Calzoncillos en Singapur

Singapur es una sorpresa tras otra”. Ese es el resumen de Fernando Dudka tras su paso por la ciudad-Estado asiática. El artista, que formó parte del Cirque du Soleil y que hasta el 2 de septiembre tiene en cartel el cabaré acuático Soap en el madrileño teatro Caser Calderón, vivió allí la censura.

 ¿Qué les prohibieron hacer?

Hay un número en el que a tres actores se nos ve el culo. Para conseguir la aprobación de los censores, nos pusimos unos calzoncillos. Dieron el visto bueno, pero cuando lo representamos con público de prueba, hubo gente que se fue escandalizada. Aun así, admitieron nuestra solución.

Menos mal.

Es una sociedad compleja. También nos prohibieron un número porque nos metíamos agua en la boca y jugábamos con ella. Allí está prohibido escupir y mascar chicle. Al final, nuestro espectáculo le encantó a la gente.

¿Cómo es la ciudad?

Es como un enorme shopping center. Todo es nuevo, el país tiene menos de cincuenta años. Se rinde culto a las marcas y lo ostentoso es un valor añadido.

¿Subió al nuevo icono urbano?

Cuando llegas es lo primero que ves: las tres torres del nuevo complejo Marina Bay Sands. En la azotea, en el piso 55, hay un parque y una infinity pool increíble. Aunque para mí lo mejor fueron los puestos callejeros de comida thai.

¿Y de noche?

Hicimos una visita a un zoo nocturno. Vimos leones, ardillas voladoras, murciélagos de la fruta, elefantes y perezosos enanos.

¿Alguna fiesta memorable?

Fui a la mejor discoteca de mi vida: Avalon. Es transparente y está sobre el río. Eso sí, es carísima y el alcohol, prohibitivo.

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