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Los desmarques de Álvarez de Toledo dividen a la cúpula del PP

La portavoz en el Congreso no irá con su partido al 8-M: “En mi nombre no habla nadie”

Pablo Casado y  Cayetana Álvarez de Toledo, durante la sesión de control del pasado miércoles en el Congreso.
Pablo Casado y Cayetana Álvarez de Toledo, durante la sesión de control del pasado miércoles en el Congreso.Mariscal (EFE)
Javier Casqueiro

“La libertad no puede perjudicar nunca”. Esa máxima la estableció este martes como un emblema la portavoz del PP en el Congreso, Cayetana Álvarez de Toledo, el tercer cargo en importancia de su partido, para subrayar su independencia y espíritu libre e interpretar que sus periódicos desmarques de la posición oficial no deberían dañar el liderazgo de Pablo Casado, su mayor y casi único defensor en la dirección. El lunes, Álvarez de Toledo atacó a la cadena La Sexta, de Atresmedia, y este martes desdeñó participar en la manifestación del 8-M —a la que el PP acababa de anunciar que sí irá este año—, exhibiendo un discurso sobre el feminismo muy diferente al de su partido.

“Es muy inteligente y está muy preparada, pero no es muy lista”. Un miembro de la cúpula del PP, del entorno más próximo a Casado, escuchaba este martes ese reproche sobre los recurrentes demarrajes de Cayetana Álvarez de Toledo y asentía: “Le falta educación y conocimiento de partido y eso se obtiene si llegas desde abajo”. Otro responsable popular agrega: “Yo podría compartir muchas cosas de las que dice, pero desde luego no tiene el don de la oportunidad”. Un tercer integrante de la ejecutiva popular remata: “Puede que tenga una preparación muy por encima de la media de todos nosotros, pero el problema es que va por libre y no tiene lealtad ninguna con el PP”.

Esas son las quejas que repiten sobre ella dirigentes del partido y que han ido sembrando un soterrado enfrentamiento con el secretario general y número dos del PP, Teodoro García Egea. La dureza dialéctica de Álvarez de Toledo también ha sido fuente de conflictos con barones como Alberto Núñez Feijóo o el recientemente defenestrado Alfonso Alonso.

La cabeza visible de los populares en el Congreso conocía este martes perfectamente, cuando compareció ante la prensa tras una reunión de la Junta de Portavoces de la Cámara baja, que la vicesecretaria de Política Social del PP, Cuca Gamarra, había fijado criterio el pasado lunes sobre el giro dado por su partido para participar este año en la manifestación feminista del 8-M. El año pasado el PP no fue, aunque sí lo hicieron algunos dirigentes a título individual. En esta ocasión la táctica era la contraria.

Gamarra explicó el lunes, tras el comité de dirección del partido, que los populares optaron en esta ocasión por ir oficialmente para no fomentar lo que entienden como un discurso de división entre “las mujeres buenas y malas”, como etiquetan el discurso feminista dominante de las fuerzas de izquierdas. Álvarez de Toledo, para empezar, no fue a esa cita interna y esa mañana concedió una entrevista a Onda Cero en donde acusó a la cadena de televisión La Sexta, del grupo Atresmedia, propietario también de Antena 3 y La Razón, de “hacer negocio con la erosión del sistema democrático” porque entiende que propaga posiciones próximas al independentismo catalán. El malestar en ese grupo de comunicación con buenas relaciones con el PP fue mayúsculo y en la cúpula del partido el incendio mediático sorprendió a Pablo Casado en otra entrevista, en este caso en El Programa de Ana Rosa, en Tele5, que quedó totalmente opacada pese al perfil moderado que quería marcar.

Álvarez de Toledo no solo no quiso suavizar este martes sus palabras del lunes contra La Sexta sino que las desarrolló más y las sustentó en su derecho “a la libertad de expresión a la inversa”. Se le preguntó entonces por el criterio marcado este martes, por Cuca Gamarra en TVE, que se declaró “feminista” como razón de ser para trabajar en política por la igualdad de géneros y a favor de ir a la marcha del 8-M, y Álvarez de Toledo rechazó participar en esa manifestación con el PP y se definió sobre ese conflicto: “Yo soy feminista amazónica de la escuela de Camille Paglia”.

La dirigente popular desgranó a continuación algunas teorías expresadas por la intelectual y feminista norteamericana, que publicó en 1990 en el libro Sexual personae, contra el feminismo que promueve “el odio al hombre”. Álvarez de Toledo entiende que sobre el feminismo hay actualmente dos enfoques posibles. “Uno que lo contempla como una protesta enfadada y pesimista contra una presunta victimización de las mujeres. Una reivindicación contra los hombres. Esa no es mi manera de enfocarlo de ninguna manera", ilustró. “Y otro”, añadió, “como una celebración de la impresionante transformación y de los avances que ha vivido España en estos 40 años, en los que se ha convertido en una de las mejores democracias del mundo”.

“En España, las mujeres nacemos libres para elegir nuestras carreras. Las mujeres no somos víctimas, esa es una idea falsa, que no nos ayuda a las mujeres y que las lleva con una mano paternalista o maternalista”, defendió. Álvarez de Toledo concluyó así que en España “no hay una ideología machista ni políticas machistas que decidan someter a las mujeres” y opinó que se disfruta de la “inmensa suerte” de estar “entre los mejores lugares para nacer de las mujeres”. Y citó ejemplos de mujeres con relevantes cargos de la mayor representación.

La diputada popular sostuvo que su feminismo no ve a las mujeres como víctimas de maridos, hermanos o padres: “Las mujeres no somos bloques identitarios o monolíticos, las mujeres no somos colectivos, no todas sentimos lo mismo. Estoy en contra de caer en la colectivización de la mujer, en mi nombre no puede hablar nadie, ni hombre ni mujer. No pienso lo mismo que Irene Montero o Carmen Calvo por nacer con los mismos órganos que ellas”.

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Sobre la firma

Javier Casqueiro
Es corresponsal político de EL PAÍS, donde lleva más de 30 años especializado en este tipo de información con distintas responsabilidades. Fue corresponsal diplomático, vivió en Washington y Rabat, se encargó del área Nacional en Cuatro y CNN+. Y en la prehistoria trabajó seis años en La Voz de Galicia. Colabora en tertulias de radio y televisión.

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