La Vida de Antes, un hotel en torno a un patio manchego
Una casa decimonónica convertida en alojamiento en Consuegra (Toledo)

La vida en el siglo XIX nos parecería hoy espartana. Es tal el rigor de esta casa consaburense, rescatada en su verdadera dimensión decimonónica, que los arcones permanecen en desuso por los pasillos, las sillas se antojan incómodas, la rejería sufre el óxido del tiempo y los escaques del pavimento y sus dibujos geométricos crean ilusiones ópticas. Pero mucho de lo percibido tiene el marchamo de lo vivido y sentido por generaciones de inquilinos. Es auténtico y nos transporta a una época cuya referencia solo permanece en los libros.
Puntuación: 5 | |
Arquitectura | 7 |
Decoración | 5 |
Estado de conservación | 6 |
Confortabilidad | 5 |
Aseos | 5 |
Ambiente | 5 |
Desayuno | 3 |
Atención | 6 |
Tranquilidad | 5 |
Instalaciones | 5 |
Es verdad que esta casa de antes nos recibe en el ámbito estrecho de un patio acristalado, siempre en penumbra, en el que no apetece mucho estar, sino únicamente transitar a su alrededor. Uno de los laterales lo ocupa una pequeña recepción. El otro, un restaurante a valorar por sus cenas someras, pero bien hechas. Quizá el desayuno decepcione por su modestia en las elaboraciones y en la atención, aunque nos cabe imaginar que así podrían ser estas colaciones en aquella vida de antaño. Cuántas tertulias no habría en el salón con chimenea o en la biblioteca, cuántos bailoteos en el salón de reuniones, a veces utilizado como galería de arte.

La Vida de Antes
- Categoría oficial: 3 estrellas.
- Dirección: Colón, 2. Consuegra (Toledo).
- Teléfonos: 925 48 06 09 y 626 65 28 89.
- Internet: www.lavidadeantes.com.
- Instalaciones: patio, salón de estar, sala de reuniones y exposiciones, biblioteca, cafetería, restaurante.
- Habitaciones: 9 dobles y 2 apartamentos.
- Servicios: una habitación adaptada para discapacitados; admite animales domésticos.
- Precios: desde 60 euros la habitación doble, IVA incluido; desayuno, 4 euros, IVA incluido.
Lo quijotesco cobra sentido con los ladridos incesantes del perro del vecino, que no respeta siquiera nuestra particular vela de armas. Resuena también el patio cuando hay huéspedes vociferantes que no detiene siquiera el espectro del Caballero de la Triste Figura. Antes, claro, no se insonorizaban las casas como ahora.
Boletín
Más abrigo reúnen las nueve habitaciones y los dos apartamentos exteriores que otorgan categoría hotelera a la vivienda. Cuatro de ellas ofrecen un saloncito y techos altos, con ventanas y contraventanas, mobiliario de época y piezas de colección popular. Estos cuadros y fotografías están disponibles para su venta. Todas brindan unos suelos hidráulicos para enamorarse, alrededor del patio, con vistas a la calle (las seis primeras) y nombres que evocan los viejos tiempos: La Falleba, La Palangana, La Cuna, La Hornacina, La Despensa, La Cámara, El Hogar, El Basar y El Pajar, esta última con un altillo incómodo y un colchón para espaldas curtidas, de las de antes.
Desde el hotel se sugiere una excursión al cerro Calderico para luchar contra los gigantes (molinos de viento) Mambrino, Bolero, Sancho, Mochilas, Cardeño, Chispas, Alcancía, Rucio, Clavileño, Espartero y el Caballero del Verde Gabán. Los 12 datan del siglo XVI y su maquinaria es utilizada aún para la molienda del trigo en la fiesta de la rosa del azafrán, que se celebra cada mes de octubre en Consuegra.
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