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El exgerente del PP dice que Bárcenas lo utilizó a él y a otra persona para ocultar “documentación”

Páez admite que cobró 12.000 euros en negro, que procedían de la caja b: “Me lo había ganado honradamente”

A la izquierda, Cristóbal Páez, exgerente del PP, a su llegada el pasado lunes a la Audiencia Nacional.
A la izquierda, Cristóbal Páez, exgerente del PP, a su llegada el pasado lunes a la Audiencia Nacional.Chema Moya (EFE)

Cristóbal Páez, exgerente del PP y “persona de confianza” durante años del extesorero Luis Bárcenas, según se ha definido él mismo, ha aterrizado este miércoles en el juicio de la caja b con un objetivo evidente: tratar de convencer al tribunal de la Audiencia Nacional de que él no sabía nada de los tejemanejes económicos que se traían en la sede de la madrileña calle de Génova. Páez, que llegó a cobrar 12.000 euros en efectivo reflejados en la contabilidad paralela y que nunca se declararon, se ha esforzado en señalar a Bárcenas como gran responsable de las cuentas del partido, quien llegó a darle “documentación” a él y a otra persona para que la ocultara tras estallar el caso Gürtel, según ha dicho. “Pero no sé lo que tenía. Ni lo sabía, ni lo quería saber”, ha apostillado.

La primera vez que se le vio en el juicio, Páez se conectó por videoconferencia desde su casa. Fue el 8 de febrero, durante la primera sesión centrada en la fase de cuestiones previas. Con evidentes síntomas de agotamiento y aspecto desaliñado, comunicó a los magistrados que padecía coronavirus, lo que le impedía personarse en la Audiencia Nacional.

— ¿Tiene fiebre? —le preguntó entonces con interés el presidente del tribunal, José Antonio Mora.

— Unas veces 38 y otras 39 —respondió el exgerente, que fue hospitalizado a los pocos días, lo que provocó la suspensión de la vista oral hasta que pudo reanudarse el pasado lunes, ya con todos los procesados sentados en el banquillo.

En la imagen: el que fuera gerente del Partido Popular Cristóbal Páez entrando en la Audiencia para declarar ante el juez (2019). Vídeo: marzo de 2021, durante su declaración como investigado ante el tribunal de la Audiencia Nacional. (EFE)

Ahora, este miércoles, más de un mes después de esa conversación digital, Páez ha vuelto a dirigirse a los jueces. Lo ha hecho con energía durante su declaración como acusado, cuando se ha presentado como un subordinado de Bárcenas que desconocía cualquier ilegalidad que estuviera cometiendo. Según ha dicho, nunca supo nada de ninguna caja b; de la entrega de dinero en efectivo a cargos de la formación conservadora; de donaciones de empresarios, o de pagos en negro.

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El exgerente, eso sí, ha ofrecido nuevos detalles de un episodio al que ya se refirió Bárcenas durante su interrogatorio, aunque con matices distintos. Según ambos, en 2009, a raíz del escándalo de corrupción que comenzaba a cercar al partido, el extesorero entregó a Páez toda una batería de documentos. “Fue después de que saltase todo el tema de la Gürtel. Me dice un día: ‘Oye, Cristóbal, ven, que te voy a dejar una cosa que quiero que me guardes”, ha explicado Páez, para quien la Fiscalía pide 18 meses de cárcel por falsedad en documento mercantil y delito contra la Hacienda Pública: “Yo le dije: ‘¿Por qué me pones en este compromiso?’. ‘Bueno, porque tengo confianza en ti”.

Bárcenas asegura que entonces le entregó una “carpeta” con parte de los bautizados como papeles de Bárcenas. Pero Páez mantiene, en cambio, que no vio nada de eso. “Había contratos, facturas y unas hojas de cálculo...”, ha dicho a preguntas del ministerio público, cuando ha apuntado que su jefe le dijo que otra parte de documentos se la había dado a una tercera persona, cuyo nombre no le facilitó. Pese a ello, según ha reconocido el exgerente, el extesorero llegó a explicarle el contenido de todo aquello: “Lo sacó del sobre y me mostró contratos, facturas..., pero de gente que yo no conocía. No quería prestar atención. Yo tenía miedo. No quería que me comprometiera”.

—¿Nos explica ahora esos pagos suyos que aparecen [en los papeles de Bárcenas]? —, le ha inquirido también el fiscal Antonio Romeral sobre los dos apuntes contables que constan a su nombre en la contabilidad paralela.

—Fueron dos pagos de 6.000 euros. Uno fue en 2007 y otro, en 2008. Antes de ser nombrado gerente —, ha admitido Páez.

—¿Y por qué le hacen esos pagos?

“Yo le decía [a Bárcenas]: ‘Oye, Luis, estoy cobrando lo mismo y llevo tiempo. He demostrado que hago las cosas bien’. Le decía que merecía un aumento, pero me dijo que no se podía”, ha comenzado el exgerente. “Un día me llama al despacho, donde está Álvaro Lapuerta, [antecesor en el cargo de Bárcenas], y Lapuerta me felicita: ‘Estamos muy contentos con tu trabajo, hijo’. Y me dan una gratificación de 6.000 euros. Me dan un sobre con 6.000 euros”. “Me lo guardé. Era un dinero que yo me había ganado honradamente. No se reflejó en nomina, y por eso me fui molesto”, ha proseguido: “Yo me lo había ganado. Yo no sentí vergüenza por que me lo dieran en negro. Vergüenza tenían que sentir ellos”.

La relación entre ambos se deterioró posteriormente. El exgerente ha explicado, a preguntas de su abogado, el mal ambiente que reinaba en el PP a raíz de que Bárcenas, tras dimitir de todos sus cargos tras verse salpicado por el caso Gürtel, seguía acudiendo a la sede y tomando decisiones sobre cuestiones económicas. Páez ha asegurado que se veía obligado a despachar tanto con él como con la entonces secretaria general del partido, María Dolores de Cospedal, mientras cada uno de ellos le decía que no hablase con el otro. El exgerente ha asegurado que Bárcenas le llamó entonces un día a su despacho y “se puso muy violento”. “Me lanzó un mechero que pude esquivar... Me amenazó: ‘Estás muerto, estás acabado”, ha relatado. Páez asegura que acudió entonces a Rajoy y que, en una reunión, le preguntó por esta bicefalia: “Pero el presidente me dijo que no le complicara la vida”.

Las obras de la sede de Génova

Otro de los puntos claves de la vista versa sobre la empresa Unifica, que reformó la sede de la calle Génova. Una parte de esas obras se pagó supuestamente en negro —1,5 millones de euros, según los investigadores—. Y Páez fue el encargado de supervisar personalmente los trabajos, sobre los que se cruzó multitud de correos con la compañía de arquitectura: incluido, certificaciones con presupuestos y facturas.

“Los de Unifica eran excelentes como arquitectos, pero no en el tema administrativo. Me bombardeaban con facturas, certificaciones… […] Pero yo estaba a la materialidad de la obra: que se hiciera bien y en plazo”, se ha defendido el exgerente. “El tema económico lo llevaba Bárcenas, que era muy posesivo [al respecto]”, ha proseguido, descargando toda la responsabilidad en su antiguo jefe. “Bárcenas lo tenía atado todo, y bien atado”, ha remachado en un tenso diálogo con el fiscal Antonio Romeral, al que le ha llegado a afear sus preguntas: “Tengo la sensación de que arroja sombras sobre lo que estoy contando”. “¡No me líe!”, ha llegado a recriminar al fiscal.

La Fiscalía le atribuye, en cambio, un conocimiento absoluto del pacto sellado entre el PP y Unifica para pagar en negro, acordado presuntamente en un encuentro entre Luis Bárcenas, Álvaro Lapuerta y el responsable de la empresa encargada de la reforma, el arquitecto Gonzalo Urquijo. “Dudo que se reuniesen con Lapuerta porque era un hombre que tenía un grado de demencia importante”, ha dicho sobre dicha cita, que Urquijo negó.

“Bárcenas era mi jefe y yo lo respetaba”

La declaración de Páez, así como la del arquitecto Gonzalo Urquijo durante la sesión del martes, ha servido también para subrayar el enorme poder que ostentaba Bárcenas en el partido. El extesorero, del que se han desentendido las sucesivas cúpulas del PP desde que estallara el escándalo, no era un cualquiera en la sede de Génova. “Bárcenas era alguien intocable. Era una persona a la que todo el mundo le teníamos un respeto… No le voy a decir que nos separábamos en los ascensores, pero casi. Era una persona muy poco accesible”, afirmó Urquijo. Continuó Páez este miércoles: “Era una persona muy reservada, trabajaba con la puerta de su despacho cerrada aunque no hubiera nadie. Era mi jefe, yo lo respetaba”. El exgerente ha descrito al extesorero como “su superior jerárquico”, el único que le daba órdenes.

Acabada la declaración de Páez, ha declarado Laura Montero, última acusada. Montero fue directora de proyectos de Unifica. Ni la Fiscalía ni la Abogacía del Estado piden pena de cárcel para ella. Sí lo hacen, en cambio, las acusaciones populares, que solicitan hasta 19 años de prisión. La procesada niega cualquier conocimiento sobre pagos en negro.

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