El hotel ‘spa’ de la familia Jubany en Calders

Jubany, conexión familiar. Nandu es el afamado propietario del hotel Mas Albereda y del restaurante Can Jubany, con sucursales propias y ajenas en Barcelona, Girona, Formentera, Andorra y Singapur. María Rosa, su hermana mayor, regenta la tricentenaria La Masía del Solà, en el Pla de Bages. Y la menor, Elisabet, junto a Carles Badia, posee una masía del siglo XIX transformada en un hotel de 16 habitaciones al pie de la carretera que va de Manresa a Vic, en la localidad de Calders. Todo ello forjado al abrigo de unos padres, y de la tieta Mercè, que engrandecieron a hotel el antiguo restaurante de los abuelos.

La naturaleza comarcal del Moianès acuña el estilo del hotel-restaurante Urbisol, una vieja masía no exenta de guiños contemporáneos. Parece mentira que en un edificio aparentemente sencillo quepan tantas configuraciones para el ocio: una piscina con zona ajardinada, una sala de lectura con chimenea y terraza, un salón de convenciones con mesa imperial y, lo más sorprendente, un complejo spa con sauna, baño de vapor, piscina interior, duchas de sensaciones, bañeras de hidromasaje y dos salas de tratamientos. La carta terapéutica es amplia y tentadora para los sentidos (chocoterapia, vinoterapia, Bamboo, Kerala-Shirodara, Soy Soy, Soap Dream), así como sus clases particulares de yoga, taichí y batucada.

El tirón del apellido Jubany asegura unas cotas de ocupación entre las más notables de Cataluña. Quizá por eso el desgaste de las instalaciones es patente y llama a una reforma pronta, especialmente en el área wellness. Tampoco la cocina está en línea con los precios de la estancia.

Los dormitorios introducen alguna originalidad relativa al paisaje exterior, pues todos miran a las frondas pinariegas con algún roble que circundan el recinto. Lirios, girasoles, amapolas, calas, lisianthus, gerbera, tulipanes y orquídeas resaltan lo que parece obvio: un jardín floral en sus cabeceros y detalles decorativos que dan color al descanso de los huéspedes. Las suites Agapantus y Hortensia siguen esa misma línea ornamental. La Dosel envuelve la cama en gasas y maderas gruesas, y la Alium, con su baño revestido de cemento y su bañera escultórica, es la expresión máxima del minimalismo. Y la suite Peonía, quizá la más fotogénica de la casa, mira a los Pirineos.