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Fin de semana

Delicados trazos en Rodez

Visita a la ciudad francesa que ha dedicado un museo al pintor Pierre Soulages, autor de las vidrieras de la abadía de Conques

Interior del museo de Rodez dedicado a Pierre Soulages, con varias de sus obras.
Interior del museo de Rodez dedicado a Pierre Soulages, con varias de sus obras.G. Bouchet

Fue el gran acontecimiento cultural del Midi o sur de Francia. Desde que el pasado verano el presidente Hollande inauguró el Museo Soulages, en Rodez, esta apacible ciudad de unos 24.000 habitantes del departamento de Aveyron (a hora y media de Toulouse, por tren o carretera) ha cambiado por completo no solo su pulso, sino incluso su perfil urbano. El museo es lo primero que ven quienes ascienden a la roca en que se asienta Rodez, ceñida por la hoz del río Aveyron, y ha hecho que la ciudad se convierta en codiciada escapada para miles de visitantes. Sus autores son el equipo de arquitectos de Olot (Girona) RCR (Rafael Aranda, Carme Pigem y Ramón Vilalta).

El museo se compone de cinco módulos revestidos de acero corten, que asoman a una gran explanada, el Jardin du Foirail, mientras que deslizan su volumen posterior por un terraplén que desciende hacia el río. Los cinco cubos se ven ensartados por pasillos o salas de transición, y cada espacio se adapta al tipo de obra que aloja, o bien a su función, pues, aparte de las salas de exposición, el museo cuenta con talleres, librería, tienda, incluso un restaurante, el Café Bras, regentado por Michel Bras y su familia (tres estrellas Michelin en otro local cercano, en el pueblo de Laguiole).

Conques y la abadía de Sainte-Foy.
Conques y la abadía de Sainte-Foy.J. Charles

Negro sobre negro

El pintor Pierre Soulages, nacido en Rodez en 1919, donó a su ciudad más de 500 obras. El museo se ha construido para alojarlas como merecen. Porque Pierre Soulages es uno de los artistas franceses vivos de mayor prestigio. Su trayectoria empezó dentro de un gestualismo cercano al expresionismo abstracto americano (sobre todo el de De Kooning), aunque con la austeridad cromática de artistas europeos afines (como el alemán Hartung). Poco a poco su pintura se fue despojando de trazos no esenciales para llegar a los formatos gigantescos de sus outrenoirs (ultranegros), cuadros compuestos por una geometría sutil que juega solo con las texturas y los matices más delicados del negro.

Con el Museo Soulages y otros edificios más recientes en el mismo parque-explanada (Jardin du Foirail) es como si la ciudad de Rodez se hubiese dividido en dos al estilo de una célula. Porque unida a la explanada se enroca la ciudad vieja. Que a su vez es una población dúplice, dos ciudades en una: la ciudad episcopal, apiñada en torno a la catedral, y la ciudad de los burgueses; ambas separadas por una muralla interior, con puertas y fielatos; cada una con su propia plaza mayor o su mercado.

El museo de Rodez dedicado al pintor Pierre Soulages (obra del estudio de arquitectura de Olot RCR).
El museo de Rodez dedicado al pintor Pierre Soulages (obra del estudio de arquitectura de Olot RCR).G. Bouchet

La ciudad “eclesiástica” se recoge en torno a una espléndida catedral gótica, por desgracia muy dañada en sus estatuas y vitrales a lo largo de épocas turbulentas. Las vidrieras son ahora nuevas, aunque en vez de figuras medievales lucen motivos bélicos o campos de concentración. En la ciudad burguesa hay casas de los siglos XV y XVI, algunas de gran belleza. Frente al ayuntamiento y los cimientos del foro romano, el Museo Fenaille acoge 5.000 años de historia local, con una nutrida colección de menhires.

A Pierre Soulages le propusieron que diseñara los 104 vitrales de la abadía de Conques, para sustituir a las vidrieras de Pierre Parot de los años cuarenta, de escaso valor artístico. La intervención de Soulages en Conques, de 1994, es un plus para este pueblo a una hora escasa de Rodez, y que está incluido en el selecto club de Los Pueblos más Bellos de Francia (Les Plus Beaux Villages de France). Ya el enclave es sensacional. En una hondonada arropada por montes cubiertos de bosque se recoge el pueblo en torno a una abadía que más parece una catedral. Y es que Conques era etapa importante para los peregrinos de la “vía podense” (o sea, procedente de Le Puy-en-Velay), Camino de Santiago.

Javier Belloso

Eso explica la grandeza de este templo románico, cuyos cánones (arquitectónicos y escultóricos) fueron llevados por los peregrinos a lugares jacobeos de España como Jaca o Frómista; incluso hay quien ve cierto paralelismo entre el tímpano de Conques, con el Juicio Final, y el Pórtico de la Gloria santiagués. Junto al templo y un devastado claustro se conserva la cámara del tesoro. Allí, además del busto enjoyado de la santa titular, Sainte-Foy, pueden verse otros relicarios no menos preciosos. Las calles empedradas, las casas de entramado, los tejados de lajas de piedra, las flores y mimos hasta lo obsesivo hacen de Conques un escenario de cuento.

O de película: los bosques fragosos que rodean el enclave recuerdan que en ellos se encontró, en 1790, una criatura salvaje de unos doce años, Victor de Aveyron; el caso sirvió de trama a François Truffaut para su filme El pequeño salvaje (1970). Son muchos los atractivos de todo tipo en la región de Aveyron: desde el queso roquefort que madura en sus cuevas hasta la estampa romántica de sus gargantas fluviales, o sus pueblos pintorescos: otros seis, además de Conques, figuran en la lista de los más bellos de Francia.

Guía

Información

» Museo Soulages (musee-soulages.grand-rodez.com). Cierra los lunes. Entrada, 7 euros (9 euros a partir del 11 de abril).

» Oficina de turismo de la región de Aveyron (www.tourisme-aveyron.com).

» es.rendezvousenfrance.com

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