Concentrado, denso y muy frutal

En Campo de Borja las cosas no son fáciles. Sometidos durante años al influjo devastador de la producción de vino a granel, dejaron languidecer las viejas viñas de montaña. Solo la inestimable labor de Borsao (a lo grande) y de Pagos de Moncayo (a lo pequeño) permite vislumbrar el justo reconocimiento que esta DO aragonesa se merece. En ello está la familia Aibar, que demostró su buen hacer ya con el primer vino, bajo la batuta del enólogo chileno Gonzalo Marchant, hoy responsable de la gerencia. Ahora, tras asociarse con Axial Vinos, del holandés Louis Geirnaerd, dan una vuelta de tuerca con su oferta selectiva. Prados es un tinto en el que la variedad syrah, hasta ahora minoritaria, pasa a ser dominante. Apuesta dirigida principalmente al mercado norteamericano. Por eso se trata de un tinto al gusto Parker de antaño: concentrado, denso, muy frutal. Venturosamente, tal contundencia se hace más liviana gracias a la fresca presencia de hierbas aromáticas campestres y al delicado perfume floral, junto a un logrado acorde de especias. Sabroso, necesita tiempo para suavizar sus abundantes y maduros taninos.

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