Por el Triángulo Balneario de la República Checa, algo más que aguas termales
Muchos llegan a esta región de Bohemia del Oeste para tratarse distintas dolencias bebiendo de manantiales o con tratamientos en spas. Pero las coquetas ciudades de Karlovy Vary, Mariánské Lázně y Františkovy Lázně también merecen una visita por su arquitectura y paisajes
“¡Sabe a metal!”. Estas fueron mis primeras palabras cuando probé por primera vez el agua termo-mineral de Karlovy Vary, una de las tres ciudades que con Mariánské Lázně y Františkovy Lázně conforman el famoso Triángulo Balneario de la República Checa, recientemente nombrado patrimonio mundial de la Unesco en la categoría de Grandes Ciudades Balneario de Europa. De las 11 de la lista repartidas en siete países europeos, tres son checas.
Estas ciudades ubicadas en la región de Karlovy Vary, en Bohemia del Oeste, están situadas dentro de un área relativamente pequeña que representa un conjunto urbano con estilos arquitectónicos que van del siglo XVII al XX. De sus armónicos escenarios resaltan teatros, columnatas y mansiones construidas alrededor de sus manantiales minerales.
¿Por qué estas aguas tienen poderes medicinales?
Los numerosos borbollones se filtran en una zona tectónicamente debilitada de la corteza terrestre y se dispersan en una disposición geográfica que se asemeja a un triángulo. El agua termal que sube a la superficie de la tierra, mezclada con dióxido de carbono (CO₂), tiene una composición química que contiene la mayoría de los elementos de la tabla periódica y más de 40 elementos vitales para el cuerpo humano. Según la terminología técnica se denomina agua termal-mineral, hipotónica y altamente mineralizada.
Sus efectos sanadores han sido demostrados por siglos. En el año 1370, Carlos IV de Luxemburgo fundó la ciudad de Karlovy Vary (que en checo significa baños termales de Carlos) y cuenta la leyenda que fue el mismo rey quien descubrió fortuitamente la magia de sus aguas mientras cazaba a un ciervo. En el siglo XVIII surgieron balnearios, y hasta el siglo XIX alcanzó su mayor esplendor atrayendo a personalidades de la talla de Mozart, Beethoven y Sigmund Freud.
Para mi sorpresa, los accesos a la mayoría de las fuentes distribuidas en las tres ciudades son gratuitos y están abiertos al público. Muchas se encuentran en el interior de edificios, columnatas, pabellones, glorietas y balnearios construidos sobre y alrededor de los manantiales minerales. Las aguas se diferencian por su temperatura y por el contenido de dióxido de carbono disuelto. Estas variedades también difieren en sus efectos curativos, pero el común denominador es el impacto sanador que producen en el cuerpo humano.
Karlovy Vary, la ciudad más elegante
Mi viaje comenzó en esta ciudad con arquitectura de estilo imperial, rococó y clásica. Basta caminar unos minutos por sus calles para entender por qué en la época dorada de esta zona Karlovy Vary era la favorita de aristócratas y políticos. Entre sus hoteles de lujo se encuentra el Grandhotel Pupp, en el que se rodaron escenas de la película Casino Royale de James Bond, y al que merece la pena entrar para admirar sus glamurosas alfombras y candelabros.
En mi itinerario incluí la visita al Museo de la Fábrica de Cristal Moser, donde se elabora la fina cristalería de Bohemia, y el Museo de Jan Becher para conocer el licor Becherovka. A unos 15 kilómetros, visité Loket, una población embellecida por su majestuoso castillo gótico ubicado en una colina.
En esta ciudad dormí una noche y elegí el famoso Spa Hotel Imperial, un imponente alojamiento de lujo con vistas privilegiadas; su arquitectura es digna de un castillo. En su spa ofrecen tratamientos con terapias tradicionales para tratar y prevenir diversas enfermedades.
¿A qué sabe el agua?
El agua mineral que emana del subsuelo de Karlovy Vary se forma a una profundidad de 2.500 metros bajo la superficie de la Tierra. Sus manantiales minerales se filtran por fallas periféricas de la cuenca de Sokolov, en el lecho del río Teplá y en los sótanos de edificios. Sus 12 fuentes termales principales están repartidas por toda la ciudad y sus aguas resultan beneficiosas principalmente para combatir problemas digestivos, locomotores y metabólicos.
Compré la artesanía típica de la región: una taza (kalíšek) de porcelana con una boquilla delgada en forma de pipa. Más allá de un souvenir, estos curiosos vasos fueron inventados para servirte y beber el agua. Los venden prácticamente en cada esquina. Comencé mi procesión entre las columnatas de la ciudad en búsqueda de fuentes y aunque me quemé en mi primer intento de beber, llené mi jarrito y di el primer sorbo. El sabor del agua es fuerte, metálico y poco agradable para el paladar, pero después de ser consciente de sus efectos positivos no dudé en tomar pequeños tragos de otras fuentes.
Mariánské Lázně, la ciudad residencial
Mi trayecto continuó en esta urbe ubicada al extremo sur del bosque de Slavkov. Me asombró la perfección de su parque central rodeado de desarrollos residenciales de estilo imperial y neoclásico. Sus verdes laderas resguardan hoteles de lujo, balnearios pomposos, casas balneario, iglesias y columnatas pintados principalmente de colores blancos y amarillos.
Los manantiales minerales de esta zona tienen una fuerte carga de dióxido de carbono (99,7 % de CO₂ natural) que se usa de forma terapéutica en baños de gas carbónico. En sus alrededores hay 160 manantiales y dentro de la ciudad existen 50 fuentes minerales de aguas frías que, además de para beber, se emplean para baños minerales e inhalaciones, siendo este el motivo de que existan hoteles y spas que ofrecen múltiples tratamientos terapéuticos. Los poderes medicinales de sus aguas y gas natural son efectivos para trastornos del sistema musculoesquelético, afecciones respiratorias, renales o enfermedades neurológicas, entre otras.
El Hotel Centrální Lázně es una buena opción por sus piscinas de agua mineral y spas. Para cenar, es recomendable el restaurante Česká Hospůdka, en el que ofrecen comida checa como la ternera con salsas rojas o una trucha de sazón inolvidable.
Disfruté el pueblo recorriendo la Columnata Principal de estilo neobarroco, su Fuente Cantante que cada hora le da a la ciudad un ambiente audible mientras reproduce canciones clásicas y el Teatro Municipal. En sus cercanías vale la pena acudir al palacio de Bečov nad Teplou para contemplar el deslumbrante relicario de San Mauro, uno de los mayores tesoros del arte medieval y el segundo objeto más valioso del país después de las joyas de coronación.
Františkovy Lázně, la ciudad jardín
Este santuario de bienestar de estilo neoclásico es la urbe más pequeña del Triángulo Balneario de Bohemia del Oeste, pero, a mi parecer, es la más acogedora. Su nombre se lo debe al emperador Francisco I, quien la fundó a finales del siglo XVII, y su indiscutible belleza se ve reflejada en su extenso e histórico parque de estilo inglés. Así como sus ciudades hermanas, Františkovy Lázně fue visitada por personalidades influyentes de la época como Franz Kafka, Franz Joseph II, Beethoven, entre otros.
De las tres ciudades, es en esta en la que hay mayor cantidad de huéspedes adultos mayores que caminan entre sus pabellones, entran a edificios históricos que resguardan spas y descansan en sus áreas verdes. Incluso existen tranvías urbanos a disposición de los visitantes que requieran asistencia para sus traslados. En la ciudad hay fuentes distribuidas entre sus áreas verdes y en sus procedimientos terapéuticos utilizan el gas de los manantiales y lodo con alto contenido de hierro y azufre. Dentro de la lista de malestares que los viajeros tratan en esta ciudad destacan los problemas cardíacos, circulatorios, dolor en las articulaciones, cuestiones oncológicas y afecciones nerviosas. Uno de los sitios más concurridos es su parque acuático Aquaforum, con piscinas, cuevas acuáticas y saunas.
En sus cercanías recomiendo visitar la ciudad de Cheb y la reserva natural de SOOS, ubicada seis kilómetros al noroeste, un área con millones de años de historia y con una huella de actividad volcánica. En esta particular reserva hay mofetas, charcos de lodo en los que son visibles las burbujas de dióxido de carbono que se elevan desde el subsuelo.
Nota destacable
En la República Checa el servicio de salud pública ofrece a los checos la posibilidad de cubrir los gastos de todo su tratamiento, que incluye un esquema personalizado según sus malestares o enfermedades y su estancia en las ciudades del Triángulo Balneario —por la cantidad de días que el médico señale—. A través de una receta prescrita, el doctor prescribe al paciente cuáles son los manantiales minerales específicos a los que debe acudir, la cantidad a consumir y el horario en el que debe hacerlo. El remedio bebible se recomienda principalmente antes de las comidas.
Como turista puedes acudir de forma libre, elegir si quieres visitar las tres ciudades o instalarte en una y beber de las fuentes que prefieras. Pero si deseas seguir un tratamiento médico en particular, sugiero acudir a un especialista y ser cuidadoso con la investigación previa de contraindicaciones según tu estado de salud.
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