PSOE y Podemos se comprometen a aparcar sus diferencias en asuntos esenciales de Gobierno
Los partidos de la coalición gubernamental negocian relanzar su agenda legislativa tras el parón de la pandemia
El primer objetivo del Gobierno de coalición entre el PSOE y Podemos es la reconstrucción del país tras la pandemia sin dejar a nadie atrás: no las comisiones de investigación ni sobre el rey emérito o las cloacas del Estado. PSOE y Podemos revisaron este jueves por tercera vez el funcionamiento de la coalición: ambas formaciones asumen sus diferencias —en asuntos como la migración o la monarquía—, pero se comprometen a aparcarlas para relanzar su agenda legislativa en los asuntos nucleares para la acción de Gobierno. PSOE y Podemos se citaron este jueves durante más de dos horas y media en el Congreso para revisar y relanzar su agenda de proyectos de Gobierno, coordinarse al máximo y convivir con sus discrepancias sin que afecten a la labor del Ejecutivo.
Oficialmente, ambos partidos se limitaron a transmitir que todo había ido bien y que no había conclusiones ni acuerdos firmados, porque entienden que el gran acuerdo es su pacto de compromisos de Gobierno, que sigue vigente desde enero. “Mucho diálogo y coordinación para seguir aprobando medidas para proteger a las personas en estos tiempos difíciles que nos ha tocado vivir”, se limitó a señalar Pablo Echenique, portavoz de Podemos, al terminar la reunión. Pero ambas formaciones apuntan a una revisión continua del funcionamiento de la coalición, que permita a los dos partidos mantener diferencias pero a la vez aparcarlas en aras a mantener una línea común en los asuntos nucleares. En las próximas semanas, ambos partidos se centrarán en culminar proyectos legislativos como los de Memoria histórica o igualdad, según las fuentes consultadas.
Ambos partidos han mostrado a las claras algunas de esas divergencias de criterio en el Congreso, tanto en la propia Mesa como en exposiciones públicas. Podemos se sumó así a la reclamación recurrente de varias formaciones nacionalistas para que se cree una comisión de investigación sobre las actividades sospechosas del rey emérito Juan Carlos I. Más tarde la formación morada firmó con otros ocho grupos la petición para otra comisión sobre las cloacas del Estado, e incluso se adhirió a la exigencia de explicaciones y responsabilidades sobre el presunto espionaje a líderes independentistas con un programa informático de una empresa israelí. Echenique y el presidente del grupo, Jaume Asens, subrayan que el PSOE conoce claramente sus posiciones divergentes sobre esas materias —o sobre el impuesto a los grandes patrimonios, por ejemplo— y que lo manejan con respeto mutuo y sin excesivos problemas.
En la reunión de este jueves participaron por el PSOE la portavoz parlamentaria, Adriana Lastra; la ministra de Hacienda y portavoz del Gobierno, María Jesús Montero; el secretario general del grupo socialista, Rafael Simancas, el jefe de gabinete de la Presidencia, Iván Redondo y el secretario de Estado de Comunicación, Miguel Ángel Oliver. La delegación de Podemos la encabezó Echenique, acompañado de Julio Rodríguez, jefe de Gabinete del vicepresidente Pablo Iglesias; la ministra de Igualdad, Irene Montero; Ione Belarra, secretaria de Estado de Agenda 2030; Asens, y Juanma del Olmo, director de Estrategia y Comunicación del partido.
Discrepancias
Las tres reuniones entre los dos partidos que forman desde enero el primer Gobierno de coalición en España desde la Transición han estado rodeadas de secretismo, y en contextos de discrepancias evidentes en asuntos más ideológicos y políticos que de programa. Las fuentes consultadas, tanto socialistas como de Podemos, conceden que la dura gestión de la pandemia y los ataques de la oposición han unido al Consejo de Ministros a pesar de las diferencias.
La virulenta irrupción de la pandemia ha consumido muchas energías en el Gobierno y sus grupos parlamentarios, que se han centrado sobre todo en propuestas —a veces improvisadas— para hacer frente a la covid-19 en estado de alarma casi permanente. Esa situación ha cambiado ya, aunque los brotes empiezan a preocupar en el Ejecutivo.
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