Pablo Iglesias se despide del Congreso anunciando una denuncia contra el PP por “comprar diputados” en Murcia
El vicepresidente saliente dice que los populares quieren “atrincherarse” en Madrid porque “saben que no volverán al Consejo de Ministros”
Pablo Iglesias se ha despedido este miércoles del Congreso de los Diputados con el anuncio de que Unidas Podemos va a denunciar en la Fiscalía Anticorrupción a quien ha sido su antagonista en las sesiones de control al Gobierno en este último año, el secretario general del PP, Teodoro García Egea. El todavía vicepresidente segundo acusa al número dos de los populares de “cohecho” por “comprar diputados” en su comunidad natal de Murcia para frustrar la moción de censura que habían pactado PSOE y Ciudadanos. La denuncia, según ha explicado Unidas Podemos, se hará extensiva al presidente murciano, Fernando López Miras, los tres consejeros tránsfugas de Ciudadanos y el exsecretario de organización de este partido Fran Hervías.
“Que tenga tanta paz como descanso deja”, se ha despedido García Egea del líder de Unidas Podemos, tras una intervención ya en plena clave electoral madrileña, en la que ha ironizado sobre cómo van a recibir a Iglesias sus antiguos vecinos de Vallecas tras haber visto que “se ha comprado una casa de 600.000 euros”. El número dos de Pablo Casado ha pedido a Iglesias que dimita de inmediato “como vicepresidente y como diputado” para acudir a las elecciones “sin aforamientos ni privilegios”. Iglesias ha respondido de forma muy directa: “Voy a dimitir como diputado incluso antes que como vicepresidente. Nosotros no somos como ustedes”.
La insistencia de García Egea en llevar el debate a las elecciones madrileñas ha servido a Iglesias para interpretar que el PP “no está tan seguro” de su victoria y que su proyecto es “atrincherarse en Madrid” porque “saben que no van a volver al Consejo de Ministros”. El todavía vicepresidente ha acusado a los populares de usar la comunidad madrileña como una “fuente de financiación ilegal” para su caja b y ha terminado anunciando la denuncia contra García Egea. El último cruce dialéctico de Iglesias ha sido con el portavoz de Vox, Iván Espinosa de los Monteros, quien ha señalado que el líder de Unidas Podemos se va del Gobierno “cinco minutos antes de que le echen”. Iglesias no solo ha replicado a Vox, sino que ha aprovechado para lanzar una pulla a la presidente madrileña, Isabel Díaz Ayuso. “Ustedes tienen un problema”, ha dicho a Espinosa de los Monteros, “y es que su candidata se presenta por otro partido”.
Iglesias aún ha tenido un último choque dialéctico, a propósito de la gestión de los geriátricos, con otra diputada de Vox, María Ruiz Solás. Al terminar, en medio del hemiciclo ha saludado a la bancada de Unidas Podemos que le ha dedicado una gran ovación y se ha acercado al portavoz parlamentario, Pablo Echenique, y a la que ha designado su sucesora, la futura vicepresidenta tercera, Yolanda Díaz, que se ha mostrado muy emocionada.
La moción de censura de Murcia también ha planeado sobre el cruce dialéctico entre el presidente del Gobierno y el líder del PP. Pablo Casado ha sacado pecho por haber logrado mantener los gobiernos, tanto en esa región como en Castilla y León, frente a las maniobras para “desestabilizar” que ha atribuido al jefe del Ejecutivo. Pedro Sánchez ha arremetido contra la “corrupción y el transfuguismo”, ha criticado la “irresponsable” convocatoria de elecciones anticipadas en Madrid y ha espetado al dirigente popular: “Da pena ver al PP liderado por usted”.
En lo que ha evitado entrar el presidente del Gobierno es en la polémica por la prohibición a la movilidad de los españoles en Semana Santa al tiempo que se permite la llegada de extranjeros. Lo ha intentado el portavoz del PNV, Aitor Esteban, quien se ha referido a la “perplejidad” de ver cómo se cierran las comunidades autónomas mientras “franceses y alemanes campan a sus anchas por Madrid, Barcelona o Donosti”. El presidente del Gobierno ha rehuido cualquier explicación al respecto. Se ha limitado a decir que España sigue las recomendaciones de la Comisión Europea ―pese a que esta ha pedido “coherencia” al Ejecutivo de Madrid― y a recurrir a la socorrida “cogobernanza” entre la Administración central y las autonómicas.
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