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España se ofrece a facilitar el diálogo palestino-israelí 30 años después de la Conferencia de Paz de Madrid

González Laya estrena un nuevo tono de acercamiento en las relaciones con Israel

La ministra de Exteriores, Arancha González Laya, y su homólogo israelí, Gabi Ashkenazi, el miércoles en Jerusalén.
La ministra de Exteriores, Arancha González Laya, y su homólogo israelí, Gabi Ashkenazi, el miércoles en Jerusalén.ATEF SAFADI (EFE)
Juan Carlos Sanz

Cuando se aproxima el año del 30º aniversario de la Conferencia de Paz de Madrid, España muestra su disposición a facilitar un nuevo marco de diálogo entre israelíes y palestinos. En su primera visita de trabajo a Jerusalén, la ministra de Asuntos Exteriores, Arancha González Laya, se ha ofrecido este miércoles a su homólogo de Israel, Gabi Ashkenazi, para trasladar en las próximas horas a la Autoridad Palestina a la Autoridad Palestina “un mensaje de reconstrucción de la confianza”, en la línea de la colaboración que ambas partes han mantenido para contener la pandemia.

Las negociaciones están rotas desde 2014 y las divergencias siguen siendo irreconciliable, en particular a partir de la presidencia de Donald Trump en Estados Unidos, que ha dado un vuelco unilateral a favor del Estado judío en cuestiones centrales, como el estatuto de Jerusalén o los asentamientos en territorio palestino ocupado. España regresa ahora a Tierra Santa, tras cerca de seis años de ausencia de visitas efectivas de jefes de su diplomacia, en vísperas del relevo en la Casa Blanca.

“Creemos en la necesidad de dar un impulso a las negociaciones entre Israel y Palestina y en lograr una solución construida alrededor de los dos Estados viviendo uno al lado de otro, en paz y seguridad, bajo la guía de las resoluciones de la ONU”, defendió la ministra de Exteriores. Esta hermosa letra para un canto a la paz choca con la disonancia entre el mantra israelí –reclamar “negociaciones directas sin precondiciones” desde su posición dominante–, y el estribillo de la diplomacia palestina sobre una “conferencia multinacional” que marque el paso al Estado hebreo.

Sin distante rigidez diplomática, la exfuncionaria internacional González Laya y el militar retirado Ashkenazi escenificaron en una comparecencia conjunta un nuevo tono de realpolitik bilateral tras el prolongado periodo de desencuentros. Mientras las cooperaciones comercial, tecnológica, e incluso de seguridad, han marchado viento en popa, la relación política directa había brillado, literalmente, por su ausencia desde que el ministro José Manuel García-Gargallo visitó Israel en enero de 2015.

El exgeneral Ashkenazi –un dirigente centrista cuyo partido está haciendo saltar en los últimos días las costuras de la coalición gubernamental con el primer ministro, el conservador Benjamín Netanyahu–, exhibió también el nuevo talante de acercamiento en la comparecencia conjunta con su homóloga española. En lugar de fustigar, como sus predecesores, los votos de condena de España a la ocupación israelí en foros internacionales, mostró esperanza en que “la buena relación entre ambos países” se refleje ahora también en las votaciones en organizaciones internacionales.

En contra de la tradición israelí, Netanyahu no ha concedido audiencia González Laya, aunque sí será recibida el jueves por el presidente Reuven Rivlin. Hace tres años, en plena crisis política de Cataluña, el jefe del Estado judío puso fin en Madrid a la ambivalencia de su Gobierno sobre el procès, al que había sido calificado como “asunto interno” que debía ser solucionado por la vía de diálogo. “España es un país para nosotros y su majestad es el símbolo de esa unidad”, afirmó ante el Rey en un acto durante su visita oficial.

La jefa de la diplomacia española proseguirá viaje después a Ramala, la sede administrativa de la Autoridad Palestina situada a 16 kilómetros de Jerusalén, donde mantendrá contactos con presidente Mahmud Abbas; el primer ministro, Mohamed Shtayeh, y el titular de Exteriores, Riad Malki. “España está preparada para reconocer a Palestina como Estado cuando se den las condiciones”, puntualizó González Laya en Jerusalén. Esto es, el Gobierno irá de la mano de la Unión Europea –donde el consenso es improbable hoy en día– y en ningún caso seguirá la vía del reconocimiento unilateral de la independencia.

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Sobre la firma

Juan Carlos Sanz
Es el corresponsal para el Magreb. Antes lo fue en Jerusalén durante siete años y, previamente, ejerció como jefe de Internacional. En 20 años como enviado de EL PAÍS ha cubierto conflictos en los Balcanes, Irak y Turquía, entre otros destinos. Es licenciado en Derecho por la Universidad de Zaragoza y máster en Periodismo por la Autónoma de Madrid.

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