Nueve aventuras sin salir de Europa
Desde rodear a pie el macizo del Mont Blanc hasta saltar al vacío en Suiza, imitando a James Bond en ‘GoldenEye’, propuestas para un viaje trepidante
Para vivir grandes emociones no hay que irse al Himalaya, ni al desierto del Sáhara o atravesar la inmensidad del Pacífico. Con más países por kilómetro cuadrado que el resto de los continentes, Europa ofrece miles de escenarios para hacer trekking, ciclismo de montaña, senderismo, escalada, surf y otros muchos deportes. Un continente para soltar mucha, mucha adrenalina.
01 De Snowdonia al Everest
GALES
Los alpinistas que integraron la expedición británica al Everest de 1953, en la que el sherpa Tenzing Norgay y el neozelandés Edmund Hillary consiguieron coronar la cima por primera vez la montaña más alta, no tuvieron que irse muy lejos para preparar su gran hazaña. Lo hicieron en Snowdonia , la región montañosa más alta de Gales. Quizá el éxito de aquel grupo liderado por John Hunt hizo que después otros muchos escaladores eligieran también como terreno de entrenamiento. Por ejemplo, los también británicos George Band y Joe Brown, primeros en lograr ascender el Kanchenjunga (8.586 metros) en 1955, la tercer cima del planeta en altura.
El centro de operaciones de esta zona de deportistas es el Pen-y-Gwryd Hotel, en el puerto de montaña ubicado entre las moles rocosas del Snowdon (la cumbre más alta de Gales) y el Glyders. El hotel, utilizado como base de entrenamiento por la expedición de 1953, conserva recuerdos de entonces y el techo del bar para escaladores del establecimiento está firmado por los expedicionarios.
Snowdonia está lleno de guías de escalada. Al hotel Pen-y-Gwryd se llega gracias a la red de autobuses Sherpa que recorre la base del Snowdon.
02 El ‘tour’ del Mont Blanc
FRANCIA, SUIZA Y ITALIA
Es la ruta de trekking más famosa de Europa y muy popular ya desde el siglo XVII. Rodea la montaña más alta de los Alpes, en Mont Blanc (4.810 metros), y atraviesa tres de los países del arco alpino. Completar los 167 kilómetros de este exigente recorrido puede llevarnos entre 10 y14 días –los corredores del Ultra-Trail du Mont Blanc tardan solo uno–, en los que se contempla un paisaje sublime; desde arroyos cubiertos de plantas de altramuz hasta las alturas rocosas y desnudas de las Grandes Jorasses. La ruta, conocida como TMB, tiene diversas variantes (altas o bajas), pero incluso las más fáciles acumulan hasta 8.000 metros de desnivel. Muchos senderistas salen de Les Houches, cerca de Chamonix. De este a oeste, las vistas son más espectaculares.
03 Bautizo parapentista en Chamonix
FRANCIA
El parapente nació en la aldea francesa de Mieussy en la década de 1970. Cuatro décadas después, este núcleo del deporte se ha trasladado 50 kilómetros al sur hasta el valle de Chamonix, la capital de los Alpes franceses, cuyo cielos están ahora cubiertos de parapentes. Aquí es fácil inciarse en este deporte: primero se hace un vuelo en tándem, acompañado de un monitor, para luego ir progresando y subiendo de nivel: desde el popular despegue del Brévent hasta un vuelo desde la cima del teleférico del Aiguille du Midi, a 3842 metros (acceder al lugar de despegue desde el teleférico requiere, además, formación y experiencia alpinística). Incluso se puede llegar a despegar desde la cima del Mont Blanc, el punto más alto de los Alpes.
Se puede consultar la lista de operadores de parapente del valle en www.chamonix.com
04 Puenting a lo James Bond
PRESA VERZASCA (SUIZA)
Si es bueno para 007, es bueno para todos. En GoldenEye, James Bond (interpretado por Pierce Brosnan) no se alteró ni movió un pelo al caer del borde de la presa de Verzasca de 220 metros de altura en Ticino. La secuencia dio fama inmediata al puenting en esta región suiza –es uno de los saltos más altos del mundo– y tentó a miles de personas a hacer lo que nunca antes se habían planteado: lanzarse desde la pared de una presa a las profundidades de una garganta rocosa. Son ocho segundos de caída de los que podremos presumir durante años.
La presa de Verzasca está cerca del extremo norte del lago Maggiore.
05 'Wadlopen', senderismo sobre barro
HOLANDA
Hay sitios donde le echan mucha imaginación a la hora de inventar y practicar deportes extraños. Uno de esos sitios es la costa norte de los Países Bajos donde se practica el wadlopen, un original deporte que consiste en caminar a través del fango. Cuando baja la marea el terreno de barro, llano y expuesto, que se extiende desde la costa hasta las islas Frisias a través del mar de Frisia es sumamente propicio para esta curiosa disciplina. El paseo hasta la isla de Schiermonnikoog es una de las rutas más populares y atraviesa el curso de varios canales de marea. Se requieren zapatos de pernera alta para que el barro no se los chupe.
La ciudad de Pieterburen, a 27 kilómetros de Groningen, es el epicentro del wadlopen. Wadloopcentrum Fryslând organiza excursiones por la zona.
06 Telemark en Telemark
NORUEGA
Noruega se disputa con otros países el mérito de ser la cuna del esquí. Lo que sí es seguro es que en el país nórdico nació la revolución de este deporte. En el siglo XIX, Sondre Nor-heim, residente en la ciudad Morgedal, en Telemark, apareció con unos esquís estrechos por el centro y con sujeciones que le permitían mover el talón. Había nacido el telemark.
Ahora Telemark, al sur de Oslo, es la región de esquí más grande del país. Lifjell tiene una pista de telemark genial y Rauland y Haukeli disponen de 200 kilómetros de rutas fuera de pista bien preparadas. En Morgedal se podrá rendir homenaje a Nor-heim en el Museo del Esquí, donde encontraremos su estatua y una réplica de su cabaña.
07 Surfistas de agua dulce
MÚNICH (ALEMANIA)
Al pensar en destinos surferos en Europa nuestra mente viaja a lugares como Biarritz, Newquay o Mundaka. Pero también, curiosamente, a una ciudad interior: Múnich. La ciudad alemana cuenta con uno de los paisajes más extraños para subirse a la tabla: un canal construido por el hombre que atraviesa el Englischer Garten y genera una ola artificial que atrae a unos 100 surfistas cada día, a pesar de la gélida temperatura del agua. La cola de surfers es la mejor prueba de su popularidad. Durante más de 30 años, la ola se ha surfeado ilegalmente, pero en el 2010 acabó por legalizarse. Eso sí, está reservada a expertos. Los novatos deben consolarse con otra ola artificial más suave, cerca del campamento de Thalkirchen, al sur de la ciudad.
La gran ola fluvial está en el extremo sur del Englischer Garten, cerca de Prinzregentenstrasse.
08 Los puertos del Tour
FRANCIA
Casi todas las leyendas del Tour de Francia surgen en la montaña, donde los elevados puertos que separan las poblaciones por las que transita la carrera ciclista más importante del mundo obligan a los hombres a retos extraordinarios. No solo los ciclistas son súper estrellas. Las montañas también. A estos puertos acuden ciclistas aficionados para emular a los héroes de La Grande Boucle; para sortear las 21 curvas del Alpe d’Huez (1.860 metros); gruñir hasta la cima en el Col du Tourmalet (2.115 metros), el primer gran puerto que subió el Tour en 1910; luchar contra el viento en el Mont Ventoux (1.912 metros) o escalar el Col du Galibier (2.645 metros), la meta a mayor altitud en la historia de la carrera.
Muchas empresas turísticas de la zona ofrecen excursiones en bici por los famosos puertos del Tour.
09 En bici junto al Danubio
ALEMANIA, AUSTRIA y ESLOVAQUIA
Se considera la ruta cicloturista más popular de Europa y discurre paralela al curso del segundo cauce más largo del continente. Puede hacerse desde el nacimiento del río, en la Selva Negra, al sur de Alemania, hasta su desembocadura en el mar Negro, en Rumanía, atravesando diez países por el camino. Eso sí, el tramo principal, el más popular, arranca en Passau, al sureste de Alemania, y recorre 365 kilómetros de sinuosos meandros hasta la ciudad eslovaca de Bratislava. Hay una infraestructura genial y el camino es casi siempre llano, por lo que es un buen circuito para empezar. Muchos solo llegan hasta Viena y otros amplían después la ruta hasta Budapest.
Un tramo de la gran ruta EuroVelo 6, proyecto ciclista de 3.600 kilómetros, seguirá el Danubio desde Tuttlingen (Alemania) hasta el mar Negro.
Más información en la guía Lonely Planet 1000 aventuras únicas y en www.lonelyplanet.es
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