Los paisajes más surrealistas del planeta
Bosques petrificados, un desierto pintado y un lago rodeado de cráteres donde los astronautas del Apolo XI prepararon sus históricos paseos lunares
Hay lugares que parecen no estar en este mundo. Podríamos viajar a Marte o a un planeta fantástico de esos que aparecen en las películas y no encontraríamos paisajes tan extraños. Están por todo el mundo, incluso en España. ¿O alguien que haya visto las minas de Río Tinto puede pensar que seguimos en nuestro Planeta Tierra?
01 Salar de Uyuni
BOLIVIA
Podría ser un cuadro de Dalí: un paisaje amplio de un blanco cegador, bajo un cielo azul intenso, salpicado por lagunas rojas y verdes, con flamencos rosas, volcanes extintos, fuentes termales, cáctus gigantes y géiseres activos. Es el Salar de Uyuni, sin duda uno de los paisajes más extraños e inquietantes del planeta. Está situado a 3.656 metros sobre el nivel del mar en el altiplano del suroeste de Bolivia, muy cerca de las cumbres andinas. El paisaje es tan insólito que llega a ser desagradable: desolado, y azotado por fuertes vientos. El Salar de Uyuni está considerado la zona cubierta de sal más extensa del mundo: de sus 10.000 millones de toneladas de cloruro sódico, se extraen unas 20.000 cada año.
Se puede llegar en autobús o tren desde Oruro; en autobús desde Potosí o en bus o tren desde Villazón (Argentina). Si se quiere completar la experiencia, hay varios hoteles construidos con bloques de sal a orillas del salar, que figuran siempre entre los hoteles más extravagantes de la tierra, como el Luna Salada, en Colchany.
02 Parque nacional de Purnululu
AUSTRALIA
La fotografía aérea ha desvelado muchos rincones que permanecían en secreto, ocultos a la mirada del mundo. Uno de estos lugares era Australia Occidental, y concretamente la zona montañosa de Bungle Bungle Range (que es el nombre en aborigen de la roca arenisca), una especie de laberinto natural en el corazón del Outback. Es la patria de los Kija, quienes durante siglos se movieron libremente por estos parajes durante la estación lluviosa, entre barrancos, precipicios, gargantas y colinas redondeadas, que ocultan, como se sabe ahora, obras de arte y tumbas de los aborígenes. Las primeras imágenes aéreas de esta zona, hoy conocida como Parque Nacional de Purnululu, son de principios de la década de 1890. Durante 20 millones de años, los montículos de la zona montañosa de Bungle Bungle Range se erosionaron hasta adquirir la forma de una colmena. Hoy en día, sus conos surrealistas de llamativas vetas naranjas y grises motean este inmenso laberinto natural en el Outback.
La mejor época para visitar la zona es la más fresca, de junio a agosto. El centro de información funciona de 8 a 12 y de 13 a 16 h. No es fácil llegar: el Parque está a más de 2000 kilómetros al noreste de Perth y las poblaciones más cercanas son Kununurra, al norte, y Halls Creek, al sur. El acceso al parque se realiza por la pista Spring Creek Track, de unos 53 kilómetros, solo transitable durante la estación seca (del 1 de abril al 31 de diciembre) y con todo terrenos.
03 Bosques petrificados
ARGENTINA
La provincia patagónica de Santa Cruz, en Argentina, es una tierra llana y árida, repleta de reliquias fósiles de antiguos bosques húmedos de araucarias gigantes que cubrían la zona hace 130 millones de años. Son los famosos bosques petrificados, árboles duros como rocas que salpican casi 35 kilómetros cuadrados de estepas castigadas por el viento. Son el resultado de la actividad volcánica que se produjo cuando se formaron los Andes y que sepultó la Patagonia bajo las cenizas, transformando en piedra toda la vegetación. Hoy la flora y la fauna escasean –salvo unos pocos guanacos y zorros patagónicos- y el paisaje resulta de lo más extraño. Hay que tener mucha imaginación para imaginarse cómo era cuando estaba cubierta por bosques.
Conduciendo por la Ruta 3, la casa del guarda forestal está a medio camino entre Caleta Olivia y San Julián; hay que girar a la izquierda por la Ruta 49 y recorrer 50 kilómetros. Se debe llevar todo lo necesario para el trayecto. En el Monumento Natural Bosques Petrificados no se permite acampar, se puede pernoctar en el camping privado a 20 kilómetros del lugar, sobre el camino de acceso. El sendero peatonal recorre 2 kilómetros, donde se pueden apreciar grandes ejemplares de araucarias petrificadas. Además, el circuito ofrece la posibilidad de realizar un recorrido corto fácil, para todos los públicos.
04 Wadi Rum
JORDANIA
En 1962, el desierto de Jordania fue el escenario escogido para el rodaje de Lawrence de Arabia, de David Lean. Ver la película puede ser una invitación para viajar a este lugar de belleza imponente, casi cinematográfica. Leer la descripcion del lugar en Los siete pilares de la sabiduría, del auténtico T.E. Lawrence, es definitivo.
El Wadi Rum es un desierto hecho de valles de arena y dunas salpicadas por un laberinto de rocas monolíticas, arcos naturales, estrechos cañones y fisuras; preciosos colores que cambian al amanecer y al atardecer, y cielos nocturnos tachonados de estrellas. Unas colosales montañas de suave arenisca y granito cubren estos 720 kilómetros cuadrados donde se grabaron inscripciones en las rocas hace milenios. Hoy en día, aún acogen a las tribus beduinas que viven en sus tiendas de pelo de cabra.
El Wadi Rum es hoy un importante centro turístico y no hay viajero que pase por Jordania sin visitarlo. Se recomienda hacerlo a principios de primavera (marzo y abril) o a finales de otoño (octubre y noviembre).
05 Painted Desert
ARIZONA (EEUU)
La del desierto pintado de Arizona es una de esas fotografías que siempre sorprende y ante la que siempre alguien pregunta: ¿pero es de verdad o es photoshop? Pues sí, es de verdad. A simple vista es una ondulada superficie, una tierra árida cubierta, como un lienzo de colores, por tonalidades que van desde intensos rojos a naranjas, amarillos, azules, grises y rosas. Este extraño lugar abrasado hoy por el sol en el centro-norte del Estado de Arizona, conserva troncos de árboles fosilizados anteriores a los dinosaurios. Painted Desert abarca 19.400 kilómetros cuadrados y cuenta con areniscas de colores, llamativas colinas, precipicios bermellones y dunas bajas. Es el hogar de los Hopi y los Navajo; estos últimos son conocidos por sus pinturas ceremoniales de arena realizadas con sedimentos del lugar. Los Hopi son los descendientes de los antiguos indios Pueblo, y una de las tribus más inalteradas de Estados Unidos. En Second Mesa se puede visitar el Hopi Museum, lleno de antiguas fotografías y exposiciones culturales.
Holbrook, en Arizona, está 40 kilómetros al oeste del Painted Desert National Park por la I-40, y es una buena base para explorarlo. El parque tiene un magnífico recorrido panorámico. No hay zona de acampada pero sí numerosos senderos cortos que pasan por los mejores puntos. Una advertencia: hay elevadas multas para quien robe madera.
06 Capadocia
TURQUÍA
La región de Capadocia es una de las más turísticas de Turquía y de las más fotografiadas, pero siempre produce asombro, por mucho que uno haya visto previamente las imágenes de sus chimeneas de hadas, sus columnatas rosadas o las curiosas iglesias cavadas en la roca. En esta región de la península de Anatolia, la erosión y las erupciones volcánicas han dado lugar a inusuales formaciones rocosas, a espectaculares gargantas, enormes piedras en forma de panal o grandes pilares. Bajo tierra continúa el exótico paisaje rocoso, ya que los antiguos habitantes de Capadocia construyeron casas, iglesias y monasterios en las rocas, creando así ciudades subterráneas que escondieron a los cristianos de la persecución romana. Son un poco claustrofóbicas pero realmente curiosas. Merecen la pena. Lo imprescindible (aunque también lo más turístico) son las iglesias excavadas en las rocas y los frescos bizantinos de Göreme, el antiguo monasterio.
Göreme es el centro de esta región, rodeado por un magnífico parque natural formado por una serie de valles que se pueden visitar sin dificultad: el Valle Blanco, el Valle de la Rosa, el de las Palomas, el del Amor, el de las Españas, el Vale Largo… todos son fáciles de recorrer y esconden formas asombrosas y espectaculares. La zona es también una de las mejores del mundo para hacer un circuito en globo.
07 Valle de la Desolación
DOMINICA
Situado en la isla caribeña de Dominica, el hoy llamado Valle de la Desolación era una exuberante selva hasta que en 1880 un volcán entró en erupción. Desde entonces su fauna se limita a algunas hormigas, cucarachas o lagartijas, el suelo es de color púrpura y verde, y aparece cubierto de musgo y liquen. Más sorpresas: lodos hirviendo, geíseres, fumarolas y fuentes termales, todo en grises, azules, verdes, amarillos y marrones. Es uno de los paisajes más desoladores de la tierra pero merece la pena visitarlo. Un paseo de varias horas a pie nos permitirá acceder al Boiling Lake (Lago Hirviente), una grieta de la corteza terrestre inundada.
Para llegar a Boiling Lake se recomienda contratar un guía. Dominica está 30 kilómetros al sur de Guadalupe y es la mayor de las islas de Barlovento de las Pequeñas Antillas. No es lugar de playas (aunque las hay, como las de Douglas Bay y Cabrits) pero sí un lugar perfecto para los amantes de la naturaleza y los paisajes extraños.
08 Lago Bogoria
KENIA
La corteza terrestre es tan poco profunda en este siniestro paisaje que su superficie parece la enorme caldera de una bruja, con fuentes que hierven, imponentes fumarolas y géiseres activos. El Lago Bogoria ocupa uno de los muchos valles del Rift, esa falla que corta la zona más oriental de África y prosigue hacia el norte por el Mar Rojo y el Mar Muerto. El área del Bogoria, que incluye también las tierras adyacentes, alcanza los 107 kilómetros cuadrados de extensión y está protegida como reserva nacional. El lago es rico en sales de sodio y minerales, y en él solo consiguen vivir unas algas entre azules y verdes, las águilas que lo sobrevuelan y dos millones de flamencos rosas que se reúnen ocasionalmente sobre el agua para alimentarse, ofreciendo unas vistas alucinantes y convirtiendo el Bogoria en uno de los mayores escenarios africanos para el avistamiento de estas especies.
La mejor base para visitarlo es el lago Baringo, a 25 kilómetros; también se puede acampar en la reserva. Los campings no ofrecen servicios, aunque el Fig Tree dispone de un ‘jacuzzi’ natural.
09 Bahía de Halong
VIETNAM
En lengua vietnamita, halong significa “donde el dragón baja al mar”. Según la tradición, un dragón gigante que vivía en la bahía pisó tan fuerte sobre el suelo que las montañas se hundieron y se formaron valles colmados de agua, por encima de los cuales solo sobresalían las cumbres: así nació esta maravilla natural. La realidad es más prosaica: se trata de un paisaje kárstico en el que el agua ha ido modelando las calizas hasta hundir unos bloques y dejar otros en resalte. Pero da igual: es bellísimo, envuelto casi siempre en brumas, y con forma de laberinto de islas y canales que van cambiando de color a cada momento.
El asombroso paisaje posee 3.000 columnas de caliza que emergen de las aguas esmeraldas en la costa noroeste del golfo de Tonkín. Estos islotes verticales y sus grutas salpican un área de 1500 kilómetros cuadrados al noreste de Haiphong, en Vietnam, con una delicada belleza que recuerda a una pintura china. Durante el día, los barcos cargados de turistas quitan mucha de la magia que se puede disfrutar al atardecer, bajo un cielo teñido de púrpura en el que se dibujan las siluetas de las islas.
Un crucero privado de un día por la bahía de Halong en un junco bien equipado cuesta alrededor de 210 dólares.
10 Lago Myvatn
ISLANDIA
La tripulación del Apolo XI escogió los inhóspitos campos de lava del norte de Islandia para entrenarse de cara a sus paseos por la luna. Aquí está el lago Myvatn, con aguas muy superficiales y lleno de islotes volcánicos. Está rodeado por prominentes cráteres, volcanes, imponentes columnas de lava, hoyos de lodo hirviendo y fuentes termales: el conjunto parece de ciencia ficción. Si no fuera por los patos que deambulan por la arena, podríamos estar en otro planeta.
La mejor experiencia es probar los baños naturales de Myvatn, una réplica de la famosa Laguna Azul de Reykjavik pero más pequeña. De sus aguas turquesa emergen nubes de vapor y es perfecta para relajar los músculos doloridos en agua rica en minerales. Tras disfrutar de una buena dosis de geología en estado puro, no hay como dar un paseo en bicicleta, observar aves y darse un baño en esta versión norteña de la Laguna Azul.
El Lago Myvatn es un lugar insólito pero muy accesible para el viajero, que puede ir fácilmente en el día desde Reykjahio o desde Skútustaöir. La carretera que lo rodea tiene 36 kilómetros y se puede hacer un circuito de 10 horas en torno al lago, comenzando en Akureyri, para ver en profundidad las principales atracciones de la zona.
11 Río Tinto
HUELVA
No hace falta viajar muy lejos para ver uno de los parajes más insólitos de la tierra. Está en Huelva, aunque la sensación que uno tiene es la de estar en el mismísimo corazón de Marte. De hecho, el lugar es objeto de estudio de la agencia espacial norteamericana NASA para conocer las insólitas formas de vida que aquí se desarrollan, debido a la probable similitud entre sus condiciones ambientales y las que podrían darse en el planeta rojo.
Los tramos del alto y medio río Tinto son únicos en el mundo, tanto por su colorido como por sus condiciones ambientales y la historia que hay detrás. En el curso alto se encuentra el mayor yacimiento minero a cielo abierto de Europa, explotado desde los tartesios y sobre todo, por los romanos. Fruto de esta larga actividad, se ha creado un peculiar paisaje que parece de otro mundo. El nombre del río onubense proviene del color rojizo de sus aguas (que pasa a ser ocre en las orillas) y que explica el alto contenido de sales ferruginosas y sulfato férrico que, junto a la escasez de oxígeno, otorgan un pH muy ácido. Parece mentira, pero en estas aguas rojas hay vida: microorganismos (muchos todavía sin catalogar) que se alimentan solo de minerales y que tienen emocionados a los científicos de la NASA.
Más paisajes insólitos
Sería imposible enumerar todos los lugares del planeta que sorprenden por sus colores, sus formas o por los extraños fenómenos que en ellos se producen, pero podemos apuntar algunos de los más sorprendentes:
Las islas de Socotra (Yemen), donde habitan extrañísimas especies de fauna y flora.
El Desierto Blanco, en Nuevo México (EEUU), que en realidad es un desierto de yeso cristalizado pulido por el viento (el arenal de yeso más grande del mundo).
En el Valle de la Luna (Estado de Goiás, Brasil) se encuentran las formaciones rocosas más antiguas del planeta, compuestas de cuarzo y cristales, de las que surgen piscinas naturales.
Kliluk, el lago manchado de Canadá, acoge cada verano un extraño fenómeno natural: el agua se evapora y se cristaliza formando pequeñas pozas de colores imposibles y de bordes blancos.
Las termas de la Corriente de Sangre Caliente (Beppu, Japón) conforman espectaculares lagos tintados, entre ellos uno rojo y caliente, que debe su color al hierro presente en sus aguas.
El Bosque de piedras (Shiilin, China), formado por enormes piedras de color oscuro en forma de afiladas agujas, creadas por la erosion milenaria.
La Laguna Coloreada en el altiplano de Bolivia, está poblada por flamencos rosados y presenta colores casi irreales.
La Estructura de Richat, en Mauritania, es un singular accidente geográfico en pleno Sahara cuya singular forma ha sido estudiada desde el espacio: un extraño ojo de buen en medio del desierto.
Estos paisajes surrealistas y otros muchos lugares curiosos aparecen reunidos en 1000 experiencias únicas de Lonely Planet, publicado por GeoPlaneta (2011).
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