Nueve museos desconocidos en Lisboa
Un recorrido por la capital portuguesa entre marionetas, farmacias y calesas
Lisboa, con sus escasos 530.000 habitantes, cuenta con más de 50 museos (Madrid, con alrededor de 90, sextuplica en habitantes a la capital lusa). Mucho se ha hablado ya de algunos centros expositivos lisboetas, como el Museo del Diseño y Moda, en la Baixa, o el del Monasterio de los Jerónimos, en Belem, estrellas de las guías Qué ver en un solo día en Lisboa. Pero además existen museos no tan conocidos, algunos casi escondidos. Proponemos nueve visitas prácticamente secretas en las que sorprenderse por lo que se puede ver mientras paseamos por pasillos y entre vitrinas sin tropezarnos con avalanchas de turistas.
01 Museu da Marioneta
Entrar en este museo es adentrarse en una alegre función teatral. Atrezo, máscaras, instrumentos musicales, trajes y telas, escenarios y, cómo no, muchísimas marionetas de la cultura del espectáculo titiritero no sólo de Portugal, sino también de Java, Bali, Sri Lanka, Birmania, Tailandia, India, Vietnam y China. Difícilmente podremos encontrar en toda Europa una colección tan sensacional del teatro de marionetas oriental.
El Museo da Marioneta (Rua da Esperança, 146) también cuenta con una sala infantil donde se permite jugar a estos con algunos ejemplares y ejercitar el arte de la creatividad, muy recomendado para niños y para adultos que no quieren dejar de serlo.
02 Museu da Farmácia
Muchos se preguntarán qué puede contener de interés un museo portugués dedicado al mundo de la farmacia. ¿Aspirinas de Macao, jeringuillas ancestrales de las tribus cundas de Mozambique, antiguos ungüentos de las islas Madeira o mejunjes del Pernambuco medieval? El caso es que todas estas maravillas, en el caso de que existieran, no llegarían ni a la suela de los zapatos a lo que realmente encontraremos en este curioso museo.
En realidad, la colección del Museu da Farmácia (Rua Marechal Saldanha, 1) va bastante más lejos de los territorios coloniales del antiguo imperio portugués. Se trata de un peregrinaje a lo largo de 5.000 años de historia de la ciencia farmacéutica en el mundo, aunque hubiera tiempos en que la farmacia estuviera más cerca del culto religioso que de la disciplina científica.
Desde sarcófagos egipcios del siglo VI antes de Cristo y otras piezas del Antiguo Egipto, hasta vasijas romanas encontradas en la lejana Apulia, figuras antropomórficas provenientes del Congo del siglo XIX o estatuillas mayas encontradas en yacimientos mexicanos, incluso reproducciones a tamaño natural de algunas farmacias históricas reales, como la réplica de la botica de medicina tradicional china Tai Neng Tong, que existió en el Macao del siglo XIX, o la farmacia Pacheco Pereira, que funcionó desde 1880 en el distrito de Leiria.
03 Museu do Aljube
Resulta curioso que un museo ubicado al pie de la Catedral de Lisboa sea tan poco conocido. Quizá se deba a su juventud, pues abrió sus puertas el 25 de abril de 2015 para inaugurar los 41 años de la revolución portuguesa; quizá por su temática, la dura represión que sufrió el pueblo portugués durante la dictadura del llamado Estado Novo. Lo que no es paradójico es su nombre, Aljuba, palabra que proviene del vocablo árabe para designar un pozo, una cisterna o lugar oscuro.
Antigua prisión de la policía política de la dictadura, el edificio que acoge el Museu do Aljube (Rua Augusto Rosa, 42) fue la materialización de la política opresora que vivió la sociedad portuguesa al mismo tiempo que la española. Con piezas que pertenecieron a presos y carceleros, así como reconstrucciones de las pequeñas celdas de uno por dos metros y de los temidos cobertores (salas insonorizadas destinadas a los interrogatorios), este museo está más cerca, sin embargo, del homenaje a los que lucharon por la democracia que de la denuncia contra los que se opusieron a ella.
04 Museu Geológico
Silencioso, pacífico y estimulante como una biblioteca, la mayor parte de las piezas que encontramos expuestas aquí fueron recogidas a finales del siglo XIX en territorio portugués, coincidiendo con el nacimiento de la arqueología y geología nacionales.
El Museo Geológico (Rua da Academia das Ciências, 19) muestra fósiles de dinosaurio –como los de cobras de hace 150 millones de años, los más antiguos conocidos en el mundo–, puntas de flecha o collares usados por los hombres primitivos que habitaron la Península, utensilios datados en la época de la ocupación romana y una extensa muestra de extraña riqueza mineralógica del país, entre muchos otros tesoros. En total, unas 4.200 piezas expuestas en cuatro salas —Paleontología, Arqueología, Mineralogía y Geología de Lisboa—que, a pesar de estar en el mismo centro de la ciudad, podremos disfrutar casi para nosotros solos.
05 Museu da Música
Pequeño pero fascinante, pocos salones de la música en Europa, ya sean privados o públicos, cuentan con semejante elenco de celebridades musicológicas y fonográficas. Además de su fantástica colección de instrumentos relacionados con la música popular, tanto europea como asiática y africana, el Museu da Música (Rua João de Freitas Branco) cuenta con auténticas joyas de la historia mundial del arte del lutier: un piano de Franz Litz, traído a Portugal en 1845; un violoncelo de Antoio Stradivari que perteneció al rey Dom Luís hasta su muerte, a finales del XIX, o un clavicémbalo mandado fabricar por el rey francés Luis XVI. Ubicado en el mismo edificio de la estación de metro de Alto dos Moinhos –lo que facilita muchísimo la visita–, el museo cuenta, a pesar de su reducido tamaño, con una colección de más de mil instrumentos de entre los siglos XVI y XX.
06 Museu Nacional do Teatro e da Dança
Las instalaciones del hermoso Palacio Montéiro-Mor acogen esta completa oda a la historia del teatro portugués. Más de 250.000 piezas de escenografía –sobra mencionar que no están todas a la vista–, 120.000 fotografías y una biblioteca especializada de 35.000 volúmenes ofrecen la mayor muestra de teatro y danza del país. El Museo do Teatro e da Dança (Estrada Lumiar, 10) expone trajes diseñados por el polifacético artista Almada Negreiros, algunos vestidos por celebridades como Amália Rodrigues; diseños del adalid del surrealismo portugués Mário Cesariny; retratos originales, carteles, discografías y partituras iluminan más de tres siglos de historia de las tablas portuguesas. A parte de los eventos temporales a lo largo de todo el año, cabe estar atentos a los espectáculos especiales que organiza para el Día Mundial de la Poesía y el Día Mundial del Teatro (ambos durante el mes de marzo), entre otras fechas señaladas.
07 Casa-Museu Medeiros e Almeida
Considerado el empresario portugués de mayor éxito en el siglo XX y el segundo más importante mecenas del país –solo superado por Calouste Gulbenkian–, António de Medeiros e Almeida legó a la ciudad de Lisboa una extensa colección de artes decorativas. La propia casa museo (Rua Rosa Araújo, 41) que acoge la muestra data de finales del siglo XIX y en su interior guarda las confidencias de toda una vida de selección y compilación artísticas según los gustos del empresario: pinturas, joyería, escultura, muebles de lujoso diseño, orfebrería, preciosos abanicos de épocas pasadas, artilugios misteriosos o relojes de bolsillo se encuentran desperdigados con elegancia a lo largo de todas las habitaciones. A diferencia de los museos monotemáticos, la casa de Medeiros e Almeida consigue sumergir con naturalidad el gusto por el arte con la intimidad de una residencia que fue verdaderamente familiar.
08 Museu Militar
Ya en tiempos del rey Dom Sancho II, en el siglo XIII, se erigía en el actual Museu Militar (Rua do Museu da Artilharia) aquí uno de los primeros arsenales con los que contó Lisboa. La enorme construcción ha sido depósito de armamento, fábrica de pólvora, factoría de fundición y fabricación de artillería, oficinas del almirantazgo, y hoy ofrece el mejor museo de la ciudad para conocer la historia militar de Portugal, con permiso del Museu da Marinha, en Belem, más conocido y visitado. Además de piezas, uniformes y pertrechos de guerra utilizados desde los albores de la creación de Portugal, también podremos disfrutar de una excelente colección de pinturas y tallas de los siglos XVIII, XIX y XX.
09 Museu Nacional dos Coches
Pese a ser uno de los museos más visitados de Lisboa, curiosamente pocos viajeros españoles deciden atravesar sus puertas. Acoge la mejor colección del mundo de carruajes y carrozas. El propio edificio donde se alojaron la mayoría de las piezas en exposición hasta mayo de 2015 es una joya de la arquitectura de principios del XVIII, cuya fastuosa decoración se ve enfatizada por los lujos y florituras de las carrozas y berlinas.
Hoy, la mayoría de las piezas del Museu Nacional dos Coches (Avenida da Índia, 136) ha sido trasladada a un edificio de construcción moderna, también en el barrio de Belem. Partiendo del siglo XVI y llegando a principios del XX, el museo ofrece un agradable paseo por la Historia de los transportes de tracción animal –incluidos en esta categoría los de tracción por fuerza humana–, como calesas, coches de correos y diligencias a caballo, así como piezas provenientes de casas reales, papales y de grandes familias aristocráticas. En honor a tan insigne herencia, el centro también ofrece una colección del vestuario y otros accesorios decorativos utilizados por aristócratas y sirvientes en sus distinguidos paseos.
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