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La derecha se rompe e irá por separado en Cataluña

Ciudadanos anuncia que concurrirá en solitario a las urnas en las próximas elecciones autonómicas

El secretario general del PP, Teodoro García Egea, y el líder del PP, Pablo Casado.
El secretario general del PP, Teodoro García Egea, y el líder del PP, Pablo Casado.DAVID MUDARRA (PP) (Europa Press)

Del intento de alianza a la batalla pura y dura. El bloque de la derecha entra en una nueva etapa de confrontación que tendrá en Cataluña el primer combate: Ciudadanos anunció este lunes que da por perdida su propuesta de coalición “constitucionalista” con el PP y el PSC y concurrirá en solitario a las elecciones catalanas. El portazo de Inés Arrimadas coincidió con el anuncio de Pablo Casado de que ha pasado página de su iniciativa de una alianza nacional con Cs y Vox con la marca de España Suma. El PP aspira ahora a absorber a los votantes de Cs.

En las direcciones nacionales de PP y Ciudadanos habían descartado ya hacía tiempo una coalición electoral global en Cataluña, aunque todavía estaba abierta la posibilidad de una alianza concreta en Girona y Lleida, donde sí podía interesar una suma para no perder votos en la distribución de escaños. La experiencia negativa de la reciente coalición en Euskadi bajo la marca PP+Cs, con la que los populares perdieron tres diputados, y el acercamiento de Inés Arrimadas al Gobierno de Pedro Sánchez para los Presupuestos generales aconsejaban caminos separados. Finalmente, fue la líder de Cs la que rompió este lunes la baraja aprovechando unas declaraciones de Pablo Casado que se interpretaron como “casus belli” en Ciudadanos.

El PP ha cambiado de estrategia para tratar de superar la fragmentación del bloque de la derecha una vez pasado el rubicón de la moción de censura de Vox. La nueva tesis de Casado entierra la plataforma para integrar a los tres partidos a la derecha del PSOE —PP, Vox y Ciudadanos— que defendió en 2019 y a la que bautizó con el nombre de España Suma. “Estamos en otra etapa”, dijo Casado en la cadena COPE. En su lugar, el líder del PP, que rompió con Vox en la moción y emprendió un giro centrista, pretende ahora reagrupar a los votantes de sus dos competidores en el PP. También aspira a atraer a electores socialdemócratas “desencantados” con Pedro Sánchez. Su intención es “unir a los votantes” de Vox y Ciudadanos bajo la marca del PP. Esto es, aspira a absorber su electorado.

En Ciudadanos captaron el mensaje. “Las palabras del señor Casado no dejan lugar a dudas”, lamentó Arrimadas, y anunció que, debido a esa estrategia nacional del PP, su partido concurrirá en solitario a las catalanas. La líder de Cs cargó contra el PP y contra el PSC por haber rechazado su propuesta, de la que el partido de Miquel Iceta se había desmarcado desde el primer minuto. Criticó a los socialistas por buscar “un tripartito liderado por ERC”, y al PP por tratar de arañar “un par de escaños más a los cuatro que sacó” en 2017.

PP y Ciudadanos se acusan mutuamente de romper la posible unidad del “constitucionalismo” en Cataluña. Fuentes de la dirección del PP catalán critican que Cs “no había propuesto en serio una coalición electoral, jugaba al farol para salir en los medios de comunicación”. “Nunca ha habido una conversación seria para negociar la posible candidatura”, afirman esas mismas fuentes.

El líder del PP en Cataluña, Alejandro Fernández, no veía ventajas a concurrir en una lista con Cs, y así lo defendió ante Casado, aunque los populares no habían cerrado la puerta del todo y este lunes el propio Fernández dijo estar “abierto” a hablar. El PP tiene expectativas de crecimiento —podría doblar sus escaños, a ocho o nueve, según el último barómetro del Centro de Estudios de Opinión de la Generalitat—, pero en Ciudadanos advierten de que los populares pueden sufrir por la entrada de la extrema derecha, ya que “el voto del PP tradicional en Cataluña es ultraespañol, es decir, es Vox”, señala un dirigente. Según el mismo sondeo, Vox irrumpiría con entre siete u ocho escaños. Ciudadanos, por su parte, caería de 36 a 13 ó 14. En el partido confían, no obstante, en que les ayude su mano tendida a los pactos con Sánchez, porque en Cataluña su perfil de votante es “de centro progresista”, y en que la reforma del castellano en la ley educativa desgaste al PSC.

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La batalla catalana será la primera en la que los partidos de la derecha midan sus fuerzas tras la moción de censura. Pablo Casado echará el resto y ya lleva tres semanas viajando semanalmente a Barcelona. Pero Cataluña es el lugar de nacimiento del partido de Arrimadas y Cs también se defenderá con uñas y dientes.

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