Ángeles del espejo
THE MIRROR, un blanco que deslumbra en el Eixample barcelonés
Barcelona cambia sus oficinas por hoteles... Y es que ningún otro negocio parece aquí más rentable que el turismo, ya sea en los bastiones internacionales del barrio Gótico, el Puerto Olímpico o el Eixample mismo, en una de cuyas arterias se encuentra el nuevo establecimiento de la familia González, propietarios también de los exitosos Cram y Àbac. Para no ser menos, la rehabilitación del edificio fue encomendada a GCA Arquitectos Asociados, probablemente el estudio más prolífico del gremio hotelero, dirigido por Josep Juanpere. Su ojo clínico para sorprender y agradar al huésped cobra aquí especial protagonismo en la fachada, retranqueada en dos planos y concebida como una parrilla dinámica de celosías metálicas, supuestamente eficiente en el consumo energético (aunque es justo reconocer el mérito de quien en realidad ha firmado la obra, el arquitecto Josep Riu de Martín). Los interiores resultan aún más llamativos por su blancura funcional, restallante a los ojos. Diáfanos y luminosos, como una caja de resonancia en blanco para el blanco, que alguien ha dicho.
THE MIRROR
Categoría: 4 estrellas. Dirección: Córcega, 255. Barcelona. Teléfono: 932 02 86 86. Web: www.themirrorbarcelona.com. Instalaciones: patio-salón, 4 salas de reuniones (para 328), bar, restaurante. Habitaciones: 58 dobles, 5 suites. Servicios: algunas habitaciones adaptadas para discapacitados, no admite animales. Precios: desde 128 euros la doble (115,20 a través de Booking.com), desayuno e IVA incluidos.
El vaciado del edificio ha configurado en el centro un patio de luces por donde circulan dos ascensores panorámicos y custodian unos ángeles blancos del escultor berlinés Christoph Mertens. El trasiego de la clientela, visible desde todas las plantas, añade un toque cinematográfico al lugar. Basta con sentarse en el pequeño salón en su base para asistir a ese pase privado de la vida en el hotel.
Al fondo, con la cocina a la vista, el comedor alumbra un nuevo capítulo en el itinerario personal del chef Paco Pérez, ganador de tres estrellas Michelin. No se entiende, sin embargo, que la carta incluya platos y técnicas como la meunière, poco acordes a la rutilancia del lugar.
Epoxi blanco en los suelos, esmalte blanco en las paredes, muebles lacados en blanco, espejos, acero inoxidable, piel... También en las habitaciones, el guion dicta una estética pura y funcional dotada de control domótico de las principales utilidades. Ningún color almibara la blancura exigida a los espacios. El vidrio los multiplica y agiganta. La atmósfera es relajada, a pesar de lo inquietante. Hasta la ducha, encapsulada en una cabina de vidrio blanco e integrada sutilmente en el dormitorio, aparece como una pieza de optical art.
Barcelona gana con The Mirror una nueva terraza con vistas a los tejados del Eixample, un nuevo must de la noche copera y gastronómica que, seguramente, madurará con el tiempo.
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