Al monasterio en coche eléctrico
Senderismo por el monte Abantos, un pantagruélico cocido madrileño y visita al auditorio de los arquitectos Picado y De Blas. Planes que acompañan la visita al refugio de Felipe II
Estar al lado del famoso monasterio es una ventaja para la población de San Lorenzo, porque aquel es un fabuloso imán de turistas (más de medio millón al año). Pero también es una pega, porque la mayoría de la gente solo tiene ojos y tiempo para la “piedra máxima”, que decía Ortega, y no repara en nada más. Empezando por las preciosas montañas, que son las que hicieron que Felipe II eligiera este lugar y no otro. Y siguiendo por muchas cosas más.
9.30 Con picatostes
El sanlorentino desayuna chocolate con picatostes en el café del decimonónico hotel Miranda & Suizo (1), en la calle de Floridablanca. Otra opción es zamparse unas porras en los quioscos de madera de la misma calle o en la Churrería de San Lorenzo (2) (Rey, 7). El mercado La Esquina del Café ofrece variedades de todo el mundo. Tampoco es mala idea despertar las tripas con la típica bizcotela —bizcocho y yema bañados en chocolate— que elaboran en Paco Pastel (plaza de las Ánimas, 1) y en Malpartida (3) (Pozas, 2). Aquí los que van a subir al monte compran panes de leña. Otros cruzan a La Carpetana (Rey, 12) para avituallarse de fiambre, quesos o anchoas de Santoña.
10.00 Monasterio de azúcar
Lo que no se puede desayunar, aunque ganas dan, es la réplica en azúcar del monasterio de San Lorenzo, a escala 1:200, que preside la oficina de turismo (Grimaldi, 4; 918 90 53 13), situada en la antigua Casa de Oficios, a 20 metros del monasterio de verdad, el de granito (4). Se puede visitar solo este o añadir a la lista las casitas del Príncipe (5) y del Infante (6), ambas asombradas por árboles gigantes —cedros, pinsapos, secuoyas…—, de hasta 13 metros de talle y 43 de altura. Esto se hace con guía, cuesta 17 euros y lleva la mañana entera (www.patrimonionacional.es; 918 90 59 03). Para los viajeros que ya conocen lo anterior hay una ruta por la población, autoguiada con paneles informativos, que recorre 27 edificios históricos, muchos de ellos construidos para alojar al séquito real.
11.00 Biplazas futuristas
El paseo por la población se puede hacer cómodamente en una bici eléctrica o en uno de esos coches biplaza futuristas, también a pilas, que anuncia David Guetta. Los alquilan por 8 y 10 euros la hora, respectivamente, en San Lorenzo e-Bikes (7) (Floridablanca, quiosco 1; 662 40 80 50), que también organizan rutas guiadas hasta la silla de Felipe II (8) o por el monte Abantos.
12.00 Colección de árboles
A estas horas, los montañeros que se avituallaban a las 9.30 están ya llegando al techo y mejor mirador del municipio, el monte Abantos (9) (1.753 metros), después de seguir hacia el norte las señales rojas y blancas del sendero GR-10. En la oficina de turismo dan un plano y una descripción detallada de la caminata. El Arboreto Luis Ceballos (918 98 21 32), a 4,5 kilómetros de San Lorenzo por la carretera que sube al puerto de Malagón, atesora la mayor colección de árboles y arbustos de la Península, y es el punto de partida de rutas guiadas gratuitas.
14.00 Para tomar y llevar
Los lunes, miércoles y viernes, en El Charolés (10) (Floridablanca, 24; 918 90 59 75) sirven el más pantagruélico cocido de la región. No es barato (29 euros, postre y bebida aparte), pero con lo que sobra se come otro día en casa. El fin de semana, si luce el sol, todo el mundo se acuerda del Quiosco de la Silla de Felipe II (626 95 80 33). Por 10 euros, ensalada, tortilla, morcilla, chorizo y vino. Casi las mismas vistas que la silla regia tiene el restaurante del Golf La Herrería (11) (918 90 51 11), cuyo fuerte es también el cocido. Y tampoco está mal el Horizontal (918 90 38 11): carnes al carbón de encina en el pinar de Abantos, rodeados de ardillas.
17.00 Mucha creatividad
Libros y vinilos rescatados de la basura, sillas Tulip o maniquíes disfrazados de madelmans son algunos de los objetos curiosos que abarrotan el taller Reciclator (12) (San Francisco, 9). Otros focos de creatividad se llaman Alápiz (pintura y encuadernación; San Francisco, 18) y Medialuna (13) (cerámica y joyería; Juan de Austria, 3).
18.30 Teatros y maquetas
Aquí presumen, porque pueden, del teatro más antiguo (1771) de España, el Real Coliseo de Carlos III (14) (Floridablanca, 20). Y de uno de los más modernos, el Teatro Auditorio (15) (Parque de Felipe II, s/n), obra de María José de Blas y Rubén Picado (2006): una mole de diez pisos que se ha escamoteado soterrando ocho, forrando de granito lo poco que asoma y dejando un viejo pinsapo en medio. Muy escurialense y muy zen. Hay visitas guiadas. Y para seguir con la ruta contemporánea, visitamos la sede de la revista de arquitectura El Croquis (proyecto de Fernando Márquez y Richard Levene, arquitectos y fundadores de la publicación; este último propietario de la Casa Levene, de Eduardo Arroyo, oculta entre los pinos del monte Abantos). Dentro de la sede de El Croquis se exhiben 100 maquetas (avenida de los Reyes Católicos, 9; El Escorial de Abajo).
21.00 Cena japonesa
Para una cena clásica —patatas revolconas y rabo de toro, digamos—, es buen lugar Las Viandas (16) (plaza de la Constitución, 2; 918 90 09 86). Para una ligera, la tapería El Sol Sale para Todos, que está enfrente, en el número 9. Y para una atípica, Taberna Yamaoka (17) (Pozas, 31; 918 90 58 28), un japonés con un menú por 20 euros y jazz en la terraza. Y la pista más reciente (y muy recomendable): Montia, con el chef Daniel Ochoa (Calvario, 4; 911 33 69 88).
22.30 Noches de magia
En el Cafetín Croché (18) (San Lorenzo, 6) se pueden tomar cócteles hasta las tres y, los viernes, asistir a una de las noches de magia que inauguró Tamariz hace ya 32 años. Y para pasar la noche, una posibilidad es el hotelito De Martín (19) (Gobernador, 1; 628 662 144), recién inaugurado.
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