Thalasia Costa de Murcia, evasión termal a buen precio junto al mar Menor

Conscientes de que hoy más que nunca el bienestar es cuestión de estado (personal) y que el balnearismo está saliendo indemne a la pandemia, especialmente cuando sus aguas proceden del Mediterráneo, los responsables de este complejo de talasoterapia en las inmediaciones del mar Menor reabrieron sus instalaciones ayer, viernes 12 de marzo. Su afán por la higiene se acompaña de unos descuentos del 20% si la reserva se efectúa con al menos 20 días de antelación, lo que viene a significar unas tarifas de 64 euros por una habitación con terraza, desayuno y acceso a las piscinas marinas. No es fácil resistirse a este plan a poco que se abra la región murciana a las escapadas y la primavera traiga mucho sol y vacunas.

Quitando las vistas del parque regional Salinas y Arenales de San Pedro del Pinatar desde las habitaciones superiores, el diseño del hotel puede pasar de soslayo a la mirada del viajero exigente. La piscina exterior queda encastrada en el edificio, lo que quizá disminuye las funciones del solárium que la rodea, medio protegido por dos ringleras de sombrillas de cañas. Tampoco lucen mucho la pista de pádel con rejas, dada su ubicación en el ático del hotel, ni el gran salón vestíbulo, decorado como se estilaba hace décadas. Y qué decir del patio interior, algo claustrofóbico y expuesto a las miradas de una gran parte de las habitaciones.

Lo realmente valioso de la estancia se ofrece en un cuerpo de edificio aparte: el centro de talasoterapia. Aquí los 4.500 metros cuadrados de instalaciones evidencian otra morfología contemporánea, con ambientes apropiados a la experiencia acuática y amplias vidrieras que bañan de luz la inmersión en unas termas ricas en iones de magnesio, sodio, bromo, calcio, flúor y yodo, con sus consabidos efectos terapéuticos. El circuito se complementa con masajes salinos y de lodos raptados al fondo del mar. El catálogo de servicios incluye una cosmética saludable con bioterapia facial y capilar, rituales lúdicos, amén de chorros, cuellos de cisne y peelings realizados con hierbas pulverizadas, algas y sales recogidas en las propias salinas de San Pedro del Pinatar.

Todos estos placeres se administran con un reconocible afán de limpieza. Tan importante como los ungüentos terapéuticos es llevar a mano, continuamente, una bayeta con gel desinfectante. Así las vacaciones se hacen más descansadas.