El desierto de Merzouga: cómo descubrir uno de los enclaves más fascinantes de Marruecos
En el pueblo de Merzouga, al suroeste del país, se encuentra una joya secreta para el viajero: las dunas de Erg Chebbi
Quién no ha soñado con vivir un atardecer sobre las dunas de un desierto, quién no ha fantaseado con descubrir alguna vez un oasis o con dormir bajo un manto de estrellas en el Sáhara. Marruecos es el destino perfecto para realizar ese tipo de deseos, lo saben bien quienes lo conocen. Si estás planeando un viaje al país y quieres conocer uno de sus desiertos, sus pueblos más escondidos o hacer una ruta que te permita descifrar todos sus secretos, sigue leyendo porque hay un lugar que reúne todas esas características.
Al suroeste de Marruecos, en la frontera con Argelia, se encuentra uno de los paisajes más bellos del mundo. Dunas, camellos, poblados bereberes, palmerales, noches estrelladas y hasta un lago con flamencos. A las puertas del Sáhara, el mayor desierto del planeta con más de nueve millones de hectáreas de superficie, se extiende todo un abanico de posibilidades para aquellos que disfrutan de un turismo de tradiciones y de adrenalina.
Es aquí donde se ha hecho un hueco en el mapa turístico el pueblo de Merzouga, a unos 60 kilómetros de Argelia y a unos 45 kilómetros de la ciudad de Erfoud. Nadie quiere perderse uno de los espectáculos más interesantes del sur de Marruecos, las dunas de Erg Chebbi, conocidas por ser unas de las más altas del planeta con unos 160 metros de altura. Junto con las de Erg Chegaga, en Zagora, estas son las más visitadas del país. Por supuesto, que esta fama tiene una explicación.
Su color, el oro del desierto, y su extensión, tan lejos que no alcanzas a ver dónde terminan, conforman una fotografía idílica, de esas que guardas en la retina para siempre. Cuenta la leyenda que estas fueron el resultado de un castigo divino infligido a los habitantes del pueblo de Merzouga por no haber dado cobijo a una mujer y sus hijos cuando estos llegaron exhaustos y moribundos. Una fuerte tormenta de arena cubrió por completo el pueblo y a todos sus habitantes, cuyas voces aún se pueden escuchar en las profundidades del desierto.
Las dunas de Merzouga en el Erg Chebbi se pueden visitar tanto de día como de noche, y son perfectas para aquellos viajeros que buscan aventuras inolvidables. Muchos llegan hasta aquí atraídos por este mar de arena que ofrece un sinfín de posibilidades: desde el clásico paseo en camello hasta la adrenalina del sandboarding, un estilo de surf sobre las dunas, un paseo en 4X4, los divertidos buggies y, por supuesto, los paseos en moto.
Eso de día, pero por la noche, el desierto ofrece la posibilidad de ver el cielo sin matices y sin contaminación. Si nunca antes has experimentado el silencio, esto te parecerá un paraíso de tranquilidad. Una manera de hacerlo es pasando la noche en el desierto, en una de las clásicas jaimas bereberes o campamentos turísticos. No se recomienda hacerlo nunca por libre.
El Erg Chebbi también te ofrece la posibilidad de conocer la vida de los nómadas del desierto, y un ecosistema muy rico a pesar de lo que puedas creer. El avistamiento de aves y otros animales es muy común, ya que esta zona es rica en agua, o por lo menos en comparación con otras. La culpa de ello la tiene el lago Srji, que se encuentra a 2,5 kilómetros de Merzouga y al que se puede acceder fácilmente por una pista turística. Se trata de una surgencia del río Ziz, claramente, un oasis en medio del desierto, que se ha formado gracias a las fuertes lluvias (aunque no suelen ser muy comunes). La última gran inundación se produjo en 2006. En este pequeño lago anidan flamencos y otras especies de aves migratorias. Lo que decíamos: Marruecos tiene muchos secretos aún por descubrir.
Cómo y cuándo visitar Erg Chebbi
Para visitar el Erg Chebbi tienes varias opciones, aunque una de las más aventureras es la ruta en moto o coche desde el norte de Marruecos hasta el sur. Se puede llegar desde puntos turísticos como Fez o Marraquech, desde el primero hay unas siete horas y, desde el segundo, casi nueve horas de viaje. Se recomienda, por tanto, ir haciendo altos en el camino. El paisaje se presta a la aventura.
El viaje de largo recorrido, de norte a sur, es una de las aventuras que ofrece El País Viajes junto con Alicia Sornosa, periodista, viajera y la primera mujer en dar la vuelta al mundo en moto. Con ella no solo te adentrarás en el desierto de Merzouga, sino que viajarás al corazón de Marruecos durante nueve días en moto. Desde el pueblo azul de Chefchaouen irás descubriendo el país poco a poco: Fez, Ifrane, -la pequeña Suiza marroquí-, el valle del Ziz, Merzouga y el Erg Chebbi, Ouarzazate, la centenaria y cinematográfica kasbah, de Ait Ben Haddou, Patrimonio de la Unesco, Marraquech y Assilah. Este viaje se realizará el 1 de septiembre de 2024.
Si, por el contrario, solo dispones de unos días para adentrarte en el desierto, se recomienda hacerlo fuera de los meses de verano, ya que las temperaturas pueden alcanzar los 40º entre junio y agosto. Durante el resto del año, la temperatura media es de unos 20º, excepto en diciembre, que bajan a los 5º.
Más allá de las dunas del desierto
El desierto debe ser una excusa más para conocer Marruecos. La puerta de entrada al Sáhara es el escenario perfecto para una travesía por su cultura y tradiciones. Puedes empezar por el pueblo de Merzouga, donde te sorprenderá su mercado, el museo de músicos tradicionales Nubios y la madraza. Puedes alojarte en un kasbah, estas fortificaciones bereberes se han convertido en hoteles con vistas a las dunas y con todas las comodidades que jamás podrías imaginar en un paisaje desértico.
Desde este punto, puedes conocer el Morocco National 4X4 Auto Museum, un museo creado por un fanático de los 4X4; también, a unos seis kilómetros, el pequeño pueblo de Khemliya, que alberga una población de bambaras, los descendientes de los esclavos del África subsahariana.
Por supuesto, no pueden faltar en esta ruta lugares únicos como el palmeral de Tafilalet, la ciudad santa y cuna de la dinastía alauita, Rissani, también conocida por su mercado de deliciosos dátiles, y la ciudad de Erfoud, que sin duda te sorprenderá por el comercio de fósiles. Más allá de los alrededores de Merzouga, yendo hacia el sur, se encuentra otro punto interesante de Marruecos, Zagora o “la Puerta del Desierto”. Este pueblo que abre las puertas al Sáhara cuenta con otra de las dunas más visitadas del país, las de Erg Chegaga. Para llegar hasta aquí, muchos optan por desplazarse hasta la ciudad y meca del cine marroquí, Ouarzazate.
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