Una caña para Carlos V
El enclave ideal para restaurar tapices centenarios, gofres y patatas fritas La plaza Grote Markt, una cervecera abierta en 1471 y una torre desde la que se ve media Bélgica
Su nombre oficial en neerlandés (Mechelen, que se pronuncia méjelen) despista bastante, pero esta es la Malinas donde pasó su niñez Carlos I de España y V de Alemania bajo la tutela de Margarita de Austria, que era hermana de Felipe el Hermoso y, por tanto, tía del susodicho. No hay tiempo para más clases de historia porque, en solo 11 minutos, llegamos a Malinas en un tren directo (www.b-rail.be) desde el aeropuerto de Bruselas, que dista 20 kilómetros. No está mal. Ya en la ciudad podemos movernos a pie (las distancias son cortas) o en bici. Hay un alquiler en Koning Albertplein, 2 (www.fietsenwerk.be), al lado mismo de la estación (1).
10.00 Una calle de tiendas
Yendo de la estación al centro se pasa por Den Bruul (2). Es la calle de las tiendas, siempre atiborrada de jóvenes que, a su vez, se atiborran de patatas fritas, gofres y helados. Para quemar las calorías sobrantes, maratón de compras en el centro comercial Bruulcenter (3), en el número 79: cómics en Stripkever (www.stripkever.be), ropa y material de skate y surf en Pacific Boardshop (www.pacific-boardshop.com), juguetes eróticos en Loveware (www.loveware.be) y cachivaches de hace 40 años en Blender Vintage Shop (www.blendervintageshop.be).
10.30 Sedas y lanas
No 40 años, sino 400, tienen la mayoría de los tapices que pasan por la Real Manufactura De Wit (4) (www.dewit.be; 00 32 15 20 29 05), líder en restauración de piezas de museo, cuyo taller ocupa un edificio del siglo XV en la céntrica calle Schoutetstraat. Aquí desapolillaron en 2009 los famosos tapices de la Colegiata de Pastrana (Guadalajara). Ver cómo remozan las sedas y las lanas centenarias cuesta seis euros, pero tiene que ser los sábados a esta hora.
11.00 Una torre alta y musical
No tiene pérdida el centro, porque en él se levanta la torre de 97 metros de la catedral de Sint-Rombouts o San Romualdo (5) (www.torredemalinas.be), desde la que se ve media Bélgica. La idea era que este campanario, cuya primera piedra se puso en 1451, midiera 60 metros más, pero el dinero se acabó a finales del siglo XVI y la obra quedó inconclusa. Hay 538 escalones, y merece la pena subirlos. Por el panorama y por las 99 campanas, los contrapesos, las poleas, los teclados, los cables, las ruedas dentadas y los mil extraños mecanismos de un carillón que, al sonar, hacen que la ciudad se convierta en una inmensa caja de música. A 50 metros, en Begijnenstraat, está el 3 Paardekens (6) (www.3paardekens.be), hotel centenario recién rehabilitado que ofrece impactantes vistas de la catedral desde la terraza y el salón de desayunos. La doble cuesta entre 62 y 83 euros.
12.00 Recuerdos de Carlos y Margarita
Al pie de la torre se extiende la cuadrilonga e histórica plaza mayor, Grote Markt (7). El Ayuntamiento (8) nos hipnotiza con sus filigranas góticas, como debió de alucinar al pequeño Carlos cuando aún era lonja de paños. En una esquina de la plaza se alza una estatua de Margarita de Austria, regente de los Países Bajos entre 1507 y 1515, y no lejos —en Keizerstraat, 20—, su palacio (9), con un jardín renacentista.
13.00 Cerveza Carlos de Oro
Pero, sin duda, como mejor entra y se recuerda la historia es con una Gouden Carolus, la cerveza de Malinas, bautizada así (Carlos de Oro) en memoria del emperador. Mientras visitamos la fábrica donde se elabora, Het Anker (10) (Guido Gezellelaan, 49; www.hetanker.be; 00 32 15 28 71 41), que data de 1471, nos cuentan que Carlos V era un fanático de la cerveza malinesa y que cuando marchó a España, en 1517, se llevó a maestros locales que introdujeron el arte de hacerla en nuestro país. Todo pudiera ser. Het Anker es también una brasserie, buen lugar para probar el cuco de Malinas, un pollo autóctono que se deshace cual mantequilla en la boca (una vez cocinado, claro). Y es un hotel de 22 habitaciones (entre 78 y 92 euros, la doble). Para mayor interés, la fábrica se halla en el barrio del Gran Beaterio (11) (Groot Begijnhof), declarado patrimonio mundial, donde antaño vivieron aisladas del cruel mundo varonil hasta 700 viudas.
14.00 Banquete de arte loco
Borrachos, diablos, bufones… son algunos de los extraños vecinos que habitan en una casa del siglo XVI a la sombra de la catedral, que en su día perteneció a la suegra de Pieter Brueghel el Viejo. Het Zotte Kunstkabinet (12) (La Loca Colección de Arte) es el nombre de este museo (Sint-Katelijnestraat, 2; www.vliegendpeert.be; 00 32 15 29 01 55) en el que se exhiben obras satíricas pintadas entre 1500 y 1650 por El Bosco, Hans Baldung Grien, Jan y Frans Verbeeck, Otto Venius, Pieter Brueghel el Joven, Joos Van Craesbeeck y Jan Massys. El lugar ofrece, además, la posibilidad de asistir a la reconstrucción de un banquete renacentista.
16.00 Newtopia
{ "active": true, "align": "right", "code": "LOC6412", "elementType": "offerExtension", "id": 18, "latitude": 51.028919, "longitude": 4.4780726, "name": "MALINAS", "service": "rumbo" }
Hasta el próximo 10 de diciembre, Malinas acoge Newtopia (www.newtopia.be), una exposición internacional de arte contemporáneo dedicada a los derechos humanos, en la que participan más de 70 artistas y media docena de espacios culturales. Uno de ellos será, cuando se inaugure en noviembre, el nuevo Museo Kazerne Dossin (13) (Goswin de Stassartstraat, 153; www.kazernedossin.be; 00 32 15 29 06 60), un edificio pentagonal con una amplia sección acristalada, erigido junto a los antiguos barracones donde las SS concentraron a más de 25.000 judíos y gitanos antes de enviarlos a Auschwitz.
19.00 Paseo romántico por el río
Por Malinas pasa el Dijle, río que en su tramo más céntrico cuenta con un paseo flotante de madera, de unos 600 metros, por el que van y vienen las parejas. Cerca queda Unwined (14) (Begijnenstraat, 23; www.unwined.be; 015 41 81 85), una tienda de vinos y un barecito ideal para tomar algo.
20.30 Noche exótica o castiza
A la vera del río se halla también Vismarkt (15), antiguo mercado de pescado y hoy la plaza más caliente de Malinas, de conciertos al aire libre en verano y de terraceo hasta cuando nieva. En el número 8 está De Cirque (www.decirque.be; 00 32 15 20 77 80), un restaurante informal con terraza en el epicentro de la marcha. Otra opción es la cocina marroquí del Ronda (Vismarkt, 10; 00 32 15 34 88 03). En el número 3 abre el Bar Popular (www.barpopular.be). Más castiza es la oferta de Tankertje aan de Dijle (Vismarkt, 20; www.tankertje.be), una taberna a la antigua usanza. Al lado de Vismarkt se encuentra Nauwstraat (16), que no es un local, sino una calle llena de ellos, como Gouden Vis (gente a patadas, terraza sobre el río y wifi gratis), Den Stillen Genieter (tapas españolas y ¡más de 400 cervezas distintas!), Den Akker (más gente y más wifi) y el club Mille.
Tu suscripción se está usando en otro dispositivo
¿Quieres añadir otro usuario a tu suscripción?
Si continúas leyendo en este dispositivo, no se podrá leer en el otro.
FlechaTu suscripción se está usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PAÍS desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripción a la modalidad Premium, así podrás añadir otro usuario. Cada uno accederá con su propia cuenta de email, lo que os permitirá personalizar vuestra experiencia en EL PAÍS.
En el caso de no saber quién está usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contraseña aquí.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrará en tu dispositivo y en el de la otra persona que está usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aquí los términos y condiciones de la suscripción digital.