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Libros y murales en México

De Ciudad de México a Puerto Ángel, el agitador cultural Pepe Olona nos cuenta su primer viaje al país en busca de tesoros bibliográficos

El agitador cultural Pepe Olona.
El agitador cultural Pepe Olona.

Es el alma de la librería Arrebato de Malasaña, pero también el fundador de la editorial de igual nombre y del proyecto de poesía escénica que en 2020 celebra sus 20 años. Los libros, antiguos y modernos, son el epicentro de la vida de Pepe Olona, que aquí nos cuenta su primer viaje a México en busca de tesoros bibliográficos.

¿Cuándo fue ese viaje tan libresco?

En 2006. Hacía poco que tenía la librería y surgió este viaje a México para comprar libros usados allí. Me fui con mi pareja, que estaba embarazada de nuestro segundo hijo. El plan era alojarnos en casa de la madre de un amigo librero en Ciudad de México, ir en busca de libros y después conocer Oaxaca y Puerto Ángel.

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¿Les cuidó bien la madre de su amigo?

Estupendamente. Recuerdo los desayunos con guacamole que nos preparaba, tan abundantes. En ellos probé por primera vez el cilantro. Para mí México fue un descubrimiento de sabores, como el mole negro, la ensalada de nopales y el pescado huachinango, que dicen que no es ni blanco ni azul, sino verde, porque en efecto su raspa es color verde vivo.

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Volvamos a las librerías…

Nos pasamos días enteros en las típicas de la calle Donceles, muy cerca de la plaza del Zócalo. Eran enormes, de varios pisos. También en la Colonia Roma visité librerías de volúmenes usados, pero esas eran más pequeñas, más señoriales.

¿Les dio tiempo a conocer Ciudad de México?

Entre librería y librería visitamos los murales sobre la historia del país pintados por Diego Rivera en el Palacio Nacional, y también los de Siqueiros en el Palacio de Bellas Artes. Y tengo un gran recuerdo del mercado de Coyoacán: es espectacular, venden de todo. Ahí compré mi muñeco de madera de El Chavo del Ocho.

Y al final llegaron al mar…

Acabamos en Puerto Ángel, en el Pacífico. Llegamos en autobús de madrugada y en ese momento todo nos dio un poco de miedo, pero cuando amaneció nos dimos cuenta de que estábamos en el paraíso.

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