¿Vibrante y entretenido? Estamos en Brooklyn
Bushwick, Fort Greene y Greenpoint. Tres barrios artísticos y multirraciales más allá de Manhattan
El Manhattan de los años noventa cambió el lado salvaje de la vida al que le cantó Lou Reed por el sueño húmedo del dinero en el que se fosiliza Wall Street. Y así fue como, poco a poco, la vista giró hacia Brooklyn, y ese Williamsburg de polacos, puertorriqueños, dominicanos y judíos ortodoxos fue adoptando jóvenes blancos con aspiraciones artísticas llegados de todo el planeta que ante la imposibilidad de vivir y trabajar en un Manhattan económicamente reservado a los más pudientes se inventaron una versión propia del mito underground de la isla al otro lado del East River a mediados de los noventa. Alquileres razonables, proyectos artísticos multidisciplinares en locales ocupados, fiestas sin límite horario, cines improvisados, arte callejero, conciertos hasta el amanecer… un paraíso para el veinteañero que pronto fue descubierto por los tiburones inmobiliarios, que en menos de una década transformaron este paraíso de la eterna adolescencia en el brazo joven de Manhattan (es el barrio más cercano a la isla). Lo underground mutó en semi-alternativo, y lo excéntrico, en uniforme hipster.
Las calles se llenaron de tiendas, bares y restaurantes, y hoy Williamsburg es uno de los barrios más vibrantes y entretenidos de la ciudad, con Bedford Avenue y N6 como ejes centrales, pero también es el destino al que quieren llegar no ya los artistas y los espíritus libres, sino los jóvenes de la América profunda (que antes renegaba de Nueva York) con padres dispuestos a comprarles un apartamento con vistas a Manhattan. Cosas de la gentrificación.
En Park Slope ocurrió un fenómeno similar, aunque más tardío, y marcado por un elemento muy concreto: los niños. En una ciudad donde el alquiler medio es de 3.000 dólares por un apartamento de una habitación, tener niños significa, casi irremediablemente, mudarse a Brooklyn o Queens. Y Park Slope fue el área que escogieron las familias jóvenes (el escritor Paul Auster fue pionero hace ya dos décadas), empujadas entre otras cosas por la cercanía de Prospect Park, el Central Park de Brooklyn, que hoy algunos definen como “la tierra de los mil carritos de bebé”. Sus calles arboladas y de casitas bajas son un hervidero de vida de día y de noche, puesto que ser padre no significa abandonar la vida social, al menos en Brooklyn. Eso sí, las familias más humildes no pueden permitirse vivir aquí y siguen instaladas en el Bronx o en Queens, donde ni las escuelas son tan buenas ni hay clases de yoga para madres ociosas.
El barrio de Dumbo, en cambio, que comenzó a florecer casi a la vez que Williamsburg, era un mapa de construcciones inmensas, fábricas que dieron trabajo a cientos de miles de personas un siglo atrás y que en los albores del siglo XXI se presentaban como esqueletos vacíos que atrajeron a artistas de toda índole, sobre todo fotógrafos. Aquí la evolución de la gentrificación fue incluso más rápida que en Williamsburg, ayudada por las increíbles vistas que ofrecen sus edificios, en un enclave único entre el puente de Manhattan y el de Brooklyn. La reciente creación del Brooklyn Bridge Park ha impulsado aún más esta revalorización. Y pese al encarecimiento de los precios y la proliferación de supermercados gourmet, en sus calles abundan excelentes librerías, como PowerHouse Books, y las galerías de arte dedicadas a la fotografía, como VII Dumbo, puesto que este barrio fue colonizado en un principio por fotógrafos de todo el planeta. Aquí está además Gleason’s Gym, uno de los gimnasios de boxeo más añejos y peculiares de la ciudad (tiene 75 años) y donde pagando cinco dólares se puede asistir a los entrenamientos.
Los artistas plásticos, en cambio, han sido empujados desde el Williamsburg que colonizaron a principios de siglo hacia zonas de Brooklyn aún asequibles y hoy su presencia es abrumadora tanto en Bushwick como en Fort Greene y Greenpoint. La reciente explosión de galerías de arte experimentada en Bushwick lo ha convertido en cita obligada para los amantes del arte, que buscan aquí las propuestas creativas de las nuevas generaciones (imprescindibles Luhring Augustine y Bogart Salon). Greenpoint aún mantiene un sabor familiar, puesto que los polacos que originariamente vivían entre sus fábricas aún no han sido desterrados. Fort Greene es quizá el barrio más multirracial e interesante de todos, uno de los pocos donde la población negra aún es visible frente a la expulsión de los de esa raza ocurrida en los nuevos barrios de moda de Brooklyn. Es aquí donde se cocina el Brooklyn del futuro, y el centro cultural BAM es uno de sus mayores atractivos.
Guía
Comer
» La Superior (001 718 388 59 88). 295 Berry St., Williamsburg (Brooklyn). Con el nuevo siglo han llegado por fin a Nueva York restaurantes mexicanos decentes. En este, todo el menú es irresistible, empezando por su guacamole. Además, la música, el ambiente y el precio (baratísimo) son de lo mejor del barrio.
» Zenkichi (001 718 388 89 85). 77N 6th St., Williamsburg (Brooklyn). Japonés para paladares atrevidos. No hay ninguno de las recetas típicas de un japonés común. Pero cada plato merece un aplauso, y la decoración también.
» Peter Since 1969 (001 718 388 28 11). 168 Bedford Avenue, Williamsburg (Brooklyn). Comida americana casera (no hay hamburguesas). Para amantes de los platos fuertes —pollo, salchichas o cerdo cocinado lentamente.
» Buttermilk Channel. 524 Court St., Carroll Gardens (Brooklyn). American bistro en el corazón de Carroll Gardens. Ambiente familiar y excelentes vinos.
» Lucali (001 718 858 40 86). 575 Henry St., Carroll Gardens (Brooklyn). Esta pizzería le hace la competencia a la otra más famosa de Brooklyn, Grimaldi's. Pero hay quien la considera mucho mejor. No venden alcohol, pero se puede llevar de casa.
» Vinegar Hill House (001 718 522 10 18). 72 Hudson Avenue, Dumbo (Brooklyn). Pequeño, amable y con jardín, es uno de los nuevos destinos hipster del barrio de Dumbo. No es caro y sus ostras fritas a la hora del brunch son muy recomendables.
» Roberta's (001 718 417 11 18). 261 Moore St., Bushwick (Brooklyn). Fue el restaurante pionero de la reciente colonización de Bushwick y por eso es hoy uno de los clásicos del barrio más celebrados. Su especialidad: la pizza.
Beber
» Montero's Bar & Grill (001 646 729 41 29). Entre Dumbo y Brooklyn Heights. 73 Atlantic Avenue (Brooklyn). Por fuera no invita. Pero dentro este bar en el que bebían los marineros en la época de On the waterfront es perfecto para un domingo tranquilo de cervezas y billar.
» The Richardson (001 718 389 08 39). 451 Graham Avenue, East Williamsburg (Brooklyn). Cócteles con zumos naturales y alcohol de primera calidad en un ambiente años veinte.
» Delmano Hotel (001 718 387 19 45). 82 Berry St., Williamsburg (Brooklyn). El bar en el que todos quieren dejarse ver en Williamsburg (no es un hotel). Con mucho aire a Boardwalk Empire, hay que probar, entre otras cosas, la cerveza de jengibre. Estupenda música.
» Brooklyn Social (001 718 858 77 58). 355 Smith St., Carroll Gardens (Brooklyn). Tiene solera, pero sigue siendo uno de los locales de moda de Carroll Gardens. Era un antiguo club social siciliano.
Bailar
» Bembé (001 718 387 53 89). 81 South 6th St., Williamsburg (Brooklyn). Uno de los locales pioneros de Williamsburg, sigue manteniendo una política de puertas abiertas y un público multirracial cada vez menos común en el barrio. Música latina y africana.
» Barbés (001 347 422 02 48). 376 9th St. (Brooklyn). En pleno corazón de Park Slope, es conocido principalmente por sus conciertos multiculturales. Nada como una cerveza fría y buena música (mucha de corte eslavo) para arrancar la noche.
» Glasslands Gallery. 289 Kent Avenue, Williamsburg (Brooklyn). Empezó siendo un bar puramente underground en el que se sucedían los conciertos y las performances extrañas. Hoy es una de las celebridades musicales y culturales de Williamsburg. A altas horas de la noche, bailar y sudar suele estar asegurado.
» Donna. 27 Broadway, Williamsburg (Brooklyn). Entre semana es perfecto para saborear sus excelentes cócteles, pero los viernes y sábados la música funk toma el local.
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