PSOE y Ciudadanos sellan en Castilla-La Mancha su segundo gran pacto ante la pandemia

El acercamiento entre Ciudadanos y el PSOE también llega a Castilla-La Mancha. Los socialistas alcanzaron el martes un principio de acuerdo con Cs para la reconstrucción de la comunidad tras la crisis sanitaria. El documento abarca seis ámbitos: protección social, sanidad, economía, educación, fiscalidad y administraciones públicas. Ambas formaciones han pedido al PP que se sume. Los populares critican que se haya llegado a un pacto cuando, desde abril, el Gobierno regional capitanea una mesa de diálogo con los partidos.

Este primer acuerdo llama la atención por el contexto en el que se firmó. Los buenos gestos de las últimas semanas del partido liderado por Inés Arrimadas con el Ejecutivo de Pedro Sánchez —el último produjo ayer en el Congreso, donde se aprobó la quinta prórroga del estado de alarma— se repiten en Castilla-La Mancha, donde el PSOE y Ciudadanos sellaron en verano su primer gran pacto para repartirse gobiernos municipales.

Fuentes socialistas señalan que el documento final “está muy avanzado” y esperan cerrarlo en los próximos días. El acuerdo no ha sido bien recibido por el PP. La diputada María Roldán afirmó el martes que su partido “no blanqueará” al presidente autonómico Emiliano García-Page. La portavoz de Cs en las Cortes de Castilla-La Mancha, Carmen Picazo, rechazó esa valoración: “No blanqueamos al presidente. Ha cometido gravísimos errores, pero ahora toca arrimar el hombro”.

El preacuerdo cuenta con dos medidas prácticamente terminadas. La primera pasa por aumentar en un 40%, de 25 a 35 millones, las ayudas para autónomos. La segunda es un calendario legislativo para la aprobación de las medidas. El documento representa una victoria política para el Gobierno de García-Page, que ha coordinado el diálogo entre los partidos. Y que, además, puso sobre la mesa una primera propuesta sobre la que trabajaron las demás formaciones. En un acto en Ciudad Real, el barón socialista agradeció la voluntad de diálogo de Cs, pero no sin antes dar un golpe a los populares: “Eso es poner los bueyes delante del carro; el que quiera poner delante el carro se va a equivocar, porque el país está buscando consensos”.

Lo que aún no queda claro es qué hará el PP. No descarta sumarse, pero insiste en que no hay motivos para hacerlo por ahora ya que la mesa entre partidos siguen en pie y todavía no hay un documento final. El discurso de la formación conservadora ha ido cambiando en las últimas semanas. Cuando García-Page propuso el pasado 13 de abril un gran pacto de reconstrucción, el líder de los populares castellanomanchegos, Paco Núñez, lo tildó como un “catálogo de buenas intenciones”. El PP había registrado en las Cortes —prácticamente congeladas desde el inicio de la pandemia— una comisión para investigar la gestión de la crisis de García-Page.

Otra de las críticas de los populares la vierte Ana Guarinos, vicepresidenta de las Cortes: “El Gobierno no ha tenido comunicación directa con nosotros. Nos hemos enterado por los medios”. En respuesta, Sergio Gutiérrez, secretario de Organización del PSOE de Castilla-La Mancha y diputado nacional, afirma que el PP siempre ha tenido las puertas abiertas para realizar aportaciones al documento. Y que, desde las primeras reuniones en las mesas de trabajo, los populares no han registrado propuestas: “El PP no se atreve a decir que no quiere pactar. Su actitud roza lo patético”. Los socialistas no descartan que el acuerdo final omita a la formación conservadora.