El primer año de la España vacía en el Congreso
Teruel Existe logra situar el problema demográfico en la agenda con un discurso alejado del localismo y muy próximo al Gobierno
Sobre las mesas del centro de usos múltiples, los tapetes verdes evocan las partidas de naipes detenidas por la pandemia. Ignacio Garcés, concejal del PSOE, sirve un batido de chocolate a la senadora Beatriz Martín, como excepción rural a la norma autonómica que prohíbe permanecer en el interior de los bares. Hace frío en la estrellada noche de Bueña (Teruel, 53 censados), y este es el único lugar donde refugiarse para hacer una entrevista. A 1.200 metros de altura, el médico viene los martes, el pescadero los viernes e Internet no llega nunca.
Este martes se cumple un año de las elecciones generales en las que el edil socialista votó a Teruel Existe —"hay que luchar por los pueblo pequeños", confiesa al otro lado de la barra— y la fibra óptica sigue siendo un sueño para las aldeas de la provincia. Martín, de 38 años, se disculpa varias veces al día cada vez que las reuniones telemáticas de la Cámara alta se ven interrumpidas cuando pierde la conexión. “Este problema no se arregla en 12 meses”, proclama tras una mascarilla negra que reivindica el orgullo rural. Falta ganar la partida, pero al menos las cartas ya están sobre la mesa.
Tras varias décadas latente, el problema de la despoblación y el desequilibrio territorial ha entrado en la agenda parlamentaria a través de un diputado, dos senadores y un asesor. Es todo el equipo de Teruel Existe en las Cortes. Con su voto decisivo para la mayoría gubernamental, el movimiento ciudadano ha conseguido en solo unos meses en las instituciones —se presentaron a los comicios a través de una agrupación de electores— lo que no había podido alcanzar durante veinte años de lucha social: el Gobierno cuenta con una vicepresidencia y un comisionado para el reto demográfico, las mociones sobre la España vacía despiertan una inusitada unanimidad en el Congreso y el Senado ha constituido una comisión específica para abordar el problema. La estructura por fin existe, pero falta el contenido. Los Presupuestos representan la primera meta volante de esta carrera de fondo.
El único diputado de la agrupación de electores, Tomás Guitarte, califica de “ridícula” la partida específica de 19 millones que el borrador de las cuentas destina a la transición demográfica y demanda que el Ejecutivo cuantifique la inversión total en la España vacía: “Hay que pasar de las palabras a los hechos”. Su tono tranquilo contrasta con un discurso contundente que refleja la desesperación de la provincia ante la falta de servicios: “No podemos demorarnos más años analizando y evaluando; todo está analizado y evaluado, pero la vida sigue y se sigue sin actuar”, denuncia.
Tras salir de una reunión con la ministra de Hacienda, Guitarte recibe a El PAÍS en una sala desnuda de la tercera planta del Congreso, sin más parafernalia que las chinchetas que señalan Teruel, Calamocha y Alcañiz sobre un mapa de la Península. Pese a las críticas, el voto favorable a los Presupuestos está asegurado: “El Gobierno asume el reto demográfico como uno de sus pilares”, se justifica el diputado. Hay cosas que mejorar, pero será a través de enmiendas parciales.
No todos están de acuerdo con la docilidad de Teruel Existe hacia el Ejecutivo. En un escenario de gran polarización política, la agrupación de electores se ha situado junto al PSOE y Unidas Podemos en todas las votaciones importantes de la legislatura, desde la investidura hasta las extensiones del estado de alarma. A cambio, los turolenses han conseguido el desbloqueo de la autovía a Madrid y otras infraestructuras que llevaban años en un cajón, un aumento del 19,3% en las inversiones en la provincia para 2021 y el compromiso gubernamental de aprobar una estrategia frente al reto demográfico antes de que acabe 2020. Según sus críticos, un precio demasiado bajo para un apoyo clave. Los cambios no llegan, y para la primera piedra de las carreteras habrá que espera hasta el final de la legislatura.
A la salida de un hipermercado en las afueras de Teruel, Susana Aguilar, delineante de 46 años, coge uno de los 15.000 ejemplares de la revista que los voluntarios del movimiento ciudadano distribuyen estos días. Los anima con vehemencia, pero puntualiza: “Tienen que tirar adelante con todo, a veces hay que hacerse más de rogar”. Nieves Bonilla, en cambio, se muestra más benevolente: “No nos han defraudado, se nos está escuchando en todos los sitios”. A sus 60 años, volvería a votar a Teruel Existe sin dudarlo.
Muy cerca de ellas, Amado Goded, un histórico del movimiento ciudadano que participa en el reparto, rechaza con la mano en el corazón que Guitarte esté pecando de ingenuo: “El PSOE ha cumplido el acuerdo de investidura, a falta de algunos flecos”. La ausencia de un plan de transición justa para la central térmica de Andorra —que representaba el 9% del PIB de la provincia hasta que fue desconectada el pasado 30 de junio— y el fracaso del concurso público para llevar la banda ancha a la España vacía están en el debe del Gobierno. Pero la estrategia de la agrupación de electores es ir paso a paso. “La honestidad suele dar más frutos a la larga que el trapicheo”, concluye Goded, mientras el viento tumba un cartel de la formación.
Frente a la lógica exclusivista de otras fuerzas territoriales, los turolenses han utilizado la posición de fuerza de su único diputado para erigirse en los portavoces de las zonas despobladas. La politóloga aragonesa Cristina Monge niega que Teruel Existe recurra al exclusivismo del PNV o Esquerra: “Su reivindicación no se basa en exigir inversiones megalómanas para la provincia, sino que aporta propuestas transversales para el conjunto del país, como hizo en la ley de cambio climático”, explica por teléfono. Y Guitarte añade: “Defendemos una España más justa, no somos localistas”.
El diputado se ha convertido en la cara visible de la agrupación de electores en el Congreso, pero las decisiones siguen tomándose en las asambleas semanales del movimiento ciudadano, que en el último año ha conseguido asegurarse el relevo generacional y extenderse más allá de la capital. Mientras los logros tangibles se hacen esperar, el gran reto de Teruel Existe consiste en mantener la ilusión de los turolenses que le dieron un voto de confianza tras décadas de frustraciones con la política de siempre.
Teruel se resiste a morir de éxito, titulaba EL PAÍS el 12 de noviembre de 2019. Un año después, la provincia no ha fallecido. Del éxito ni se habla cuando lo importante es sobrevivir.
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