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Qué hacer 24 horas en Cascais: empezar el día con un pastel de nata y terminarlo en el Casino de Estoril

Tras visitar su Ciudadela y la marina, la ciudad es la base ideal desde la que explorar la Riviera portuguesa, con paradas en los bellos palacios de Sintra, el viñedo de Casal Santa Maria y Penha Longa Resort

Cascais

A medio camino entre Cascais y Lisboa el Tajo se encuentra con el océano Atlántico, y si uno mira hacia el interior, hacia las montañas, puede apreciar cierta languidez en su cielo neblinoso: es como si al final del río, que ya ha recorrido, también, parte de España, se entregara a mar abierto con algo de melancolía. Ubicada apenas a 20 kilómetros de la capital lusa, en la costa occidental, la Riviera portuguesa (Cascais, Estoril, Oeiras, Sintra) seduce con su aparente sencillez, su belleza costera y una historia que pareciera salir de cada una de las paredes de sus edificaciones antiguas.

Podría decirse que Cascais fue uno de los primeros destinos turísticos preferido por los ricos y famosos. “Siempre fue una localidad pesquera, pero es a partir de 1870, cuando la familia real la eligió como destino veraniego debido a su clima templado, que el sitio se puso de moda”, recuerda André Rei, lugareño que regenta Shortcuts, una empresa turística que se encarga de mostrar la ciudad a los visitantes. “En tiempos de guerra, Cascais siempre fue un refugio para la realeza y artistas que querían huir de la violencia bélica”, prosigue. Durante la II Guerra Mundial, fue un centro de acogida de refugiados judíos, muchos de los cuales estaban de paso para irse a Nueva York, Ciudad de México, Río de Janeiro o Buenos Aires. “Además, los reyes de España, Italia, Rumania, Bulgaria, la gran duquesa de Luxemburgo, los duques de Windsor, la realeza de Hungría, Austria y Dinamarca se quedaron tras la guerra y eso aumentó la popularidad de la Riviera”.

9.00 Desayuno dulce

La mejor manera de comenzar el día es desayunar como un lugareño en Bijou (1), abierta en 1929, es una de las tres pastelerías más antiguas de la ciudad. Su producción es propia y, además de los tradicionales pasteles de nata, es posible tomar café proveniente de diversos países como Brasil, Colombia, Perú, Vietnam, Kenia o Guatemala. Otra opción es Sacolinha (2), una cadena pastelera preferida también por los locales.

10.00 Del puerto a la ciudad

La caminata la comenzamos en el puerto, donde se encuentra la Ciudadela (3), una antigua fortificación construida entre los siglos XV y XVII para proteger la costa de Cascais y el estuario del río Tajo, así como para defenderse de los ataques a Lisboa. Afuera se puede ver el monumento al rey Carlos I de Portugal, muerto en 1908, y quien fuera el último miembro de la realeza ante de dar paso a la república que se instauró en octubre de 1910. Hoy, en sus edificaciones se ha construido un hotel donde también hay un centro de arte.

Varios turistas junto a la Ciudadela de Cascais.

Siguiendo por la avenida del mismo nombre, se pueden apreciar las diferentes viviendas construidas a lo largo del tiempo, como la casa del diseñador Philippe Starck, alquilada ahora a residentes ingleses. Hay que tener en cuenta que gran parte de la ciudad fue reconstruida sobre las ruinas tras el gran terremoto de 1755.

En la Praça 5 de Outubro (4) están el Ayuntamiento y el monumento a Pedro I de Brasil y IV de Portugal, quien proclamó la independencia del país sudamericano. A partir de aquí lo más recomendable es perderse por las callejuelas llenas de locales comerciales, muchos de los cuales llaman la atención. Uno de ellos es Mundo Fantástico Da Sardinha Portuguesa (5), una colorida tienda que vende sardinas enlatadas con peculiares diseños que llevan inscrito tu año de nacimiento.

La Praça 5 de Outubro, donde se encuentra el monumento a Pedro I de Brasil y IV de Portugal y el Ayuntamiento de la ciudad portuguesa.

12.00 Paseo ecológico en barco

En Aqua Start (6), ubicado en la Marina de Cascais, se alquilan botes solares desde 100 euros la hora. Es recomendable subirse a uno y lanzarse mar adentro, ya que de esta manera se puede tener una vista de toda la Riviera desde el Atlántico. Entre los atractivos que se ven desde el barco destaca el fuerte Santo António da Barra (7). Lleva este nombre debido a un monasterio franciscano próximo. Fue construido durante el reinado en Portugal de Felipe II de España, tras darse cuenta de que el desembarco de sus tropas, al mando del duque de Alba, en 1580, para incorporarlo a su corona, había sido muy fácil. En 1915 sirvió como un lugar vacacional, convirtiéndose posteriormente en la residencia de verano del dictador Salazar, quien sufrió un accidente en 1968 que lo incapacitó y finalmente acabó con su vida. El fuerte se puede visitar los fines de semana.

La playa de Tamariz, entre Cascais y Estoril.

Si se prefiere disfrutar del mar desde dentro, a lo largo del litoral hay alrededor de 12 playas, que van desde el centro de Cascais hasta Carcavelos (el arenal más extenso de la Riviera), pasando por Estoril. Entre ellas destacan Praia do Guincho (8), ventosa e ideal para practicar el surf; Cresmina (9); Rainha (10), que fue la playa privada de la reina Amelia durante la década de 1880; Moitas (11), entre Cascais y Estoril; Tamariz (12), situada al fondo de la Alameda del casino de Estoril, fue conocida como “la playa Elegante”, ya que solía ser concurrida por la alta sociedad; Azarujinha (13), pequeña y abrigada por los acantilados, y a la que solo se puede llegar a pie; San Pedro (14), una de las más visitadas durante el verano; Avencas (15), pequeña y escondida; y Parede (16).

14.00 Pescados y mariscos frente al mar

Ambiente en la Marina de Cascais.

En la misma Marina de Cascais desde donde parten y llegan las embarcaciones se encuentra Marisco na Praça (17), un restaurante que lleva abierto desde 2017. En la entrada, lo primero que uno ve son los crustáceos vivos listos para ser vendidos al peso. Las vistas a la marina más grande de la Riviera desde sus mesas en la terraza son insuperables. Aquí es buena opción pedir el bacalao y el pulpo a la portuguesa, así como las almejas al natural. Además de los mariscos, la carta tiene una sección de fusión a cargo de la chef Ursula Schenone, que explora los sabores peruanos hechos a base de pescado.

16.00 Palacio-masión con vistas

El exterior de la Quinta da Regaleira, en pleno el parque natural Sintra-Cascais (Portugal).

Si hay un sitio mágico que uno no debe perderse es la Quinta Da Regaleira (18). Apenas a media hora en coche desde el centro de Cascais, ya en Sintra, se encuentra esta maravilla considerada desde 1995 patrimonio mundial por la Unesco. Mandado a construir por António Augusto de Carvalho Monteiro (1848-1920), un hombre que hizo fortuna en Brasil, el proyecto estuvo a cargo del arquitecto y escenógrafo italiano Luigi Manini. El palacio está rodeado de frondosos jardines, grutas misteriosas, lagos, torres y estatuas. Pero su principal atractivo es el pozo iniciático, conocido también como la “torre invertida”. Se trata de un profundo pozo en espiral con nueve pisos conectados entre sí por tramos de 15 escalones, cuyos rellanos representarían los nueve círculos del infierno representados en la Divina Comedia de Dante. Al fondo del pozo hay dibujada una rosa de los vientos. Se dice que los masones debían ascender siguiendo un rito de iniciación que representaba el renacer.

Ya que estamos aquí, otros palacios que deberían visitarse son el Palacio Nacional de Sintra, Castelo Dos Mouros, Palacio Nacional Da Pena, Quinta de Monserrate y el Palacio de Seteais.

18.00 Nunca es demasiado tarde para un buen vino

En la Rua Principal de Colares, en la sierra de Sintra, está el viñedo de Casal Santa Maria (19). Presumen de ser el más occidental del mundo (se encuentra en la punta más ponentina de Europa), y su historia se remonta a 2006, cuando el barón Bodo Von Bruemmet, entonces de 96 años, decidió sembrar y cosechar uvas, una afición que lo acompañó hasta el final de sus días en 2010. Destacan sus vinos Colares Doc Ramisco (tinto que reposa al menos nueve años en barrica y un año en botella antes de abrirse), Mar de Rosas y Sauvignon Blanc. Debido a la edad en la que el barón comenzó a hacer vino el lema del viñedo es: “Nunca es demasiado tarde”.

21.00 Cena en un paraje natural

A 15 minutos de Cascais se encuentra Penha Longa Resort (20), en el parque natural Sintra-Cascais. Sus orígenes se remontan al siglo XIV: en algún momento fue refugio vacacional de la realeza. Hoy es un resort Ritz Carlton, ocupa 220 hectáreas y es un lugar destacado entre los amantes del golf, que vienen de todo el mundo para jugar en sus dos campos (de 18 y 9 hoyos) ambos diseñados por Robert Trent Jones Jr.

El paraje ha sido también, desde 1355, refugio de órdenes religiosas (se dice que ocurrieron milagros en tiempos de la peste), coto de caza, finca agrícola aristocrática y hogar de una familia japonesa. Dentro hay acueductos, fuentes, jardines, murallas, molinos de agua, rocas (Penha Longa significa roca larga, en castellano), capillas y un palacio del siglo XVII. Además de sus impresionantes instalaciones (más de 200 habitaciones, spa, gimnasio, cuatro piscinas, jardines señoriales y salones), alberga siete restaurantes, dos de ellos con estrellas Michelin: Lab by Sergi Arola y Midori, el primer restaurante japonés con estrella de Portugal. Probamos uno de los tres menús degustación de Lab (dirigido por el chef Vladimir Veiga) y la experiencia fue un viaje a través de su geografía gastronómica. Además de estos restaurantes de alta gama, uno puede cenar en Arola (más informal que Lab), Especias, Penha Longa Mercatto y Aqua.

Un dato más: dentro del resort hay un monasterio del siglo XV, declarado Monumento Nacional en 1910 que no hay que dejar de visitar.

En el B Lounge del resort hay un rincón dedicado a la pastelería donde comprar los chocolates artesanales elaborados bajo la dirección del chef Francsico Siopa, uno de los profesionales más reconocidos del sector, cuyas creaciones tienen la particularidad de tener una presentación bastante original. En la barra, como para terminar la sobremesa, siempre son recomendables los cócteles hechos a base de alguna de las cien variedades de ginebra que tienen en la carta.

00.00 De marcha como James Bond

Si después se quiere algo más de marcha, uno puede ir al barrio Amarelo de Cascais (21) o a la plaza Luís Camões (22), en el centro de la ciudad. En la Marina de Cascais (23) también hay ambiente y vida nocturna. Otra opción es el Casino de Estoril, uno de los más grandes de Europa y que sirvió de inspiración para la saga del agente 007. Su creador, el escritor inglés Ian Fleming, presentó al mundo a James Bond en su primer libro Casino Royale (1953), personaje para el que se inspiró en los espías que, como Fleming, fueron huéspedes del Hotel Palácio Estoril durante la II Guerra Mundial.

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