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Dos detenidos por crear un grupo de WhatsApp para agredir a policías que vigilan el confinamiento

Los sospechosos arengaban a hacer emboscadas a los agentes de Algeciras, donde un tercero también ha sido apresado después de agredir a patrullas

Jesús A. Cañas
Agentes de la Policía Local, el Ejército y la Policía Nacional vigilan Algeciras en los días del confinamiento por la crisis del coronavirus
Agentes de la Policía Local, el Ejército y la Policía Nacional vigilan Algeciras en los días del confinamiento por la crisis del coronavirusEuropa Press

La policía de Algeciras detuvo ayer a dos hombres acusados de crear un grupo de WhatsApp para preparar acciones coordinadas para agredir a agentes. “Aquí no vamos a robar, vamos a dar palos a la policía y ya después buscaremos el pan para nosotros que nos haga falta”. Con voz desafiante, uno de los arrestados arengaba en un audio a las decenas de integrantes del grupo de WhatsApp Ni un abuso más, creado este pasado domingo entre usuarios de Algeciras. A.G.R., de 30 años, aseguraba acalorado que, supuestamente, unos de los agentes que controlan el cumplimiento del confinamiento le había pegado. Al final, tanto él como A.M.L., otro joven de 25 años, han acabado detenidos, acusados de crear y alentar un grupo para atentar contra la policía en la ciudad.

La idea de arengar a un grupo de gente para agredir a las patrullas que, desde el comienzo del estado de alarma, vigilan Algeciras prendió como una mecha el pasado domingo en ese grupo en el que se comentaban las novedades sobre el coronavirus en la ciudad. Uno de los integrantes compartió una foto en la que se apreciaban las lesiones a una persona provocadas por una supuesta agresión de un policía. De inmediato, A.M.L. creó otro grupo para criticar los abusos policiales que pronto derivó en una incitación a las emboscadas. “Nos llegó la información del grupo. Escuché los audios y pensé que eran cuatro sin importancia, pero viendo la cantidad de gente que se estaba organizando, decidimos intervenir”, revela uno de los agentes que ha participado de la investigación.

Para cuando la UDEV y la Brigada de Información de la Comisaría de Algeciras dieron con los instigadores, en Ni un abuso más ya estaban intentando concretar qué zona podría ser la más idónea para hacer las emboscadas, qué material llevar —hablan de granadas de pimienta—, cuál sería el mejor momento del día para hacerlo. “Si pegan tiros pegamos tiros. Si pegan palos, pegamos palos. Si pegan pedradas, pegamos pedradas”, asegura en otro de los audios A.G.R., que, tras acabar detenido, reconoció ante los agentes que esa era su voz.

“Su intención era atrincherarse en un barrio y que no entrase nadie. Daban prioridad a atacar a la policía”, explica el mismo investigador. En sus audios, el joven de 30 años propone usar neumáticos y concentrar “a miles de personas”. Pero no pudieron llegar más allá en sus planes. Este pasado martes acabaron detenidos. Fuentes cercanas al caso aseguran que los instigadores tienen antecedentes por delitos comunes.

La investigación del grupo, ya desmantelado, ha coincidido también con la detención de un tercer algecireño que durante estos días se aficionó a agredir a policías arrojándoles objetos desde la ventana. El pasado 4 de abril el joven de 19 años E.M.P. llamó al 091 para alertar de que cuatro encapuchados estaban robando en un local de la barriada de El Saladillo —una de las zonas conflictivas de la ciudad—. Al llegar, los agentes comprobaron que el aviso no era real, escasos segundos antes de que comenzaran a arrojarle objetos desde la ventana de un edificio. “Tiró de todo, hasta un tarro de mayonesa”, asegura un investigador de la policía de Algeciras.

El joven llegó a ocasionar daños en el vehículo policial en el que los agentes se tuvieron que resguardar durante la agresión. Y volvió a repetir su aviso y ataque a la noche siguiente, hasta que los policías han conseguido dar con su identidad y detenerle.

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Sobre la firma

Jesús A. Cañas
Es corresponsal de EL PAÍS en Cádiz desde 2016. Antes trabajó para periódicos del grupo Vocento. Se licenció en Periodismo por la Universidad de Sevilla y es Máster de Arquitectura y Patrimonio Histórico por la US y el IAPH. En 2019, recibió el premio Cádiz de Periodismo por uno de sus trabajos sobre el narcotráfico en el Estrecho de Gibraltar.

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