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Abascal cambia los estatutos de Vox para concentrar todo el poder en sus manos

El líder del partido ultra seguirá cuatro años más en el cargo sin someterse a la votación de las bases

Abascal Vox
El presidente de Vox, Santiago Abascal, en el Congreso de los Diputados.Julián Rojas
Miguel González

Vox dará una nueva vuelta de tuerca a sus estatutos en la asamblea general que celebra este sábado para configurar una organización cada vez más piramidal y férreamente centralista. El partido ultra colgó este miércoles en la Intranet a la que acceden los afiliados una reforma de sus normas internas que atribuye a la dirección nacional el poder de dar instrucciones a todos los órganos del partido y disolverlos si desobedecen. Santiago Abascal será proclamado presidente para otros cuatros años sin someterse al voto de los afiliados, aunque los estatutos del partido le permitían hacerlo.

Según la propuesta de reforma de sus Estatutos, el comité ejecutivo nacional (CEN), que preside Santiago Abascal, podrá “acordar instrucciones de obligado cumplimiento para todos los órganos del partido”. Los comités provinciales o de ciudades autónomas que “incumplan manifiesta y gravemente estas instrucciones”, a juicio de dos tercios de la dirección nacional, podrán ser disueltos y sustituidos por gestoras o relevados sus miembros díscolos. Hasta ahora, los comités provinciales elegidos democráticamente por las bases podían ser sustituidos por gestoras nombradas desde Madrid solo si dimitía su presidente o la mayoría de sus miembros.

La tendencia presidencialista del partido se acentúa al atribuir al líder y a su número dos la capacidad de sustituir, con el beneplácito del 75% de la dirección, casi a la mitad de los miembros del comité ejecutivo nacional (CEN) elegidos por la asamblea general. Vox contará con dos nuevos órganos que dirigirán su día a día: un comité de gestión económica y administrativa y otro responsable de la estrategia política e institucional. Abascal ha anunciado la composición de este último órgano antes incluso de que se apruebe su creación.

También se endurece el régimen disciplinario y el control de los cargos internos e institucionales y se prevé la posibilidad de suspender cautelarmente a los afiliados “incursos en un proceso penal”, sin esperar como ahora a la apertura de juicio oral.

Vox no ha arbitrado un procedimiento para que los afiliados puedan enmendar la propuesta de reforma de sus Estatutos, que no han debatido en sus agrupaciones locales, ya que se ha comunicado a solo cuatro días de la asamblea y solo puede aprobarse o rechazarse por voto telemático.

Abascal seguirá cuatro años al frente de Vox sin someter ni siquiera su liderazgo al refrendo de las bases. El comité electoral ha alegado que la candidatura oficial es la única que ha obtenido el aval del 10% de los afiliados (4.900) para proclamarla directamente vencedora. Sin embargo, los estatutos de Vox no le obligaban a ello, pues señalan que, en caso de existir una única lista, se consultará con los miembros de la misma si quieren que se someta a votación o se declare su triunfo. Abascal ha preferido la segunda opción.

La lista de oficialista no era la única que aspiraba a dirigir Vox: el canario Carmelo González presentó una candidatura alternativa, pero el comité electoral la rechazó asegurando que no había obtenido los avales necesarios. Los críticos han denunciado un “pucherazo” en las elecciones internas y han anunciado su intención de recurrir a los tribunales. Entre otras presuntas irregularidades, uno de los miembros del órgano encargado de garantizar la limpieza de las elecciones, Marta Castro, forma parte de la candidatura de Abascal.

Hace un año, Vox ya modificó sus Estatutos para blindar el poder de la cúpula: se suprimieron las primarias para elegir candidatos a cargos institucionales, dejando esta potestad en manos de la dirección nacional; y se amplió de dos a cuatro años el mandato de Abascal, entre otras medidas.

En este tiempo, el partido ultra no solo se ha convertido en la tercera fuerza política del Congreso sino que ha pasado de ser una organización económicamente modesta a una potente máquina financiera. Si en 2018 tuvo ingresos privados por valor de 1.558.153 euros, en 2019 esta cifra se disparó hasta los 6.554.251 (incluidos 1,5 millones en donaciones), mientras que las subvenciones públicas pasaron de 613.575 euros (por las elecciones andaluzas) a 9.937.942 euros. En total,16.492.103 euros de presupuesto de los que el 60% proceden de las arcas del Estado.

Los afiliados a Vox no podrán asistir a la asamblea del sábado, a la que solo acudirán cargos públicos y orgánicos, y tendrán que conformarse con seguirla por streaming y acudir el domingo a un mitin en el mismo escenario: la emblemática plaza de Vistalegre, en Madrid.




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Sobre la firma

Miguel González
Responsable de la información sobre diplomacia y política de defensa, Casa del Rey y Vox en EL PAÍS. Licenciado en Periodismo por la Universidad Autónoma de Barcelona (UAB) en 1982. Trabajó también en El Noticiero Universal, La Vanguardia y El Periódico de Cataluña. Experto en aprender.

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