Grünerløkka, barrio ‘trendy’ de Oslo
El antiguo y deteriorado barrio industrial de la capital noruega renace ahora como zona de moda
El pasado de Grünerløkka está ligado a las viejas fábricas que durante el siglo XIX se instalaron a orillas del río Akerselva y propiciaron, en esta zona al este de Oslo, el desarrollo del barrio obrero de la ciudad. De su pasado industrial se conservan todavía numerosos edificios de ladrillo rojo visto que, más de un siglo después, acogen la reconversión de Grünerløkka como distrito trendy de la capital noruega. Algunas de ellas, incluso, como referentes del ocio nocturno.
Es el caso del club Blå (Brenneriveien, 9), un local de culto para escuchar conciertos de jazz contemporáneo, o de una antigua estación de distribución eléctrica, construida en 1898 junto al curso del río, que alberga desde 2006 el DogA, Centro Noruego de Diseño y Arquitectura (Hausmanns gate, 16). El lugar merece la visita no solo por la remodelación del espacio, con espacios diáfanos que conservan elementos de su uso anterior. También organiza interesantes exposiciones de arquitectura y diseño, y cuenta con una tienda de diseño y un tranquilo café con terraza, con vistas al Akerselva.
La historia reciente de Grünerløkka ha ido trufando sus calles de pequeñas tiendas de segunda mano en las que rebuscar durante horas, y los amantes de los mercadillos al aire libre pueden acudir cada domingo al rastro de Birkelunden, en la plaza del mismo nombre, el mejor lugar de Oslo para comprar vinilos DVDs, CDs y libros viejos.
La creación artística ha encontrado en este barrio el mejor medio para exhibirse, no solo en las fachadas de muchos de sus edificios, también en locales como Skaperverket (Markveien, 60), un espacio que reúne la obra de un colectivo de diseñadores, entre la que se puede encontrar todo tipo de artículos originales. Con interiorismos más cuidados, Dapper, una barbería que ofrece varios estilos de afeitado, es a un tiempo tienda de bicicletas –que propone originales rutas en bici por la ciudad– y de complementos, en la que se venden las mochilas más estilosas de Oslo.
Caras de Grünerløkka
En Grünerløkka hay gusto por lo sano y natural. Lo demuestran las colas a las puertas de la panadería orgánica Godt Brod (Thorvald Meyersgate 49) y que el conocido restaurante ecológico Kolonihagen haya elegido este barrio para abrir su segundo local en Oslo (Korsgate, 25). Igual que en su sede original de Frogner, basa su cocina, de recetas sencillas, en materias primas de primera calidad, carentes de aditivos. Una apuesta por los sostenible que secunda el pequeño café y tostadero, sin apenas mesas ni sillas, de Tim Wendelboe (Grünersgate, 1), un gran experto en la materia que ha fundado este pequeño templo para los amantes del café.
Otro de los nombres del barrio y artífice, para muchos, de este resurgir como hervidero de nuevas tendencias es el productor, director y restaurador Jan Vardøen. Méritos no le faltan, pues está detrás de espacios imprescindibles en el nuevo Grünerløkka, como los restaurantes Mucho Mas (Thorvald Meyers gate, 36), The Nighthawk Diner (Seilduksgata, 15) o Villa Paradiso (Olaf Ryes plass, 8), donde se hornean algunas de las mejores pizzas de Oslo. También creaciones suyas son la sala de conciertos Parkteatret (Olaf Ryes plass, 11), que incluye una programación paralela para niños los fines de semana, así como la microcervecería Grünerløkka Brygghus (Thorvald Meyers gate, 30).
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