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12 paradas irresistibles en El Raval

Un paseo por el bullicioso y renovado barrio de Barcelona entre locales centenarios y nuevas propuestas, y un vermut en La Monroe

Amy Cocke delante de su tienda de objetos Grey Street, en el barcelonés barrio de El Raval, cuyo nombre hace referencia a la calle en la que vivían sus abuelos en Canberra (Australia).
Amy Cocke delante de su tienda de objetos Grey Street, en el barcelonés barrio de El Raval, cuyo nombre hace referencia a la calle en la que vivían sus abuelos en Canberra (Australia).Alfredo Arias

El sol se cuela entre los árboles delgados de las estrechas calles de este barrio histórico que hace décadas puso a Barcelona en el mapa con el nombre de Barri Xino. Canalla, lo han llamado, multiétnico también, cosmopolita, y lo cierto es que tanto ayer como hoy tal es su singularidad que atiende a multitud de adjetivos. Calidoscopio de la actualidad como ninguno, el antiguo Barri Xino barcelonés ha mudado su antigua piel para renacer convertido en una de las zonas más dinámicas y con la mejor oferta cultural y artística de la ciudad —con 18 museos y equipamientos culturales, ningún otro barrio de Barcelona iguala semejante dotación—, sin perder aquel punto de lo prohibido y transgresor que ha tenido desde siempre.

javier belloso

Entre La Rambla, la calle Pelai, el Paral·lel y las rondas Universitat, Sant Pau y Sant Antoni se despliega este laberinto de callejuelas que forma el barrio más densamente poblado de Barcelona, con un índice de población parecido al de Calcuta, y en el que están representadas nada menos que 60 nacionalidades. De aquel barrio que sedujo a Jean Genet, quien residió aquí entre 1933 y 1934 y relató sus vivencias en el libro Diario de un ladrón, y que fue espacio de libertad durante la época del franquismo, como destacó el escritor Juan Goytisolo, de aquel barrio queda mucho y muy poco. Desde 1995, con la inau­guración del Macba de Richard Mayer —y su gran espacio urbano, patrimonio de skaters—, la apertura de La Rambla, la creación de la Filmoteca de Catalunya en 2012 y el futurista hotel Barceló, en el Raval se han ido abriendo nuevas tiendas, bares y restaurantes simpáticos, curiosos y modernos que aportan una nueva dimensión al barrio y se funden con un comercio tradicional de pequeños locales, talleres, oficios y artesanos. Muchos de los que se acaban de instalar traen consigo el saber y la herencia de donde proceden.

No hay que olvidarse de echar un vistazo al pasado cuando se visita esta zona de Barcelona, ni dejar de tener presente su huella en la literatura. Maruja Torres, Vázquez Montalbán y Terenci Moix son hijos del barrio y lo explicaron como nadie con sus libros, como La catedral dels sentits, de Vázquez Montalbán, dedicado al mercado de La Boquería. Ni dejar de adentrarse en el corazón medieval del Raval, con el monasterio y la iglesia de Sant Pau del Camp, una de las más antiguas de la ciudad, de simplicidad y belleza arquitectónica únicas; y el Antic Hospital de la Santa Creu, con su patio sombreado y calmo, sede de la Biblioteca de Catalunya, del Institut d’Estudis Catalans, del innovador teatro La Perla 29, de la Reial Acadèmia de Medicina… Y deambular sin rumbo por la calle de la Cera, Joaquim Costa, Xucla, de L’Hospital, de les Carretes, por la Rambla del Raval con el robusto gato de Botero adoptado como símbolo inequívoco… para impregnarse del ambiente auténtico, vital y contradictorio de este histórico y céntrico barrio barcelonés.

Barra del restaurante Dos Palillos, en El Raval (Barcelona).
Barra del restaurante Dos Palillos, en El Raval (Barcelona).Alfredo Arias

Dos Palillos

Simpático, atento e imaginativo, Albert Raurich, chef con estrella Michelin y perteneciente a la familia de cocineros de elBulli, abrió este restaurante de comida asiática y toques mediterráneos hace casi una década. Una apuesta arriesgada, sin duda, con un comedor para solo 12 comensales sentados en una barra continua y una antesala inspirada en los antiguos bares de los años sesenta donde sirven tapas creativas. La decoración del local —situado en el edificio Camper— lleva la firma del diseñador Lázaro Rosa-Violán, y de sus paredes cuelgan dibujos y fotos de amigos de Raurich como Xavier Amat, quien fuera propietario de Vinçon. El Dos Palillos dispone también de una terraza poco convencional en plena calle.

Tienda Grey Street (Barcelona).
Tienda Grey Street (Barcelona).Alfredo Arias

Grey Street

Un local reciclado, en esta ocasión una antigua perfumería que la australiana Amy Cocker llenó de encanto y cosas bonitas. Amy se enamoró de Barcelona hace ocho años y decidió quedarse a vivir aquí, abrió Grey Street, una tienda preciosa repleta de objetos delicados, como papeles pintados con firma, telas vintage, cerámica y piezas de artesanos y artistas locales. Un paraíso para aquellos que les encanta curiosear rodeados de buen gusto y simpatía.

Perfumería Les Topettes, en Barcelona.
Perfumería Les Topettes, en Barcelona.Alfredo Arias

Les Topettes

La alquimia ha llegado al Raval de la mano de Oriol Montanyès y Lucía Laurín, que han convertido su hobby en profesión. Ambos proceden de sectores aparentemente alejados de la perfumería, Oriol es cocinero e interiorista y Lucía periodista, pero el gusto por la perfumería y los detalles bellos les llevaron a abrir este comercio en el que todo huele fantástico. Ofrecen en Les Topettes productos de autor y marcas procedentes de todos los rincones del mundo, de las más clásicas a las más novedosas y de tendencia, perfumes y jabones elaborados con materiales 100% naturales con aroma a higuera, geranio, jazmín…

Bar La Monroe, en la Filmoteca de Catalunya (Barcelona).
Bar La Monroe, en la Filmoteca de Catalunya (Barcelona).Alfredo Arias

Bar La Monroe (Filmoteca de Catalunya)

Tres residentes y enamorados del Raval —Berta Fernández, del restaurante Las Fernández; Sergi Coloma, propietario del espacio Pódame, y Jordina Sangrà, propietaria del bar La Rouge— tomaron las riendas del bar restaurante de la Filmo, al que dieron el mejor nombre posible: La Monroe. El local, una prolongación de la enorme plaza que lo rodea, está lleno de guiños cinematográficos y tiene entrada directa a la sala. Se ha convertido en una referencia en el barrio gracias a sus menús de mediodía, asequibles y sabrosos; a sus relajados aperitivos con excelentes chips caseras y vermut, y al buen rollo que emana.

Taller de costura Lantoki (Barcelona).
Taller de costura Lantoki (Barcelona).Alfredo Arias

Lantoki, taller de costura

Urko Martínez recibe en esta tienda taller, un espacio grande y diáfano situado en una de las calles más bonitas del Raval. Junto con Sandra Liberal, confecciona su propia ropa, que venden en la tienda, además de otras propuestas de diseñadores locales. En Lantoki han apostado por el coworking, comparten espacio, ideas, alquilan material, asesoran, exponen y venden.

Tienda de decoración Produit National Brut.
Tienda de decoración Produit National Brut.Alfredo Arias

Produit National Brut

Lo vintage tiene nombre propio en el Raval: muebles, ropa, objetos de decoración procedentes de Estados Unidos, Gran Bretaña, Bélgica y los antiguos países del Este. Esta tienda es un gran bazar repleto de sorpresas en el que lo divertido es husmear y hacer recorridos por la historia de la moda universal. Lo retro impera en este lugar, donde se encuentran auténticas joyas. La tienda madre se halla en Perpiñán (Francia).

Restaurante Caravelle, en El Raval (Barcelona).
Restaurante Caravelle, en El Raval (Barcelona).Alfredo Arias

Caravelle

Un ejemplo de cómo se puede dar una nueva vida a un viejo local es el proyecto de Zim Sutton y su esposa, Poppy da Costa, que abrieron en la antigua bodega Fortuny este restaurante hace cuatro años, donde sirven deliciosa y original comida con productos de proximidad. En Caravelle elaboran su propia cerveza y refrescos de forma artesanal y tienen una fórmula secreta de sangría hecha con saúco, verdejo, ron y granada. Los domingos a la hora del brunch está hasta los topes. Su especialidad, los huevos Bennie, con cerdo ahumado, espinacas y salsa holandesa de chipotle.

Restaurante Gats, en Barcelona.
Restaurante Gats, en Barcelona.Alfredo Arias

Gats

Entre gatos anda el juego. En la intersección de la concurrida calle del Pintor Fortuny y la tranquila Xuclá se crea un agradable recodo —la plaza dels Gats— ocupado entre otros establecimientos por el bar restaurante Gats, cuya terraza es observada por la atenta mirada de seis gatos esgrafiados en una pared medianera obra de Arnal Ballester. Desayunos, comidas, aperitivos, tapeo, meriendas y cenas en un local claro y cálido, con guiños antiguos y modernos, en el que la luz entra por sus amplios ventanales y una claraboya. Carta muy apetecible.

Escapatrate de Chöck, en El Raval (Barcelona).
Escapatrate de Chöck, en El Raval (Barcelona).Alfredo Arias

Chöck. The Chocolate Kitchen

Pasión por el chocolate. Metros antes de llegar a este establecimiento el aroma atrapa y le conduce a uno sin dilación hasta el mostrador repleto de delicias de cacao. Productos exquisitos y originales que permiten experimentar con nuevas formas y combinaciones de sabores: patatas chips con chocolate, galletas de todo tipo, los kronuts rellenos de trufa de infinidad de sabores… El 90% de los productos están elaborados en el obrador contiguo, a la vista, junto al que hay una pequeña sala de degustación.

Barra de El Quim de La Boqueria, en el conocido mercado de La Rambla barcelonesa.
Barra de El Quim de La Boqueria, en el conocido mercado de La Rambla barcelonesa.Alfredo Arias

El Quim de La Boqueria

No podía faltar, hablando del Raval, una mención al mercado de La Boqueria, donde todos quieren acercarse a la barra de Quim, siempre hasta los topes. Quim Márquez llegó al mercado estrella de Barcelona hace ya tres décadas, en un discreto y pequeño emplazamiento, y fue creciendo hasta su ubicación actual, en la que se sirven sus exquisiteces a una clientela que acude en romería a probar sublimes platos a base de huevos y cocina de mercado elaborado con productos de proximidad, más cercanos, imposible.

Mesas de la Granja Viader, en Barcelona.
Mesas de la Granja Viader, en Barcelona.Alfredo Arias

Granja Viader

Clásico entre los clásicos, Mercè Viader es la cuarta generación que regenta esta granja que lleva 175 años abierta. El local huele a nostalgia y a merienda de chocolate caliente con dulces como las ensaimadas, melindros o mel i mató… Hoy siguen recibiendo la leche fresca de madrugada, la pasteurizan, hacen requesón y nata, pasteles, flanes… A su clientela de toda la vida se han sumado paseantes y turistas atraídos por las excelentes reseñas de los más punteros portales. El bisabuelo de Mercè fue el creador de la famosa bebida con cacao Cacaolat, que presentó en la Feria de Muestras de Barcelona en el año 1933. La historia del producto, que mantiene su imagen original, decora las paredes del local de la calle de Xuclà y añade un poco más de nostalgia, si cabe, a este entrañable local centenario en cuyas mesas se sentaron a degustar una buena taza de chocolate con nata artistas como Santiago Rusiñol y Pablo Picasso.

Bartender de la Terraza del hotel Barceló Raval (Barcelona).
Bartender de la Terraza del hotel Barceló Raval (Barcelona).Alfredo Arias

Terraza del hotel Barceló Raval

Si el gato de Botero (abajo en la foto de la izquierda) se ha convertido en el símbolo de La Rambla del Raval, la terraza del hotel Barceló se está consolidando como uno de sus máximos atractivos. No hay ningún otro punto de Barcelona que procure unas vistas más completas de la ciudad. Desde la planta 11ª del hotel y en una plataforma con vistas de 360º alrededor, abierta de 10.00 a 1.00, el perfil urbano de Barcelona discurre ante los ojos de los visitantes bajo mil luces distintas. Copas, piscina y sesiones con reconocidos DJ ponen la guinda a este espacio singular.

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