Maspalomas, diversión playera
Tres millones de visitantes al año convierten este destino del sur grancanario en un referente en las islas. Turismo gay en el Yumbo, dunas para saltar, buenos hoteles, cocina local y arenas kilométricas
Ciento veinte nacionalidades conviven en Maspalomas, costa Canaria (información turística: 928 77 81 40 y 928 72 34 00), la franja de litoral de 11,5 kilómetros de largo que se extiende entre las playas de Meloneras y del Águila. Es el sur turístico histórico de Gran Canaria, medio siglo de vida en 16.000 kilómetros cuadrados de superficie desarrollados en torno a su emblema, las 403 hectáreas de las dunas de Maspalomas. Seiscientos cincuenta bares y cafeterías, 450 restaurantes, 92.500 plazas entre hoteles y apartamentos. Veintiún mil extranjeros residentes, tres millones de turistas al año. Una temperatura media de 22 grados y donde, como máximo, llueve 15 días al año.
8.30 Tras la larga noche
El viajero despierta del abismo de una noche de marcha. En Maspalomas, las discos se cuentan por decenas. Hoy la de moda es Aqua Ocean Club (1) (centro comercial Playa Meloneras). Producto local cien por cien. Aunque si se opta por garitos de ambiente gay, el de más solera es Mantrix (2) (en la cuarta planta del mítico destino gay en que se ha convertido el centro comercial Yumbo). Bien estirándose en una suite del hotel más exclusivo de la zona, el Bohemia Suites & Spa (3) (avenida de Estados Unidos, 28) —con spa de lujo y vistas a las dunas—, o bien en un balcón del AxelBeach Maspalomas (4) (avenida de Tirajana, 32) —distinguidos apartamentos de ambiente gay recién remodelados en la playa del Inglés—, el viajero ha decidido que hoy exprimirá el día.
9.00 El campo de dunas móviles
Pantalón corto, gorra, calzado cómodo y una mochila con agua, bañador, cholas, toalla y crema protectora. Un coche conduce al viajero al mirador de la Degollada de las Yeguas (5) por la carretera de Fataga (GC-60). Son siete kilómetros en 15 minutos. Mirando hacia el mar, a 480 metros de altura, se comprende Maspalomas. El portentoso campo de dunas móviles, lejano, pero bien definido. Alrededor, la urbe. Siete kilómetros más y desayunará en el pueblito de Fataga (6), que aparece tras dejar atrás el hermoso palmeral de Arteara (7), junto a una necrópolis prehispánica. Está en el barranco de Ayagaures. Aquí se rodaron escenas del filme Hace un millón de años (1965), que protagonizó Raquel Welch entre dinosaurios. En Fataga desayunará un suculento bocadillo de pan de leña con queso tierno y mermelada casera de albaricoques de Tunte en El Labrador (Néstor Álamo, 23), enfrente de la iglesia.
11.00 Mariposas y aves
Visitar el zoológico Palmitos Park (8) (Barranco de los Palmitos, s/n), principal parque temático de los cuatro que hay en Maspalomas, valdrá especialmente la pena con niños. Estos se deslumbran con las 264 especies —entre mariposas, peces, anfibios, reptiles, aves y mamíferos— que pueden verse en sus, aproximadamente, 2,5 kilómetros de recorrido. Para el adulto, el emplazamiento es lo sobrecogedor, en una quebrada prejurásica. Por eso, la imaginación se dispara cuando ve saltar a los delfines, o a las águilas imperiales sobrevolando con majestuosidad los cerros en el show de las rapaces.
14.00 Pulpo con mojo verde
Camino a la playa elegiremos para comer entre dos opciones a pie de mar. La primera, pulpo con mojo verde, pescado y ensaladas en uno de los mejores restaurantes de cocina tradicional canaria del sur, Rincón Canario (9) (plaza de Los Ficus, s/n, edificio Águila Playa), 25 años de vida en la playa del Águila, calita de piedra y arena al principio de la urbanización. La segunda, llegarnos al faro de Maspalomas y deleitarnos con los excelentes pescados y arroces de El Senador (10) (paseo del Faro, s/n). Ni el lugar ni la atención al cliente tienen rival. El faro es el punto más meridional de la isla. Data de 1890 y mide 55 metros de alto. Después tocará baño y paseo por la playa.
16.00 Seis mil metros de paseo
Si hemos almorzado en El Senador, el recorrido no ofrece dudas. Caso de elegir el Rincón Canario, debemos trasladarnos en auto al extremo norte de la playa del Inglés (11), a cuatro kilómetros. Desde allí emprenderemos descalzos, en bañador y con gorra y camiseta, la ruta hasta la otra punta. Seis kilómetros en una hora de paseo que degustaremos por zonas. La primera —la más masificada— termina al cabo de un kilómetro con las primeras dunas. La playa se ensancha. Los bañadores desaparecen. El principio de la zona nudista es un lugar ideal de baño. Más allá, en la punta de Maspalomas, las corrientes son peligrosas. La soledad es total cuando la hemos doblado. Alrededor de 1,5 kilómetros más adelante, el Chiringay, inconfundible por su bandera del arcoíris, es la primera señal de civilización. Buen sitio para una cerveza y otro chapuzón. Quinientos metros más adelante finaliza la zona nudista. La playa en el último kilómetro vuelve a ser familiar. Aparecen la charca de Maspalomas y el oasis de palmeras. Estas lucen especialmente cuidadas en los espacios acotados por los hoteles.
18.30 Croquetas de arena
Tras la playa, el viajero puede continuar el paseo más allá del faro hasta la playa de Meloneras. Es la zona nueva. La más chic. Hoteles con modernas piscinas. Buena parte de las nueve instalaciones con servicios de spa y talasoterapia del sur están aquí. Pero una excursión a Maspalomas no puede acabar sin visitar el mirador de las Dunas (12) al atardecer. Se llega cruzando el hotel Riu Palace Maspalomas (avenida de Tirajana, s/n) por un pasillo de acceso público. Es el momento de sacar la cámara de fotos. Los amigos nos envidiarán. También la ocasión propicia para patear las dunas. Las más altas, de 12 metros, se encuentran cerca. Pocas cosas divierten más a los niños que rodar por ellas como croquetas.
21.00 Opciones para cenar
Las opciones se multiplican a la hora de la cena. Samsara (13) (avenida del Oasis, 30, centro comercial La Charca) agrada con su cocina de fusión en un local abigarrado de objetos de la cultura oriental. Si hay luna llena sobre las cercanas dunas, la fantasía es completa. La Palmera Sur (14) (Plácido Domingo, 12, urbanización Bellavista) ofrece cocina canaria creativa. Cuenta con una legión de seguidores entre el público local. La Caña (15) (edificio Green Park, local 4) es cocina española de nivel en un local elegante y cuidado. Greek Village (16) (avenida de los Sargentos Provisionales, 30), deliciosa cocina griega. Il Duomo di Milano (17) (Hannover, 4, edificio Veril Playa), el mejor italiano. Pero si queremos deslumbrar a nuestra pareja, el exclusivo restaurante 360º (18), en la octava planta del hotel Bohemia Spa & Suites, ofrece las mejores vistas al atardecer. Finalmente, en el epicentro del turismo gay de Canarias, el Wapa Tapa (19) (centro comercial Yumbo, planta segunda) ofrece una cuidada selección de tapas.
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