10 destinos con botín incluido
Desde piedras preciosas en Australia, a pecios hundidos en las costas de Florida o minas de oro olvidadas en Papúa nueva Guinea
Hay un mundo secreto de tesoros enterrados bajo la tierra y el mar. Buscar botines, desde tesoros piratas a objetos escondidos, es una aventura en sí misma. Piedras preciosas en el desierto australiano, pecios hundidos en las costas de Florida, minas de oro olvidadas, pozos llenos de monedas... Todos podemos jugar a ser Indiana Jones.
01 Buscadores de ópalos
COOBER PEDY, AUSTRALIA
Disfrutar de aventuras en el interior de Australia y poder hacerse rico. Eso es lo que ha hecho la buena gente de Coober Pedy desde que aquí se descubrió ópalo en 1915.
Esta remota población, cuyo nombre procede del término aborigen kupa-piti (“blanquito en un agujero”) es conocida como la capital mundial del ópalo, famosa también por sus casas subterráneas, excavadas en el suelo para escapar del calor del desierto. Aunque los mineros expertos necesitan un permiso del Gobierno, cualquiera puede rebuscar entre las muchas escombreras de las minas de la ciudad.
Antes de ir por cuenta propia se aconseja visitar una mina autorizada, como Tom’s Working Opal Mine u Old Timers’ Mine.
02 La isla del tesoro
ISLAS VÍRGENES BRITÁNICAS
Si hubiera un mapa que mostrara el origen de cada cliché pirata que se conoce hoy, la isla de Norman estaría marcada con una X. Quizá su nombre en la ficción, la Isla del Tesoro, hará que uno sepa de qué hablamos. Inspiración de la historia de motines y tesoros de R. L. Stevenson, la isla hoy es un paraíso para los que practican buceo con tubo y los amantes de la naturaleza. Pero los rumores de que hay doblones escondidos en The Caves –unas oscuras cuevas medio inundadas- atraen a bebedores de ron convencidos de que la isla sigue albergando “buena comida y un buen botín”.
A la isla de Norman se llega tras un corto trayecto en barco desde Tortola, la más grande y poblada de las islas Vírgenes Británicas. Hasta Tortola hay transbordadores y vuelos desde varios centros de transporte caribeños..
03 Isla de Oak
NUEVA ESCOCIA, CANADÁ
En esta isla, por lo demás nada destacable, hay un enorme misterioso agujero apodado Money Pit (pozo del dinero), destino ideal para aquellos deseosos de responder a la llamada del tesoro. Descubierto en 1795, el pozo es el emplazamiento de la búsqueda del tesoro más larga del mundo… aunque aún se discute en qué consiste el tesoro. Entre las riquezas que se rumorea que se esconden en el pozo (que se cree que tiene al menos 60 metros de profundidad) se incluyen el tesoro del capitán Kidd, las joyas perdidas de María Antonieta, los documentos que demuestran la identidad “real” de Shakespeare (según algunos, Francis Bacon) y el Santo Grial.
La isla de Oak es de propiedad privada y se necesita permiso antes de empezar a resolver el misterio del pozo. Para leyendas y enlaces se aconseja empezar por www.oakislandtreasure.co.uk.
04 ‘Geocaching’
LAS VEGAS (ESTADOS UNIDOS)
Hay que olvidarse de las tragaperras o de hacer saltar la banca: hoy miles de visitantes de la ciudad del pecado cambian las apuestas por el geocaching, una búsqueda real de tesoros en la que se usan el GPS y crípticas pistas. Aunque es más probable hallar un huevo Kinder que algo de valor, pero eso no ha frenado a cinco millones de entusiastas de todo el mundo. Las Vegas se ha convertido en un sitio imprescindible para estos aficionados a la alta tecnología, con más de 2.400 tesoros ocultos en la ciudad y sus alrededores, incluidos The Strip, el desierto circundante y aterradores lugares para una búsqueda nocturna.
Más detalles e información sobre lo que se esconde detrás de esta práctica en www.nevadageocaching.com y www.geocaching.com
05 Oro en las antípodas
PAPÚA NUEVA GUINEA
Papúa Nueva Guinea está llena de oro y, aunque la mayor parte acaba en manos de empresas mineras multinacionales, no hay razón para que un buscador en ciernes no pueda usar un pico o una criba. La fiebre del oro alcanzó su cénit en el siglo XX, con pepitas del “tamaño de un huevo de ganso” que atraían a febriles buscadores, incluido un tal Errol Flyn. Hoy, dado el turbulento paisaje (social y geográfico) del lugar, es mejor unirse a un circuito organizado que aventurarse por cuenta propia; no son baratos, pero con la posibilidad de poder hallar el preciado metal a cada paso, ¿a quién le importa?
PNG Gold Tours ofrece viajes de dos semanas para buscar oro en la isla de Misima, famosa por sus ricos depósitos aluviales.
06 Metal romano en la campiña
INGLATERRA
O las togas no tenían bolsillos o cuando los romanos se marcharon de las islas británicas no tuvieron tiempo de cambiar divisas: Inglaterra está llena de monedas antiguas. Y el que las encuentra se las queda. Arqueólogos aficionados y curiosos con detectores de metales han sido responsables de enormes hallazgos por toda la isla: en 2010 un chef desenterró una vasija con 52.000 monedas acuñadas entre los años 253 y 293 después de Cristo, el mayor tesoro descubierto hasta el momento. Si uno se informa bien y se asegura de tener el permiso del propietario del terreno, puede que llegue a hacerse con un trozo de historia.
En la web del National Council for Metal Detecting se puede encontrar información sobre alquiler de detectores, asociaciones regionales y tasación de tesoros.
07 Desentierra un dinosaurio
AUSTRALIA
Si para el viajero Muttaburrasaurus es más que un trabalenguas, hay muchas posibilidades de que unirse a una excavación de dinosaurios sea su plan ideal de la búsqueda del tesoro. Y no hay mejor lugar que Winton, que alberga la mayor reserva de huesos de dinosaurio de Australia. La organización sin ánimo de lucro Australian Age of Dinosaurs realiza tres veces al año Semanas de Descubrimiento de Dinosaurios, donde se puede excavar y poner a punto fósiles enterrados durante los últimos 95 millones de años. No se requiere experiencia, pero solo hay 13 plazas por excavación, así que se debe reservar pronto.
Las excavaciones tienen lugar entre julio y septiembre. Se puede reservar una plaza a través de la web.
08 Joyas en el Ártico
PENÍNSULA DE KOLA, RUSIA
Por encima del Círculo Polar Ártico no es hielo todo lo que reluce: el extremo norte de Rusia occidental brilla con destellos violetas de la preciada amatista. La escarpada península de Kola, un lugar de ensueño para los mineralogistas gracias a sus cientos de rocas raras y especies metálicas, alberga la costa de Tersky, rica en esta cotizada variedad de cuarzo. A diferencias del oro, la amatista es fácil de encontrar si se sabe dónde buscar, como en el cabo Korabi de Tersky; solo hay que buscar esas agrupaciones violetas.
Además de su belleza, la amatista tiene una legendaria cualidad muy útil en estas heladas tierras donde el vodka es una bebida habitual: evita que su portador se emborrache.
Aunque ver amatistas es bastante sencillo, desplazarse por la península de Kola no lo es. Lo mejor es unirse a uno de los circuitos mineralógicos de Routh Kola o Kola Travel.
09 Fósiles al alcance de mano
DESIERTO DE GOBI, MONGOLIA
A primera vista, en el enorme desierto de Gobi, de 1,3 millones de kilómetros cuadrados, parece que no haya más que polvo. Pero el Gobi es uno de los yacimientos de fósiles más ricos del mundo, con muchos restos antiguos (de hasta 100 millones de años) a solo unos centímetros de la superficie. Aquí se hallaron los primeros huevos de dinosaurio, raras aves y algunos de los fósiles de mamíferos mejor conservados. Entre las mejores localizaciones para ello se encuentran las colinas de Fuego de Bayanzag y el Altan Uul (“Montaña Dorada”). El viajero no puede llevarse sus hallazgos (son considerados tesoros nacionales), pero lo emocionante es la búsqueda.
Encontrar circuitos independientes puede ser complicado, pero no imposible. Muchas casas de huéspedes en Ulaanbaatar, capital de Mongolia, pueden ayudar a poner en marcha la expedición del viajero.
10 En busca del pecio perdido
FLORIDA, ESTADOS UNIDOS
Puede que sea conocido como el Estado del Sol, pero muchos de los atractivos de Florida no han visto la luz en siglos. Se cree que sus aguas albergan más tesoros hundidos que cualquier otro estado de EE UU y que podrían esconder un botín de más de 200 millones de dólares. Florida fue antaño un importante refugio de piratas y sus huracanes mandaron a pique a muchos galeones españoles. Antes de ponerse el traje de neopreno hay que consultar las leyes sobre la búsqueda de tesoros bajo el mar, y nunca hay que sumergirse solo en estas aguas traicioneras: esos barcos se hundieron por algo.
La web www.treasuresites.com/indexn.htm es una auténtica mina (de pecios), con listados de lugares en Florida donde se pueden buscar, de forma legal, barcos hundidos con potenciales tesoros.
Estas experiencias y otras están recogidas en el libro Los mejores viajes para el 2013 de Lonely Planet (GeoPlaneta). Más información en www.lonelyplanet.es
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