Locos por los desiertos
De surfear sobre arena a caminar por el lecho de un océano, 10 aventuras en territorio desértico
Desiertos inmensos y abrasadores, fríos y desolados; escenarios abiertos y solitarios perfectos para probar las más descabelladas aventuras. Es hora de apretar los dientes, protegerse los ojos y plantar cara a estos diez retos desérticos con un puntito de locura.
01 'Sandboard' en la duna más alta
CERRO BLANCO (PERÚ)
El sandboard es el snowboard de los que odian el frío, una experiencia única que nos hará disfrutar de las arenas del desierto como nunca lo habíamos hecho antes. Nuestra propuesta es practicarlo en el desierto de Sechura, en Cerro Blanco (Perú), junto a las enigmáticas líneas de Nazca. Nos situamos de pie, al borde del precipicio, con los nervios a flor de piel, preparados para lanzarnos sobre una tabla de surf por una ladera de fina arena. Con sus 1.176 metros de altura, la duna Cerro Blanco, en el valle de Las Trancas, es la más alta del planeta y solo hay una forma de verla: a toda velocidad, con los pies sobre una tabla y los ojos tras unas gafas protectoras.
Cerro Blanco está a 28 kilómetros en coche y a 3 horas de subida desde la ciudad de Nazca. En la zona hay operadores comerciales organizan excursiones para hacer sandboard.
02 Correr en el lecho del océano
EGIPTO
La Ocean Floor Race de Egipto es una experiencia apta para muy pocos (y preparados). Orientarse a través de un bosque de arena esculpida por el viento y creer estar viendo monstruos de pesadilla no es tan raro: los atletas de competiciones extremas pueden sufrir alucinaciones, sobre todo si hay rocas con surrealistas formas alrededor. Hace 200 millones de años este terreno estaba bajo el mar, hoy el agua escasea en el desierto Blanco de Egipto. Una lástima, porque después de cuatro días corriendo sin parar en una ultramaratón de 257 kilómetros por esta región del Sahara uno tiene la boca más seca que la de un camello.
La Ocean Floor Race hay que completarla dentro de un tiempo máximo de 96 horas y se celebrará a finales de marzo.
03 'Blokart' en el Desierto de Mojave
NEVADA (ESTADOS UNIDOS)
Amanece en el desierto de Mojave (Nevada) y el brillo chillón de Las Vegas se desvanece en el inmenso desierto. Ivanpah Lake, un polvoriento lago seco a 65 kilómetros de la ciudad de los casinos, parece un páramo barrido por el viento pero es el paraíso del blokarting, un deporte en el que se pilotan vehículos ligeros de tres ruedas impulsados por el viento. Aquí se congregan los mejores pilotos de Estados Unidos: en 2009, Richard Jenkins estableció un récord mundial alcanzando los 202,9 kilómetros por hora en su Greenbird. El viajero no alcanzará esa velocidad, pero tendrá buenas rachas de viento para pasarlo bien.
En Ivanpah Lake se celebran competiciones que son un espectáculo a tener en cuenta.
04 Cabalgar por el Gobi
MONGOLIA
La impresionante diversidad del desierto de Gobi es para caerse del caballo: es un lugar duro y bello a la vez. Al dejar Ulán Bator rumbo a las formaciones rocosas de Baga Zorgol Hairhan Uul y atravesar las dunas de Arburd, uno no puede sentirse más satisfecho con su medio de transporte. Aquí, en las impresionantes estepas mongolas, antaño hábitat de las mayores manadas de caballos que ha conocido el planeta, nació la equitación y una buena montura sigue siendo la mejor forma de cruzar las tierras que dominó Gengis Kan.
Varias empresas ofrecen travesías a caballo por el desierto de Gobi. Es ideal coincidir con el antiguo festival Naadam, en el mes de julio.
05 Barranquismo en Judea
ISRAEL
Tras recuperar el aliento después de bajar rapelando una pared de 100 metros en la periferia del desierto de Judea, uno se pregunta por qué nunca había oído hablar del cañón de Qumrán. Se puede hacer barranquismo, y mojarse, en los Altos del Golán, pero todavía es más fascinante descender con cuerdas hasta el lugar donde se hallaron los Manuscritos del Mar Muerto. Estos manuscritos permanecieron ocultos dos mil años, una prueba del aislamiento y de la soledad que reina en estos cañones y cuevas. Esto le da un punto extra a esta aventura en el lugar más profundo de la Tierra. La temperatura alcanza los 50 grados pero por suerte el mar Muerto está cerca para refrescarse.
La mejor época para las actividades en la zona es de octubre a abril.
06 Alpinismo en el desierto
NAMIBIA
Los alpinistas tienen metas muy concretas en el mundo pero no son muchos los que se animan a ascender la montaña más alta de Namibia, el macizo Brandberg, que preside el desierto del Namib, el más antiguo del planeta. Solo con estos datos habrá muchos que estén ya haciendo la mochila para ponerse en marcha. Después de tres días de expedición se acampa en Wasserfallflache y comienza la jornada previa a la cima, que es brutal: siete horas trepando por bloques de roca y pendientes muy empinadas. Un empujón más y el grupo llega a la Königstein (la piedra del rey), a 2.573 metros. De bajada se puede visitar la Snake Rock Cave, una cueva famosa por sus pinturas rupestres.
El ascenso al Brandberg es una excursión guiada de cinco días con tiendas de campaña que organizan operadores de Windhoek y la mejor época es en invierno (de abril a septiembre).
07 Enfrentarse a la serpiente negra
AL AIN (ABU DHABI)
Al salir de Green Mubazzarah, en Al Ain, se monta uno en la bicicleta de carretera y empieza a pedalear rumbo al Jabal Hafeet, un monte de 1.249 metros de altura que emerge del desierto y recorre la frontera de los Emiratos Árabes y Omán. El gran desafío del ciclista es subir los 11,7 kilómetros de la carretera de montaña de Jebel Hafeet: 21 agotadores recodos y, hasta el último centímetro de asfalto, una pendiente media del 8%. Apenas se inicia el ascenso ya se suda a mares y solo se piensa en la bajada.
La carretera de montaña Jebel Hafeet es el escenario de diversas competiciones, incluido un durísimo duatlón anual (ciclismo y carrera).
08 Un desierto en bicicleta
SIMPSON (AUSTRALIA)
Al desierto de Simpson se le conoce como el velódromo de Satán. Por algo será. La Simpson Desert Challenge es una carrera de bicicleta de montaña que se celebra cada año a finales de septiembre. Todo empieza al amanecer en Purni Bore, en el outback suraustraliano, cuando el sol aún no aprieta; cuando lo haga, nadie estará a salvo hasta que se oculte en el horizonte. Por delante, una brutal prueba de 10 etapas y 560 kilómetros, un reto para los ciclistas más duros, con dunas, lagos salados que provocan espejismos, colosales granjas de ganado (algunas tan grandes como un país europeo pequeño) y los eternos pinchazos causados por el pavimento desértico.
09 Esquiadores con cometa
ANTÁRTIDA
Muchos lo ignoran, pero la Antártida, el continente más seco y ventoso del planeta, es también uno de los grandes desiertos del mundo, y gracias sus condiciones extremas, uno de los escenarios más tentadores para los deportes de aventura. Históricamente, el viento era el enemigo mortal de los exploradores que viajaban a los polos (puede desplomar la sensación térmica hasta niveles letales como 70 grados bajo cero), pero los aventureros modernos, en cambio, lo han convertido en su aliado: lo usan para propulsarse a través de los campos de hielo antárticos. Una sonrisa se dibuja en la cara del deportista cuando su cometa es presa del viento catabático. Las cuerdas que sujetan entre los guantes dan tirones, impacientes. Ya han levantado el campamento, lo han empaquetado todo, se han calzado los esquís y están listos para disfrutar.
Las expediciones polares de kite esquí (impulsados mediate cometas) son caras, pero hay operadores especializados que las organizan como Weber Arctic y, desde España, Tierras Polares.
10 El más grande de todos
PENÍNSULA ARÁBIGA
Para descubrir al Wilfred Thesiger que todos llevamos dentro no hay más que montar en un camello y explorar el Rub al-Jali (el lugar vacío), la mayor extensión desértica del mundo que ocupa una quinta parte de la Península Arábiga y se extiende por zonas de Arabia Saudí, Yemen, Emiratos Árabes y Omán. Es tierra de beduinos que trabajan también como guías para instruir al viajero sobre las costumbres del desierto y cómo estas gentes han sobrevivido durante milenios en uno de los entornos más duros que existen. De noche, al apagarse la hoguera del campamento, empieza el caleidoscópico espectáculo de estrellas en el cielo.
Los mejores países para contratar tours en camello por el Rub al-Jali son Omán y Emiratos Árabes.
Más información en 1000 aventuras únicas y en www.lonelyplanet.es.
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