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El arzobispo de Santiago inaugura el Jacobeo y el Vaticano despeja la incógnita: durará hasta final de 2022

“El Año Santo no es una huida espiritualista sino un compromiso para discernir la realidad en la crisis antropológica, espiritual, cultural y sanitaria que ha sacudido las certezas que conforman la vida”, ha defendido Barrio tras abrir la Puerta Santa

El arzobispo de Santiago, Julián Barrio Barrio, cruza la Puerta Santa tras su apertura.
El arzobispo de Santiago, Julián Barrio Barrio, cruza la Puerta Santa tras su apertura.OSCAR CORRAL

Once años después del anterior, el Jacobeo más esperado ha empezado este jueves 31 de diciembre pasados tres minutos de las cinco de la tarde, en el momento en que el arzobispo de Santiago, Julián Barrio, ha abierto con llave la Puerta Santa o del Perdón. Con la catedral restaurada y libre de los andamios que la encorsetaron durante años, el acto de inauguración no ha sido multitudinario como otras veces, sino frío y desangelado en el exterior y el interior de la catedral y sin apenas peregrinos por culpa de la pandemia. Con el aforo limitado, al acto religioso solo han podido asistir 270 personas y en la plaza de A Quintana los puestos estaban marcados en el pavimento de piedra con puntos rojos distanciados dos metros entre sí.

Después del mensaje del Papa Francisco, leído en A Quintana por el nuncio apostólico Bernardito Cleopas Auza, Julián Barrio Barrio no ha derribado, como es tradición, con el martillo, el muro que se solía improvisar para simbolizar la apertura. Ha dado sin embargo los tres golpes, y luego ha abierto con llave la puerta de bronce que durante el Año Santo Compostelano, fundado por Calixto II en 1122, cruzarán los peregrinos a Santiago. Antes y después de abrirla, sonó música dentro de la catedral. Y entre las piezas, las que se estrenaron para este acontecimiento, del compositor vigués Juan Durán. La ceremonia ha concluido con una noticia: la Santa Sede ha decretado la prolongación del Año Santo 2021 durante todo el año 2022 por las circunstancias excepcionales que rodean su celebración y el peregrinaje a causa de la covid-19.

Así lo ha anunciado el nuncio apostólico para España al concluir la eucaristía con la que ha finalizado la apertura de la Puerta Santa, justo antes del ritual del botafumeiro. Cleopas Auza ha tomado la palabra para dar lectura a un decreto de la penitenciaría apostólica. El documento, fechado a inicios de este mes de diciembre, ha sido la sorpresa de la jornada y en él se explica que, por las difíciles circunstancias que se viven en todo el mundo, el Papa acuerda “prorrogar los dones espirituales” vinculados al Año Santo durante todo 2022. Tras recibir la noticia, el arzobispo compostelano ha expresado su “agradecimiento profundo” por “esta gracia” que “alegrará a tantos y tantos peregrinos”. Las celebraciones del Xacobeo, por tanto, duplicarán su duración tanto desde el plano religioso como desde el cultural y turístico para todas las comunidades autónomas por las que discurren los Caminos.

Desde la pasada primavera, en que formuló la propuesta el presidente de la Xunta, Alberto Núñez Feijóo, estaba sobre la mesa de la Iglesia la posibilidad de ampliar excepcionalmente el Año Santo 2021 a todo 2022, coincidiendo con los 900 años del primero que se celebró. La decisión dependía de la autorización del Vaticano, al igual que ocurrió ya en otra ocasión (1937, prorrogado a 1938), durante la Guerra Civil española. Preguntado por esta cuestión el pasado junio, el arzobispo respondió a este diario que había que “esperar a la evolución de la pandemia que tanto dolor está causando”.

“Analizado y estudiado el proceso y evolución [de la pandemia]”, zanjó en aquel momento Barrio Barrio, “trataremos de hacer y de pedir [al Papa] lo mejor para que los objetivos de este Año Santo, objetivos espirituales y pastorales, puedan conseguirse y lleguen a la mayor parte de personas de la mejor manera”. Hoy, durante la homilía posterior a la apertura de la puerta de la catedral de Santiago, la máxima autoridad e la Iglesia gallega ha dicho que “el Año Santo no es una huida espiritualista” sino “un compromiso para discernir cristianamente la realidad, en medio de la crisis antropológica, espiritual, cultural y sanitaria en la que se han visto radicalmente sacudidas las certezas fundamentales que conforman la vida de los seres humanos”.

“La Iglesia contribuye a humanizar la familia humana y su historia”, ha proclamado en una larga ceremonia a la que también han asistido otros 37 sacerdotes, entre ellos los obispos gallegos, el de Astorga y el de León, y los arzobispos (uno de ellos, Rouco Varela, emérito) de Madrid, Oviedo, Tánger y Pamplona-Tudela. En presencia de varios miembros del Gobierno de la Xunta, de Feijóo, del alcalde de Santiago, Xosé Sánchez Bugallo, y del delegado del Gobierno en Galicia, Javier Losada, Barrio ha pedido al Apóstol que “fortalezca la esperanza que ayuda a superar la preocupación angustiosa por el presente, y el escepticismo que dificulta el ejercicio de la caridad”. “Es tiempo para rezar, amar, salir al encuentro de los demás con obras de misericordia”, ha subrayado, “revitalizando la fraternidad que permite reconocer, valorar y amar más allá de la cercanía física, procurando que las personas pobres y las más vulnerables tengan siempre la preferencia”. “El miedo no es propio del que se siente amado”, ha resumido el arzobispo.

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En un acto retransmitido en directo por la Televisión de Galicia en pantallas gigantes instaladas en lugares del planeta como Dublín, Buenos Aires o Milán, el arzobispo ha invitado a los caminantes a emprender sus rutas a Compostela y ha leído también parte de su mensaje a los peregrinos en francés, alemán, inglés e italiano. “Galicia ha de ser un hogar de los peregrinos”, ha dicho. “Que Santiago sea una ciudad de innumerables referencias para innumerables pueblos”, ha pedido también en sus últimas palabras, leídas en gallego. “Así lo espero de la ayuda del Señor Santiago, de San José y de la Virgen Peregrina. Bajo su amparo ponemos a todas las persoas y todos los acontecimientos de este Año Santo”.

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