Interior inicia la desescalada en el aislamiento de las cárceles
Instituciones Penitenciarias autoriza la vuelta al trabajo de 160 reclusos tras la reapertura parcial de 13 talleres productivos de empresas privadas en 11 cárceles
El Ministerio del Interior ha dado el primer paso en la desescalada del aislamiento que aplicó en las cárceles tras el decreto del estado alarma para luchar contra la pandemia. Desde este miércoles, 13 talleres de 11 cárceles en los que trabajan presos para empresas privadas han reanudado parcialmente su actividad, según una orden interna de Instituciones Penitenciarias a la que ha tenido acceso EL PAÍS. El documento justifica la medida en los “esperanzadores resultados” obtenidos por las medidas de contención del virus en las cárceles “y en consonancia con las decisiones adoptadas por el Gobierno respecto a la reanudación de la actividad laboral de los sectores no esenciales” de la semana pasada.
Hasta ahora, solo dos talleres penitenciarios que trabajan para empresas privadas habían reanudado la actividad al elaborar piezas consideradas esenciales para el mantenimiento de ascensores de hospitales. Lo hicieron la semana pasada, entre protestas de sindicatos de funcionarios de prisiones, en las cárceles de Zaballa (Álava) y Estremera (Madrid). En esta última, la actividad se inició con trabajadores externos pero sin reclusos, al ser el centro penitenciario con más infectados por coronavirus: 23 internos y 8 trabajadores, además de una presa fallecida. Además, están activos los talleres penitenciarios de confección textil de cinco prisiones, sin ninguna relación con empresas externas, que pasaron de fabricar ropa para las propias cárceles a mascarillas sanitarias. Prisiones tenía hasta el 19 de marzo, cuando ordenó el cierre por la pandemia, acuerdos con empresas para más de 120 talleres en los que se empleaba a 3.000 reclusos.
La vuelta al trabajo en los talleres ahora reabiertos será escalonada y con extremas medidas de higiene que harán que solo 160 presos de los 478 destinados en ellos retomen la actividad. Las 11 cárceles que se benefician de la medida son las dos prisiones de Castellón, las dos de Murcia, las dos de Zaragoza y las de Zaballa (Álava), Basauri (Bizkaia), Huelva, El Dueso (Cantabria) y Soria. En ellos se fabrican material eléctrico, piezas de fontanería, repuestos de automóvil y ensamblaje de productos de cartón, caucho y cerámica.
La orden recalca que en esta “primera fase” solo volverán al trabajo en cada taller un máximo del 30% de los que lo hacían cuando se suspendió la actividad. La reincorporación de los presos al trabajo —por la que cobran un sueldo y son dados de alta en la Seguridad Social por las empresas— será voluntaria y se les dotará de equipos de protección individual y mascarilla. Además, se evitará que durante la entrada y salida de material al centro penitenciario, los reclusos entren en contacto con el personal externo de las empresas para evitar contagios.
Los presos tendrán a su disposición en los talleres productos de higiene, como jabón y soluciones hidroalcohólicas, para que pueden adoptar las medidas de prevención contra la covid-19. Prisiones ordena, además, que se realicen “tareas de higienización reforzada” para desinfectar los puestos de trabajos y que se ventilen periódicamente las instalaciones “de forma diaria y por espacio no inferior a cinco minutos”. La orden incide en reforzar esas tareas de limpieza en aquellas superficies “que se tocan con más frecuencia”. Para ello, dispone que el personal de limpieza realice las tareas con mascarilla y guantes, además de incorporar lejía y otros productos desinfectantes a los detergentes habituales. Los uniformes de trabajo utilizados en el taller serán dejados en el mismo lugar de trabajo para, una vez embolsados, ser trasladados para su lavado.
Las medidas de prevención también se extreman en la entrada y salida de los presos al taller para mantener en todo momento “la distancia interpersonal recomendada, de aproximadamente dos metros”. El objetivo, recalca el documento, es evitar la aglomeración de los presos. A los presos se les recomienda evitar tanto "saludos cercanos” como “el uso compartido de equipos”. Si esto último no se puede evitar, Prisiones insiste en desinfectar tanto el equipo como las manos “inmediatamente tras su uso”. La instrucción recuerda también las medidas básicas de protección al toser o estornudar. Hasta este miércoles, se habían producido cuatro fallecimientos ―de una reclusa y tres funcionarios― en los centros penitenciarios dependientes de Interior. Además, se había confirmado el contagio de 46 internos y 238 trabajadores. En torno a un millar (470 Trabajadores y 530 internos) estaban en observación médica o cuarentena.
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