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Explorando Cabo Tribulación: un extraordinario viaje en el tiempo en Australia

Tanto en tierra como bajo el mar, el espectáculo visual al que se asiste en esta zona al norte de Queensland es asombroso. Una región única donde conviven dos ecosistemas: la selva tropical de Daintree y la Gran Barrera de Coral

Playa Myall en Cabo Tribulación, situada en el Parque Nacional Daintree, Queensland, Australia.
Playa Myall en Cabo Tribulación, situada en el Parque Nacional Daintree, Queensland, Australia.Manfred Gottschalk (Alamy Stock

Un intenso aguacero empapa la selva tropical de Daintree, la más antigua del mundo. Los tesoros de esta catedral de la naturaleza dan una tregua a la constante estimulación de los dispositivos móviles. Se agradece que en esta zona de Australia , que es más antigua que el Amazonas, no haya cobertura. Los sentidos descubren especies vegetales ancestrales que dan cobijo y alimento a una constelación de animales únicos. Deja de llover, y sin el manto de agua se percibe con meridiana claridad la hostilidad del lugar. Es como si uno hubiese viajado al pasado, a Gondwana y a la etapa del Jurásico. Estamos frente a 180 millones de años de historia y la reflexión es inevitable: el paso del tiempo es relativo en Cabo Tribulación.

Esta lengua de tierra ubicada al norte de Queensland alberga dos ecosistemas que son patrimonio mundial de la Unesco: el parque nacional Daintree y la Gran Barrera de Coral. Precisamente, en uno de los arrecifes encalló en 1770 el Endeavour del capitán James Cook. El explorador británico puso Tribulación al cabo porque ahí comenzaron “todos sus problemas”. Su viaje se retrasó considerablemente y cuando se aventuró a investigar los sinuosos caminos embarrados y plagados de cocodrilos concluyó que aquella zona no era habitable. Hubo, sin embargo, una salvedad en su análisis: la tribu de los kuku yalanji llevaban ahí entre 30.000 y 50.000 años.

En este remoto paraíso tropical de playas vírgenes, la arena y los manglares besan el Mar del Coral bajo la mirada de enormes árboles. Son los dinosaurios verdes, entre los que hay, al menos, 12 especies de plantas primitivas que no se encuentran en otros lugares del planeta. A pocos kilómetros, los arrecifes de la Gran Barrera de Coral descansan en aguas cristalinas y entre pequeños cayos. Tanto en tierra como sumergidos en las profundidades, el espectáculo visual al que se asiste aquí es asombroso. Aquí van algunas claves de este viaje para inmortalizar.

No importa el orden de los factores

El aeropuerto más cercano a Cabo Tribulación es el de Cairns. Allí puede comenzar la ruta con un coche alquilado. Los dos destinos principales son: Port Douglas (a 66 kilómetros del punto de partida) y Cabo Tribulación (a 139 kilómetros). Qué lugar explorar antes o después queda a gusto del viajero. En este caso, optamos por seguir el orden del litoral en dirección al norte y de camino a Port Douglas paramos en Palm Cove, una playa espectacular con largas palmeras alineadas que brindan una estampa de lo más fotogénica.

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Playa de Cabo Tribulación, Queensland, Australia.
Playa de Cabo Tribulación, Queensland, Australia. Alamy Stock Photo

Port Douglas es un pequeño pueblo costero con una población de 5.500 habitantes que vive enteramente del turismo. Además de la gran oferta de hoteles, apartamentos turísticos, restaurantes y bares, también hay varios operadores que organizan viajes en barco a la Gran Barrera de Coral, como Sailaway Reef & Island Tours. Hay experiencias más personalizadas frente a las más masificadas, y otras dedicadas exclusivamente al buceo con oxígeno. Nosotros optamos por un catamarán de alrededor de 50 personas que nos llevó al arrecife Mackay, justo en frente de Cabo Tribulación. El desayuno y el almuerzo están incluidos y ofrecen material para hacer esnórquel.

La subida de las temperaturas del mar ha provocado cuatro procesos de blanqueamiento en siete años. En 2020, la Fundación de la Gran Barrera de Coral analizó desde el aire 1.036 corales de los 2.300 kilómetros de longitud que tiene el arrecife. Un 60% estaban afectados. Aunque durante nuestra visita este estaba sano, el biólogo marino Federico Facchin nos aseguró que “las temperaturas subirán otra vez y, seguramente, tengamos otro evento de blanqueamiento del coral” durante este verano austral. Nos aferramos al presente y observamos cómo conviven cientos de especies marinas en escasos metros cuadrados: tortugas, peces Napoleón, peces payaso percula y hasta un tiburón de punta negra (inofensivo, aparentemente). La gama cromática es enorme y los matices de estas criaturas hacen que el tiempo vuele. La jornada finaliza poco antes de la puesta de sol.

Vista elevada sobre el Parque Nacional Daintree al amanecer, Queensland, Australia
Vista elevada sobre el Parque Nacional Daintree al amanecer, Queensland, AustraliaMatteo Colombo (Getty Images)

Amanecemos en Port Douglas y salimos dirección a Cabo Tribulación. Esperan 84 kilómetros rumbo al norte, a lo largo de la selva tropical del parque nacional Daintree y con el mar y la barrera de coral al este. A los 20 minutos de viaje paramos en Mossman Gorge, el punto de entrada al parque. El Centro Cultural ofrece muchas claves sobre el modo de vida de los kuku yalanji. Allí hay un autobús que asciende a una de las montañas cubiertas de árboles que se elevan desde el río. Nos bajamos en medio de esta fascinante orografía teñida de verde y hacemos los dos caminos acondicionados con pasarelas. Rápidamente, se siente la humedad tropical y se percibe la exuberancia de la vegetación con las cícadas, los helechos y los musgos más primitivos que existen. La diversidad de la vida vegetal es abrumadora: hay unas 3.000 especies de plantas de 210 familias; 50 de ellas son únicas de esta región.

‘Glamping y senderismo’

Estamos un lugar extremadamente remoto. La única vía por carretera desde Cairns a Cabo Tribulación entre los años sesenta y noventa del pasado siglo solo permitía el acceso a vehículos 4x4. Se asfaltó en 2002, y en 2011 se construyó el último puente que permitía acceder durante todo el año. Cruzamos el río Daintree en ferri (mejor comprar el ticket con antelación) y nos dirigimos al alojamiento. Entre la oferta de hoteles optamos por el glamping Daintree Crocodylus Village, inmiscuido en la selva. La estructura de las tiendas consta de lonas gruesas y se erigen sobre plataformas de madera. Aquí uno convive con casuarios, unas aves no voladoras muy agresivas a las que mejor mirar de lejos

Tras pasar una noche hechizados por los sonidos de los animales, la ruta comienza a la vieja usanza: con un mapa que marca los lugares de interés. Por delante espera una jornada en coche donde se va parando en distintos puntos para realizar caminatas sobre pasarelas y disfrutar de las playas. Aunque a primera vista el mar invite al baño, mejor no sumergirse más allá de las espinillas. “Siempre hay un cocodrilo esperando su momento”, cuentan los locales.

Las playas de Cow Bay, de Alexandra Bay, la espectacular Thornton Beach, Myall Beach o los senderos de Jindalba, Marrdja o Dubuji; miradores como el de Wallu Wurrigga; o baños permitidos como el de Thompson Creek, contribuyen al misticismo de la ruta. Entre la exuberancia se ocultan bizarras especies de fauna. Como las zarigüeyas verdes únicas o las de cola anillada, los gatos tigres, los canguros arborícolas o los ratones marsupiales dentones. Un tercio de los mamíferos australianos viven en esta selva tropical, donde también se ven los murciélagos más raros que existen.

Cabo Tribulación, Queensland del Norte, Australia.
Cabo Tribulación, Queensland del Norte, Australia.Scott Barclay (Alamy Stock Photo

Cabo Tribulación invita al viajero a colocarse las lentes del capitán Cook y conocer las estrategias para que haya vida en un terreno tan hostil. A ponerse en la piel de los kuku yalanji para imaginar sus métodos de supervivencia y su sabiduría ancestral sobre el entorno. Pero, sobre todo, pone un paréntesis al milenio actual y nos desplaza, como si de un viaje astral se tratara, a lo más primitivo de la naturaleza. Deshacemos el camino con cierta nostalgia. Regresamos a 2024.

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