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Citas

Festival de Salinas, esplendor surfero

La playa asturiana recibe del 27 al 30 de julio a miles de aficionados al surf y a la música en el festival International Longboard

Un surfero en Salinas (Asturias).
Un surfero en Salinas (Asturias).Sidrísima

Como una celebración de la cultura del surf. Bajo esta premisa se reunirán del 27 al 30 de julio, en la playa asturiana de Salinas (Castrillón), cerca de 50.000 activistas de las olas atraídos por el Salinas International Longboard Festival. En esta XVI edición, coincidente con su declaración de interés turístico, el despliegue de medios garantiza una experiencia original.

Las olas veraniegas que rompen junto a la desembocadura de la ría de Avilés casan a las mil maravillas con el longboard, disciplina de tabla larga que dio origen a este deporte en Hawai. Surf alejado de la radicalidad, elegante, en el que el rider puede caminar encima del tablón. Son cabalgadas para puristas, a menudo veteranos, que sacan partido a olas incluso de medio metro.

En cuanto a la competición, atraerá a la mayoría del top ten del ranquin mundial, entre ellos una leyenda viviente, CJ Nelson, quien rivalizará con Harley Ingleby. En el festival de música comparten protagonismo dos escenarios cobijados por una gran carpa capaz para 3.000 personas en caso de lluvia. Actuará el primer y más representativo grupo surfero hispano, Los Coronas. Más surf rock aportarán las marchosas guitarras de Los Tiki Phamptons, con su faz calavérica en escena. No falta la zona Gastro, con 30 furgonetas de venta de comida, incluidas dietas vegana y celiaca, como tampoco la zona skate, los talleres infantiles y el mercadillo. Cualquiera que se de una vuelta se percatará de que acompañan las vistas del mar en todo momento. Otra declaración de intenciones es el aparcamiento para furgos y autocaravanas.

Es de ver el ocio intergeneracional: abuelos, padres e hijos buscando su momento zen sobre tablas distintas. Para que los más jóvenes se diviertan sin queja del vecindario se han habilitado este año 10.000 metros cuadrados, el recinto Thunderbitch, con su propia programación de actuaciones y conciertos y donde el fiestón está asegurado.

Una cita, cuánto más echados en el césped al atardecer, la representa el pub La Luna, situado en los bajos de las torres Gauzón. Del encorbatado ejecutivo al surfero en chanclas con perro y melenas, este divertido local es punto de cita -de 9.00 a 4.00 (hasta las 6.00 los fines de semana)-, de gente fervorosa de sus pizzas artesanales: se elige entre dos bases, Margarita y Bianca, y 26 ingredientes. De postre, brownie, y ya puestos, una caipiriña. Por mor de su aire poco convencional, Ángel Díaz, copropietario, reconoce que no se reservan mesas y que las fiestas se avisan con poca antelación.

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