El ladrón de narcos que alardeaba en televisión acaba detenido con un arsenal de armas de guerra
Cae una banda en la que se refugiaba un joven de 22 años condenado por la muerte de un porteador en Ceuta y que llevaba cinco años fugado de la justicia
Maxi alardeó en prime time de televisión de haber hecho de todo. Se sentó, escondido tras una máscara y un nombre ficticio, frente a una cámara para asegurar que desde los 15 años le había dado tiempo a cometer casi todo tipo de delitos, pero no a arrepentirse de ellos. La entrevista, emitida en diciembre de 2018 en La Sexta, no exageraba. Dos años después, ha sido detenido por liderar una banda que lo mismo traficaba con droga, que se la robaba a otros narcos, intimidándolos con un arsenal de armas de guerra, según los investigadores.
En los submundos del narcotráfico, los que se encargan de perpetrar robos a otras mafias del hachís o vuelcos —como se denomina en el argot policial— están en el último escalón de la peligrosidad. Los 11 detenidos de la banda desarticulada hace dos semanas por la Guardia Civil y la Policía Nacional de Algeciras y Málaga cumplían ese arquetipo de violencia. Los agentes les han intervenido hasta doce armas de fuego catalogadas como armas de guerra: dos fusiles de asalto, un subfusil, siete pistolas y dos escopetas. La organización tenía como zonas de influencia fundamentales el Campo de Gibraltar (en Cádiz) y la Costa del Sol (Málaga), aunque llegó a desplazarse a otras provincias como Alicante o Tarragona para perpetrar sus robos violentos, según las pesquisas policiales.
Los investigadores atribuyen a miembros de esta banda un asalto en plena autopista de Tarragona a bordo de vehículos de alta gama robados o puestos a nombres de terceras personas. La organización no dudaba en hacer uso de su arsenal, como dejaron constancia sobre otros vehículos o fachadas de otras bandas contra las que actuaban. Además de estas armas, en los cinco registros realizados en domicilios de Algeciras, Málaga, Fuengirola y Mijas los agentes han localizado munición, chalecos antibalas, dispositivos de geolocalización y cámaras endoscópicas.
Aunque la investigación ―impulsada por la Fiscalía de Algeciras y dirigida por el Juzgado de Instrucción 4 de La Línea de la Concepción (Cádiz)― explotó hace dos semanas, comenzó en febrero de 2019, cuando los investigadores detectaron la existencia de esta banda que transportaba droga tras robársela a otras organizaciones, un delito que rara vez es denunciado por las víctimas a la policía. Para evitar ser detenidos, cambiaban de vehículos cada cierto tiempo o protagonizaba violentas fugas en las que llegaron a “embestir a los vehículos policiales”, según un comunicado de la Guardia Civil y la Policía Nacional emitido este martes.
Para cuando los investigadores arrancaron sus pesquisas, ya tenían constancia de los delitos que había reconocido el jefe de la banda, un hombre que se hizo llamar Maxi en su entrevista televisada y cuya verdadera identidad no ha trascendido. Durante su intervención, no dudó en reconocer que dirigía una organización de traficantes que también portaba armas, y que no dudaba en emplearlas para robar y asesinar.
Otro de los detenidos en esta operación es un joven de 22 años condenado por la muerte de un porteador en Ceuta y que llevaba cinco años huido de la justicia. Maruan A.E.O., alias Cheloca, llegó a ser tan “violento, escapista y astuto”, según explicó la Policía Nacional de Algeciras, que empleó ese tiempo en participar en diversos robos, intentos de homicidio y agresiones. Los policías de esta ciudad lo consiguieron localizar el pasado mes de mayo con la ayuda de los Grupos Operativos Especiales de Seguridad, GOES, dada la manifiesta peligrosidad del joven. Hacía tiempo que a los agentes estaban sorprendidos de la “frescura y astucia” del fugitivo, pero, al final, el Cheloca no pudo eludir durante más tiempo un arresto que ha tardado un lustro en llegar.
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