Gabilondo pide ayudas para la hostelería y medidas más duras ante la permisividad de Ayuso

Los bares y restaurantes se han convertido en una de las trincheras donde la batalla electoral de Madrid se librará con más intensidad. Ángel Gabilondo criticó el lunes las escenas de “turismo de borrachera” del fin de semana y ha instado en restringir la movilidad para frenar la cuarta ola en la comunidad con las medidas más laxas y la mayor presión hospitalaria. Isabel Díaz Ayuso ha eludido toda responsabilidad y ha afirmado que el Gobierno tiene la competencia para evitar las concentraciones. El candidato del PSOE le ha instado a destinar 80 millones de euros en ayudas a la hostelería.

Madrid es la única comunidad que no ha dado ayudas directas a los hosteleros, pero la presidenta de la región y candidata del PP parte con ventaja en el sector, que cuenta con más de 145.000 trabajadores en la región. El Gobierno de Ayuso no ha adelantado el toque de queda en Semana Santa y lo mantiene desde las 23.00 hasta las 6.00. Pese al empeoramiento de los datos de la pandemia, tampoco se han endurecido las medidas en la restauración: los hosteleros de Madrid pueden admitir clientes hasta las 22.00, una hora antes de echar el cierre. El máximo de comensales en terraza son seis por mesa, y de cuatro por mesa en el interior de los locales. El servicio en barra está suspendido.

En este contexto, mucho más permisivo que en el resto del país y de buena parte de Europa —”Yo no me sentiría responsable”, afirmó en febrero el presidente de Galicia, Alberto Núñez Feijóo, el único con mayoría absoluta del PP, sobre las políticas de su compañera de filas—, las celebraciones del fin de semana en pisos y en las calles de la capital, protagonizadas en buena parte por turistas franceses sin mascarillas que incumplían el toque de queda y la distancia de seguridad, han marcado la agenda de la larguísima campaña electoral del 4-M, que formalmente empieza el 18 de abril. “Señora Ayuso, la libertad no es el desmadre de este fin de semana. La libertad ni es este disparate ni minimizar el riesgo por el virus. Lo que estamos viviendo es un sinsentido. La situación no solo es inexplicable; es intolerable”, ha reprobado Gabilondo. El PSOE propuso adelantar el toque de queda a las 22.00 en las zonas donde la incidencia sea superior a 300 casos por 14 días (algo que no ocurre todavía en Madrid).

“El problema no es si viene un francés a Madrid a beber, es si viene o no contagiado. Mientras se cumplan las normas, que yo sepa, un francés no contagia más que un chamberilero”, le ha respondido la presidenta de Madrid. Ayuso, que ha atribuido la competencia para evitar concentraciones al Gobierno de Sánchez, así como el control de Barajas y las estaciones de tren, no ha respondido a la propuesta de Gabilondo de destinar 80 millones a la hostelería. Con ellas, según el líder de la oposición, se paliarían los efectos de un control más estricto de los aforos y horarios del sector de la restauración. Gabilondo ha explicado que esta partida saldría del fondo de contingencia de más de 100 millones que figura en los presupuestos de Madrid, que fueron aprobados por última vez en 2019 —el presidente era Ángel Garrido— y que, desde entonces, han sido prorrogados dos veces. Ayuso no ha presentado un proyecto de cuentas públicas ni para 2020 ni 2021.

Ayuso: El problema no es si viene un francés a beber, es si viene contagiado

“Madrid tiene dinero y es la única comunidad que no ha concedido ni una sola ayuda directa al sector. Reclamo un Consejo de Gobierno extraordinario esta semana que articule de manera urgente esta medida. Hay que actuar ya”, ha reiterado Gabilondo. Si gobierna, el aspirante del PSOE se compromete a aprobar un plan con 1.300 millones en ayudas directas y subvenciones a largo plazo que también incluiría al comercio y empresas industriales. Ayuso ha insistido horas después en que los comerciantes y hosteleros serían de los más perjudicados por la política fiscal de los socialistas: “Sus políticas sectarias, de subidas de impuestos, les afectará ellos a los que más”.

La evolución de la pandemia ganará relevancia conforme la situación empeore después de Semana Santa. La cuarta ola es una amenaza para Madrid, la comunidad con mayor ocupación en plantas hospitalarias y cuidados intensivos. La comunidad tenía los peores datos de contagios hasta que este lunes le superó Navarra con 266 por 100.000 habitantes en 14 días. Madrid era desde hacía semanas la autonomía con la mayor incidencia —255 según los últimos datos de Sanidad, una cifra superada en Melilla (503) y Ceuta (269), frente a la media estatal de 149—, el mayor porcentaje de camas ocupadas —12,63% por el 6,5% nacional: 2.146 de las 8.076 personas ingresadas por covid en toda España— y lo mismo sucedía en las UCI (35,58%, por encima del 18,76% estatal). De los 1.861 ciudadanos en cuidados intensivos, 439 se concentran en Madrid (449 en Cataluña).

Desde el inicio de la pandemia, 14.512 personas han fallecido por coronavirus en Madrid, según las cifras oficiales (en la primera ola no se le practicó una prueba que confirmase la enfermedad a muchas víctimas), lo que representa al 19,3% de todas las muertes en España (75.199). La población de Madrid, la comunidad con mayor densidad de población después de las ciudades autonómicas, es el 14,3% de la española. “O nos tomamos en serio la cuarta ola y la frenamos o dejamos que el negacionismo de la Plaza de Colón ponga en riesgo más vidas. Hay que poner fin a tanto absurdo. Aquí no queremos sucedáneos de Donald Trump”, ha remarcado Gabilondo. Al igual que Sánchez el pasado fin de semana, el aspirante del PSOE ha incidido en la posibilidad de un Gobierno bipartito de PP y Vox en la Puerta del Sol: “Tenemos que evitar que Madrid sea la primera región europea gobernada por la ultraderecha”.

Gabilondo, que confía en que “la razón se impondrá a la demagogia y los eslóganes ridículos basados en una visión sectaria”, en referencia al “socialismo o libertad” que Ayuso reconvirtió en “comunismo o libertad” tras conocerse la candidatura de Pablo Iglesias, también planteó que se aumenten los cribados en las zonas más afectadas. “En Extremadura, la comunidad con menos renta, se hacen cribados voluntarios. No puede ser que en Madrid —la comunidad más rica— no los hagamos”, puso como ejemplo.