar de mitigarlo”, sin especificar de qué manera. Y admite que este reconocimiento llega tarde.

Hace tres años, la banda terrorista pidió perdón por sus actos a una parte de las víctimas, a aquellas a las que definió como “ciudadanos y ciudadanas sin responsabilidad en el conflicto”. ETA mostró entonces el “respeto a los muertos y las víctimas” que causó, pero sin aclarar a cuántas y cuáles de ellas excluía de su petición de perdón.

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“No había cálculo táctico”

Otegi y Rodríguez han comparecido, sin admitir preguntas, en el mismo escenario en el que el 17 de octubre de 2011 se leyó la Declaración de Aiete (tres días después, ETA anunció el fin del terrorismo) en presencia de diferentes autoridades, como el ex secretario general de la ONU, Kofi Annan; el presidente del Sinn Féin irlandés, Gerry Adams, o el diplomático británico Jonathan Powell. En la comparecencia no ha participado ningún otro representante de Eusko Alkartasuna, Aralar o Alternatiba, que también integran la coalición EH Bildu.

En el primero de los apartados, Rodríguez y Otegi han asegurado que 10 años después del final de la violencia, “se ha constatado que ETA ha cumplido sus decisiones”. En el segundo han remarcado: “No había trampa, no había un cálculo táctico. El compromiso con vías exclusivas, por las vías democráticas respondía y responde a profundas convicciones éticas. Es una decisión para siempre”. En el cuarto, han pedido el final de la dispersión de los presos etarras (una situación que ya se ha mitigado considerablemente en los últimos dos años, con el acercamiento progresivo de los presos a cárceles cercanas al País Vasco): “Hace falta una solución a los presos y presas. Es un reto ineludible que pasa por poner fin a la política penitenciaria de excepción. Queremos reivindicar el papel decisivo del colectivo de presos. Sin ellos no hubiera sido posible”. Y por último, Rodríguez y Otegi han pedido “respeto y reconocimiento” porque, han dicho: “Somos un pueblo, una nación”.

El próximo miércoles se cumplirán 10 años desde que la banda terrorista anunciara el cese definitivo de la violencia. Otegi fue entonces protagonista, como líder de Batasuna, de un diálogo con el que fuera presidente del Partido Socialista de Euskadi, Jesús Eguiguren. Este fue quien transmitió al entonces presidente del Gobierno, José Luis Rodríguez Zapatero, que Otegi pretendía que el Gobierno y ETA abrieran un diálogo. Las conversaciones entre el Ejecutivo y la banda primero, y las consecuencias dentro de la izquierda abertzale tras la ruptura de la tregua de ETA con el atentado del aeropuerto de Barajas en 2006, junto a la lucha policial y judicial contra la banda, marcaron el camino hacia el fin del terrorismo. Diez años después del final de la violencia, Zapatero pedía autocrítica a EH Bildu el pasado domingo en EL PAÍS: “Tienen que hacerla. Necesitan tiempo. Debe surgir de ellos como lo hicieron en el fin de ETA. Todos podemos aportar fomentando el debate. Les iremos escuchando”.

Las víctimas de ETA han coincidido en que el pronunciamiento de la izquierda abertzale al reconocer el daño causado por la banda terrorista es insuficiente y le han exigido más pasos, como la condena del terrorismo etarra, que los presos ayuden a esclarecer crímenes que siguen sin resolver o que acaben los homenajes a los etarras excarcelados. La Asociación de Víctimas del Terrorismo (AVT) ha reclamado a Otegi que pida a los reclusos de la banda que “colaboren con la Justicia”, la misma exigencia que ha hecho Vox tras conocerse la declaración de hoy.

Dignidad y Justicia ha valorado negativamente las manifestaciones de la izquierda abertzale. Son “un perdón que no se cree nadie”, ha afirmado el presidente de esta asociación, Dani Portero. Covite, en cambio, ha puesto en valor las palabras de Otegi porque suponen “un salto cualitativo” y “una novedad evidente”. “Valoramos positivamente”, ha dicho la presidenta del colectivo de víctimas, Consuelo Ordóñez, “el reconocimiento del daño personal causado por ETA a las víctimas y que ETA nunca debió haber existido”. Pero le ha pedido que este paso traiga consigo más movimientos, como el cese de los homenajes a los presos etarras, que a estos se deje de llamar presos políticos y acabar con las peticiones de excarcelación de los terroristas con delitos de sangre.

Declaración del 18 de octubre. Si no puede verlo, pinche aquí.


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Sobre la firma

Mikel Ormazabal
Corresponsal de EL PAÍS en el País Vasco, tarea que viene desempeñando durante los últimos 25 años. Se ocupa de la información sobre la actualidad política, económica y cultural vasca. Se licenció en Periodismo por la Universidad de Navarra en 1988. Comenzó su carrera profesional en Radiocadena Española y el diario Deia. Vive en San Sebastián.

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