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“Me ofrecieron 42.000 euros… Me hablaron de un puesto en la Diputación”

PSOE y BNG acusan al PP de Ourense de comprar concejales tránsfugas para promover mociones de censura

El cacique Baltar sostiene el poder de Feijóo en Galicia con la fábrica de votos de Ourense
Alberto Núñez Feijóo saluda a José Manuel Baltar en presencia del alcalde de Ourense (en el centro) Gonzalo Pérez Jácome.

El PP recurre al transfuguismo para recuperar alcaldías tras años a la baja que estuvieron a punto de dejarlo en 2019 sin la única Diputación que conserva en Galicia, la de Ourense, dirigida desde hace tres décadas por la familia Baltar, primero el padre y ahora el hijo. En lo que va de agosto, José Manuel Baltar, presidente de la Diputación y del PP provincial, ha autorizado dos mociones de censura consecutivas para hacerse con Ayuntamientos gobernados por el BNG y sirviéndose para ello de concejales tránsfugas del PSOE. Y aún podría haber más: la Fiscalía debe decidir si investiga la denuncia de compraventa de voluntades presentada por el BNG y vuelan los anuncios de querellas.

“Me ofrecieron 42.000 euros… Me hablaron de un puesto en la Diputación”. Catalina González, portavoz del PSOE en el Ayuntamiento de Castrelo de Miño (1.400 habitantes), se ha quedado sola en su grupo. Sus dos compañeros se han pasado al del PP y han apoyado una moción de censura que ha dado la alcaldía a un empleado de Baltar en la Diputación. Se la han arrebatado al BNG, la fuerza más votada aunque empatada con tres escaños con el PSOE, que lo apoyaba, y con el PP, hasta este mes en la oposición.

González explicó en un pleno los motivos por los que se ha quedado sola en el grupo socialista. “¿Sabe por qué?”, inquirió al portavoz popular y desde el pasado día 11 ya alcalde, “porque ni usted ni José Manuel Baltar consiguieron comprarme; eso que lo intentaron por todos los medios… Me ofrecieron 42.000 euros… Me hablaron de un puesto en la Diputación”, afirmó.

Y no se quedó ahí. La concejala repitió las mismas acusaciones en unas declaraciones a RadioVoz. “A mí, personalmente, el grupo popular fue a la primera a la que intentó mercadear y se me ofreció de todo. Se me ofreció un salario excesivo desde mi punto de vista, se me ofreció un puesto de trabajo en la Diputación e incluso, cuando no había más opciones, se me ofreció lo que necesitara apelando a que todo el mundo necesita cosas”, aseguró.

El BNG acudió con las grabaciones a la Fiscalía Anticorrupción para denunciar posibles delitos de soborno y cohecho. Baltar contraatacó con el anuncio de una querella por calumnias contra la portavoz socialista y de otra contra el secretario provincial del PSOE en Ourense, Rafael Rodríguez Villarino, por repetir las declaraciones de la concejala.

“Que me pongan la querella”, afirma Catalina González a este diario tras señalar que hace meses advirtió a sus dos exconcejales de que el PP “iría a por ellos” tras fracasar en el intento con ella. “Yo no puedo asegurar que a ellos les hayan dado algún tipo de prebenda, pero a mí desde luego que me las ofrecieron y esto lo mantendré en todas partes”. Asegura que el PP “juega con las miserias de la gente” e insiste en que el BNG es “nuestro aliado natural y había un pacto con él encima de la mesa”.

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La maniobra del PP ha situado en la alcaldía a Avelino Pazos, empleado de la Diputación como chófer en la brigada de basuras, a quien el presidente ourensano había favorecido con uno de los 69 ascensos que la justicia ha anulado por enchufismo. El mismo día de su proclamación como alcalde, Baltar lo recibió en la Diputación y difundió en su cuenta de Twitter la imagen de ambos, codo con codo, junto con la promesa de “máxima cooperación” y del arreglo de una carretera, la misma que una semana antes había denegado al alcalde del BNG.

Apenas una semana después de consumar la moción de censura en Castrelo de Miño, el PP registró otra en el Ayuntamiento de Viana do Bolo (2.900 habitantes), que se debatirá la próxima semana, utilizando a otros dos tránsfugas del PSOE. También en esta ocasión los socialistas consiguieron el mismo número de escaños que el BNG, a cuyo portavoz respaldaron en la investidura aunque no formaron gobierno. El número tres de la lista socialista será investido ahora alcalde con el compromiso de dimitir en año y medio para que acceda el portavoz del PP.

Baltar intenta desligarse de las mociones afirmando que son consecuencia del desgobierno derivado de “la incapacidad”, en ambos casos, de alcanzar acuerdos entre BNG y PSOE. No obstante, socialistas y nacionalistas tienen claro que, más allá de sus desencuentros puntuales, las operaciones obedecen al intento del presidente provincial del PP por amarrar la Diputación sostenida ahora por los pelos.

“Esta es una provincia medieval que se sustenta gracias al señor feudal”, afirma el secretario provincial del PSOE, Rafael Rodríguez Villarino, para explicar la fuga al PP de sus ya exediles, a los que acusa de querer “satisfacer sus ambiciones personales”. La diputada nacionalista Noa Presas, convencida también de la estrategia de Baltar de amarrar la Diputación para 2023, acusa a los socialistas de socavar sus alcaldías. Asegura que en el caso de Viana do Bolo, el portavoz del PSOE llevaba ya años intentando tumbar al regidor del BNG.

Unos y otros esperan nuevos anuncios de mociones en otros municipios. Están convencidos que Baltar no parará aquí y aprovechará la anulación de la Ley antitransfuguismo para “seguir consiguiendo mediante la corrupción democrática lo que no obtiene en las urnas”.

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