Tras los pasos de Gandhi en la India

Mahatma Gandhi fue el líder del movimiento nacionalista de la India. Pensador, abogado y político, predicó la no violencia y las huelgas de hambre fueron su forma de lucha social en busca de la abolición de las diferencias entre castas y la independencia de su nación.

En la actualidad es un símbolo del país, un icono de la austeridad y el vegetarianismo y el orgullo de la población. Lejos del olvido, todavía se le venera y admira a pesar de que estamos a punto de alcanzar el 67 aniversario de su fatídico asesinato. Cada año el 2 de octubre también se celebra el Gandhi Jayanti, en conmemoración de su fecha de nacimiento. Proponemos una pequeña ruta por Nueva Delhi siguiendo los pasos de este personaje histórico, una de las grandes figuras del siglo XX.

La primera parada es la Birla Bhavan, la casa en la que el pensador disfrutó de sus últimos días. La gran mansión rodeada de jardines está lejos de la imagen de humildad que tenemos de Gandhi, pero la historia que no desvelaré nos hará comprender los motivos que le llevaron a trasladarse allí en la última época de su vida. Es muy especial poder visitar la alcoba en la que dormía, símbolo de la simplicidad y en la que todavía se conservan sus enseres personales tal y como los dejó. El tour por la casa continúa con un vídeo, fotografías, escritos y objetos de Gandhi, para terminar en el punto del jardín en el que le dispararon el 30 de enero de 1948.

En pleno corazón de Old Delhi, al lado de la concurrida calle de Chandni Chow, se encuentra el Mahatma Gandhi Park, uno de los jardines históricos de la capital india, en los que se rinde homenaje al personaje con una estatua ubicada en el centro del recinto.

Relativamente cerca de allí, teniendo en cuenta las dimensiones de esta megalópolis, hay una visita obligatoria, el National Gandhi Museum. Si en la Birla Bhavan ya hemos podido contemplar parte de su legado, en este museo vamos a poder disfrutar de la vida de Gandhi con abundante documentación fotográfica, maquetas, documentos privados y una ambientación minuciosa. Un palacio de la paz, la bondad y la obra de Mahatma.

El último lugar de la visita es el Raj Ghat y está ubicado justo enfrente al museo que acabamos de visitar. Se trata de un recinto ajardinado a orillas del río Yamuna que rodea el lugar exacto en el que sus restos fueron incinerados. Todavía continúa ardiendo el fuego a modo de homenaje y, con frecuencia, un manto de pétalos recubre la losa bajo la que descansan sus cenizas. Una especie de necrópolis unipersonal quizá demasiado fastuosa tratándose de un personaje que acostumbraba a tejerse sus propias ropas y quien, probablemente, no hubiera aprobado tanta grandilocuencia.

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