Con García Lorca por Nueva York: siguiendo los pasos del poeta por la Gran Manzana
Federico García Lorca llegó a Estados Unidos el 25 de junio de 1929. Seguimos sus pasos por Nueva York en un viaje poético

No sabemos lo que pensaría Federico García Lorca de la Nueva York del siglo XXI. ¿Cómo sería Poeta en Nueva York si se hubiera escrito en este momento tan agitado de la historia? Seguro que bien distinto, o quizá no tanto. Hay que pensar que ese manuscrito, que él mismo entregó pocos días antes de su muerte, en 1936, al escritor español José Bergamín, se refería a una Nueva York profundamente caótica, depresiva y cruel fruto del crash de 1929, que se produciría unos meses más tarde de su llegada —Lorca llegó a Nueva York el 25 de junio de 1929 y el crash se inicia el 3 de septiembre de ese mismo año—, pero el ambiente que se respiraba por entonces en la gran ciudad ya era representativo de lo que sucedería posteriormente en la Gran Depresión.
Por lo tanto, ese Nueva York que vivió el poeta corresponde a un periodo histórico en el que predominó la histeria, con muchos casos de suicidio, y la desesperación. Algo que inevitablemente influyó en su perspectiva de la ciudad; no obstante, esta estancia en la Gran Manzana le serviría para cambiar de aires y establecer nuevos lazos más allá de España. Lorca viviría con ilusión los grandes espectáculos de Broadway, las veladas musicales y literarias de la universidad y las noches de jazz en el barrio de Harlem. Fue una etapa prolífica en cuanto a su obra, aunque se sentía deprimido, tal y como expresa en las cartas que se recogieron de esta época, debido a la situación política y social de España, a su propia situación sentimental, después de la ruptura con el escultor Emilio Aladrén, y a las críticas que estaba recibiendo por su trabajo de amigos como Dalí y Luis Buñuel; y por supuesto, por el impacto que le había causado la gran metrópolis y las injusticias a las que se veían sometidas sus minorías sociales, con las que él simpatizaba.

Su viaje terminó en marzo de 1930; posteriormente viajaría a Cuba, donde permaneció tres meses y, finalmente, viajaría de nuevo a Madrid. Pese a que la situación política era muy inestable y que podría haberse exiliado, decidió volver a su Granada natal, donde finalmente sería fusilado por los franquistas el 18 de agosto de 1936.
Recorremos ahora sus pasos, desde Granada hasta la ciudad de Nueva York, en un viaje único y emocionante que organizará EL PAÍS VIAJES el próximo 7 de octubre de 2025. Durante 10 días, un grupo de viajeros guiados por Antonio Vallejo, una figura destacada en el mundo del flamenco, con una carrera que abarca más de tres décadas como artista, gestor cultural y maestro, recorrerán algunos de los lugares visitados por Lorca durante su estancia en Nueva York. ¿Por qué Antonio Vallejo para guiar este viaje? Sin duda, este comparte una conexión especial con la obra de Federico García Lorca. Al igual que Lorca, Vallejo ha dedicado su vida a explorar y expresar la profundidad del alma andaluza a través del arte. Durante el viaje, Antonio llevará a los viajeros a lugares emblemáticos que inspiraron a Lorca, ofreciendo una perspectiva única sobre cómo el flamenco y la poesía se entrelazan en la cultura española. Este viaje no solo será una inmersión en el flamenco, sino también un homenaje a la rica herencia cultural que Lorca y Vallejo representan, y cómo ha perdurado en la actualidad. ¿Te gustaría unirte? Tienes toda la información en este enlace.

Granada, la tierra de Lorca
Este viaje lorquiano empieza en Granada. Lorca nació en Fuente Vaqueros el 5 de junio de 1898, pero a los pocos años se mudaría al cortijo de Daimuz, y posteriormente, a Valderrubio. Él describiría su infancia como una etapa muy feliz en su vida. Hoy es posible visitar la que fuera su casa familiar convertida en museo. Aquí dejaría su mente volar y empezaría a crear sus primeros poemas y escritos.
El edificio que alberga la Casa Museo Federico García Lorca de Valderrubio es una casa tradicional de labor con dos plantas, construida en 1915 sobre los cimientos de la antigua vivienda que el padre de Federico convirtió en el domicilio rural de la familia entre 1905 y 1909. Viviendo en esta casa Federico fue al colegio y conoció el primer teatrillo ambulante, que despertó en él su interés por este género, germen de su futura vocación creativa. Hasta 1926 sería también el lugar donde pasasen los veranos. Fue en este lugar donde escribiría una de las obras de teatro más internacionales de la España del siglo XX, La casa de Bernarda Alba.
Posteriormente, la familia de Lorca fijaría su residencia de verano popularmente conocida como Huerta de San Vicente, desde 1926 hasta 1936, poco después del asesinato de Federico. La casa y los huertos están en el corazón del parque Federico García Lorca, inaugurado en 1995 en la ciudad de Granada. En este lugar, comprado por su padre, escribiría algunas de sus obras más importantes y conocidas como Así que pasen cinco años (1931), Bodas de sangre (1932) o Yerma (1934). En Granada, una ciudad que ha homenajeado al poeta en numerosas ocasiones, también se encuentra el Centro Federico García Lorca, un espacio dedicado a la vida y obra del poeta. Aquí podrás ver exposiciones permanentes y temporales, así como asistir a eventos culturales relacionados con Lorca.
Antes de marchar de Granada, hay que hacer una visita en la Casa Museo Manuel de Falla, dedicada al artista, un gran amigo de Lorca que le inspiró para realizar obras como Poema del cante jondo. Por esas fechas (desde 1915 hasta 1929), Lorca solía reunirse en una tertulia literaria llamada El Rinconcillo que tenía lugar en el café de la Alameda, ahora propiedad del Restaurante Chikito.
Nos despedimos de Granada para viajar a Nueva York, no sin antes llegar al último lugar que le vio con vida. Se cree que el cuerpo del poeta se encuentra enterrado en el barranco de Víznar y Alfacar, un lugar de gran importancia histórica y emocional, pero aún hoy no se han podido hallar. El próximo parque Federico García Lorca, en Alfacar, es un espacio dedicado a la memoria del poeta, jardines que esconden monumentos y placas conmemorativas que rinden homenaje a su vida y obra.

El Nueva York de Lorca
Como decíamos, Lorca llegó a Nueva York el 25 de junio de 1929 de la mano de una de las figuras más importantes del socialismo de la época, Fernando de los Ríos. Pronto formaría parte de un círculo de intelectuales que estaban ya instalados en la ciudad como Federico de Onís, quien le animaría a quedarse en la residencia de Furnald Hall (cuarto 617) en Columbia University. Aunque intentó hacerse con el inglés, pasaba mucho tiempo en las conferencias del Spanish Institute de la Universidad de Columbia.
La faceta más musical de Federico García Lorca quedó plasmada en la Casa Hispánica, donde tocaba el piano y ofrecía conciertos. Sin duda, era un punto de encuentro de la comunidad hispana de Nueva York. Poco tiempo después, Lorca cambiaría su residencia de Furnald Hall por la de John Jay Hall, desde donde disfrutaba de vistas al río Hudson y al puente George Washington en construcción. La avenida de Riverside Drive es también un lugar frecuentado por el poeta, que se menciona en sus cartas.

Aunque, verdaderamente, el barrio que mayor influencia tuvo en Lorca fue Harlem. Él lo describió como “la ciudad negra más importante del mundo”. Le impresionaron las famosas misas y sus cantos, que él comparó con el cante jondo andaluz. También en este barrio asistió a la vida nocturna del Small ‘s Paradise, el club de jazz que frecuentaba y menciona en sus escritos y poemas, como Oda al rey de Harlem.
También Wall Street caló hondo en el ánimo del poeta, que quedó plasmado en su poema Danza de la muerte, inspirado precisamente por esta caótica experiencia. Sobre este lugar se centraría la crítica social y anticapitalista del poeta.
La vida cotidiana y los últimos días del poeta en Nueva York transcurrieron cerca de Broadway y del puente George Washington, que también menciona en sus cartas. Aún hoy existen murales que homenajean a Lorca en Manhattan y Queens. ¿Sabías que en Union City (Nueva Jersey) se celebra el Día de Lorca cada 5 de junio? Es curioso cómo a día de hoy se sigue recordando su obra más allá de nuestras fronteras.
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