El acuerdo presupuestario con ERC y Bildu lleva a Ciudadanos a votar no
Unidas Podemos aprovecha el pacto alcanzado para criticar a Arrimadas y descartar la geometría variable pretendida por un sector del PSOE
La líder de Ciudadanos, Inés Arrimadas, descartó este jueves apoyar los presupuestos para 2021 pactados entre el Gobierno del PSOE y Unidas Podemos con PNV, ERC y Bildu. Arrimadas resolvió el enigma de estas semanas apuntando de nuevo hacia el presidente Pedro Sánchez, al que acusó de haber escogido al final “la radicalidad de Oriol Junqueras y Arnaldo Otegi” frente a su oferta “más centrada y moderada”. La semana que viene no prosperará la tesis intentada por un sector del Ejecutivo de la geometría variable presupuestaria. Podemos se quiso apuntar ese tanto: las cuentas serán más de izquierdas.
En la última sesión de la comisión de Presupuestos para abordar las 3.793 enmiendas parciales presentadas a los presupuestos, en la mañana de este jueves, tras tres días maratonianos de trabajo y votaciones, la presidenta, Pilar Garrido, no tenía pensado permitir otra votación más, definitiva y que englobara todas las anteriores. Quería acabar con los recuentos y resolver ese farragoso trámite pero al final cedió, se votó, los partidos se retrataron y el dictamen global de las enmiendas llegará la semana que viene al pleno gracias a esa aprobación previa con 19 votos a favor (la mayoría progresista del Gobierno con PNV y ERC), 11 en contra (PP, Vox y Ciudadanos) y una abstención preventiva (EH Bildu esperaba que por la tarde sus bases ratificaran el apoyo telemáticamente, como finalmente hicieron). El resultado de esa votación final anticipa, con ligeros matices, lo que sucederá el jueves que viene en el pleno cuando se vote todo el proyecto.
En ese escenario, finalmente, Ciudadanos se vio impelido a fijar posición sin esperar más tiempo. El portavoz adjunto, Edmundo Bal, intervino en la propia comisión para lamentar que el trabajo realizado en estos días previos para consensuar algunas mejoras a las cuentas públicas no hubiera servido para convencer al PSOE de que se olvidase de ERC y Bildu y girase hacia el centro. Bal dejó claro en la comisión que su grupo no respaldará las cuentas en el pleno.
La líder de la formación, Inés Arrimadas, quiso comparecer para remarcar más los argumentos políticos de ese rechazo. “Todos los españoles ven que Sánchez ha preferido coger la mano de Otegi y Junqueras que la de un partido moderado”, resumió en alusión a los líderes de ERC y Bildu. La líder de Ciudadanos reconoció así como “improbable” y “muy complicado” que en esta próxima semana el presidente Sánchez rectifique y reconsidere sus alianzas. “Sánchez ha elegido voluntariamente la vía de ERC y Bildu, y todos los españoles, y muchos miembros del Gobierno, del PSOE y militantes socialistas lo han visto”, afirmó.
Arrimadas remarcó que su partido ha sido útil en esta negociación a varias bandas, que “no se había quedado dormido como otros o esperando que España se hunda para rentabilizar votos”, en alusiones respectivas a Vox y PP, y que había logrado aportaciones al proyecto, como la retirada del impuesto al diésel. Pero consideró que todo ello es insuficiente para prestar sus 10 escaños a este Presupuesto que calificó de “malo” y que traspasa “líneas naranjas” como la supresión del castellano como lengua vehicular en Cataluña. Por esas razones, según Arrimadas, Ciudadanos no se puede permitir tampoco en este caso quedarse en la abstención para distanciarse del bloque del no que votarán PP y Vox, algo en lo que se ha empeñado especialmente desde que relevó a Albert Rivera en el liderazgo de su formación en la primavera pasada.
Arrimadas incidió en que no le preocupa esa alineación circunstancial con la derecha y la ultraderecha porque piensa que ya ha calado suficiente en la población su mensaje de que ahora de verdad había dos vías alternativas y que Sánchez es el responsable de decantar las cuentas del Estado para el próximo año, que estará marcado por la continuidad de la crisis provocada por la pandemia.
La dirigente de Cs insistió mucho en intentar demostrar que si Sánchez hubiese optado por cerrar los presupuestos con su formación, en vez de con ERC y Bildu, habría podido construirse una alternativa más centrada y moderada y puso el ejemplo de lo que sucedió en la votación el 20 de mayo de la quinta prórroga del estado de alarma. Aquella votación salió adelante por muy poco margen, 177 votos a favor, 162 en contra y 11 abstenciones, entre otras cosas porque el PP se pasó ya al bando del no con Vox, Compromís, la CUP, JuntsxCat y ERC. Y se alinearon en la abstención Bildu, UPN, BNG y un soberanista de ERC. La mayoría que sacó adelante aquella prórroga se formó con PSOE, Unidas Podemos, Cs, PNV, Más País, Coalición Canaria, el Partido Regionalista de Cantabria y Teruel Existe.
Arrimadas apuntó que aquel panorama podría volver a repetirse la semana que viene ante el pleno, con los 165 escaños del PSOE, Unidas Podemos y Ciudadanos, más la suma del PNV (seis) y llegar a la mayoría absoluta de 176 dando por descontados apoyos de fuerzas minoritarias como los dos diputados de Más País, el de PRC, el de CC o el de Nueva Canarias y el de Teruel Existe. Esa proyección ni se ha llegado a sondear. El entorno de Arrimadas recuerda que los presupuestos de Cristóbal Montoro prorrogados desde 2018 se aprobaron con PNV y Ciudadanos.
El papel de Podemos
El protagonismo del día lo acaparó este jueves en el Congreso Ciudadanos, pero en Unidas Podemos tampoco quisieron perder comba del resultado de esta alambicada negociación presupuestaria. Para rentabilizar su situación dentro del Gobierno, varios dirigentes de Unidas Podemos presumieron de su fuerza en este proceso, para presentarse como los responsables de que con estas cuentas se acabe con “el austericidio” y los recortes de los Presupuestos prorrogados desde la época de los Gobiernos del PP y de Cristóbal Montoro.
Pero también, como hizo Jaume Asens, de En Comú Podem, para cuestionar la valía de las mejoras que se quería apuntar Cs: “Podemos está ahora en el Gobierno como elemento diferenciador del fracaso de los anteriores presupuestos y como fuerza estabilizadora, y el fracaso previsible de Ciudadanos es un aviso a navegantes ante los que se hacían cábalas con la geometría variable: la única estabilidad para la legislatura es la de los socios de investidura”. Asens no precisó si ese aviso iba contra el PSOE y un sector de La Moncloa y el Ejecutivo que se había empeñado en dejar la puerta abierta a negociar con Cs ante su desconfianza hacia la formación que lidera Pablo Iglesias.
Entre 300 y 500 millones para los socios
Los socios presupuestarios del Gobierno, PNV, ERC y EH Bildu, acabaron la intensa jornada de este jueves en el Congreso desglosando sus enmiendas parciales para valorar el resultado de la negociación. Algunos de esos partidos admiten que el presupuesto para 2021 es expansivo, pero también limitado ante lo incierto de la crisis que se avecina. El PNV, aliado prioritario siempre, presentó 85 enmiendas y pasó el filtro de 45. La más simbólica es la cesión de los terrenos del cuartel de Loyola para usos urbanísticos, pero será un canje y está sin cuantificar. Las demás sumarían 121 millones, sin contar los 250 al año que se calcula supondrá la retirada del impuesto al diesel.
Entre las siete enmiendas aceptadas a Bildu no hay ninguna de contenido político sino 67 millones en inversiones y planes tecnológicos, aeronáuticos, 48 infraestructuras ferroviarias y otras para marismas, el Pirineo rural navarro o la carretera de Velate. En ERC hay fuentes que estiman en 100 millones los añadidos al presupuesto y otras en 300.
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