Langostas al son de 'Guantanamera'
El hotel donde se inspiró Hemingway, festín de langosta en salsa criolla o bañarse en playas donde la combinación de arena blanca y aguas turquesas raya lo hipnótico
El alborozo a ritmo de chachachá oculta las carencias que sufre el pueblo cubano. Ni leche, ni jabón, ni pasta de dientes. Antiguos edificios con un encanto especial. Una plaza testigo de la Revolución que provocó la caída de la dictadura de Fulgencio Batista. Cuba, sinónimo de contraste entre la máxima pobreza a las afueras de La Habana y el lujo extremo en Varadero o Cayo Largo. Prohibida la exacerbación, la isla se tiñe de alegría y esperanza ante un futuro anhelado que no llega. Volver a los años 50 en el siglo XXI. Sentir su música en la Plaza del Capitolio. Saborear manjares criollos en hogares de cubanos. Recorrer en bici-taxi o en calesa la ciudad. Disfrutar de aguas cristalinas de revista. Visitar este país se torna onírico, pero seamos realistas y hagamos lo imposible, Che Guevara dixit.
01 La habitación de Hemingway
Si la rumorología sitúa en el hotel Ambos Mundos a personajes de la talla de Federico García Lorca, Ramón Valle Inclán o Emilio Roig, historiador de La Habana hasta los años 60, sí es indudable la estancia de Ernest Hemingway desde 1932 a 1939 en la habitación 511, convertida ahora en un pequeño museo. Al encontrarse en una de las calles más antiguas de La Habana y ser un inmueble acogedor y atractivo, el escritor encontró allí su inspiración para crear algunos capítulos de su obra Por quién doblan las campanas, así como varios artículos publicados en la revista Esquire. El restaurante de la planta superior del hotel contiene una carta con las preferencias culinarias del escritor, además de platos de cocina criolla e internacional. Músicos a ritmo de Guantanamera y mojitos auténticos conforman el añadido perfecto a la soberbia panorámica de toda la Habana Vieja.
02 Como en familia
Para conocer bien un país ayuda mezclarse con sus habitantes, vivir como ellos viven, comer lo que ellos comen. El Restaurante - Paladar La Familia brinda la oportunidad de comer auténtica comida cubana: arroz moros y cristianos y plátano frito, langosta en salsa criolla y refrescantes mojitos para mitigar el sofocante calor de La Habana y una humedad que supera el 80%. Situado en la calle San Juan de Dios nº 65, los propietarios acogen a sus comensales para que se sientan como en su propia familia, de ahí su nombre. Atención excelente, comida suculenta, hermosas vistas desde la terraza. Un camino para comprender la vida y costumbres del país: saber qué hace un cubano cuando descarga una tormenta tropical, enterarse de anécdotas y desventuras desconocidas más allá de sus fronteras; un lugar para aprender y, también, para chuparse los dedos.
03 Isla no apta para herpetofóbicos
Para llegar a Cayo Largo hay que hacer un trayecto en avión de media hora aproximadamente. Los vuelos salen desde La Habana o Varadero. Una vez allí, paisaje exuberante y desplazamientos se hacen en catamarán. Una de las paradas nos conduce a la Isla de las Iguanas, repleta de cientos de ellas. Es habitual hacerse fotografías con estos reptiles, darles de comer y caminar por la isla esquivándolos e intentando no pisarlos (muchos de ellos son de color marrón verdoso y se camuflan extraordinariamente). Aviso a navegantes: es preferible no levantar a las iguanas del suelo. Mejor no tentar a la suerte en forma de dentellada.
04 Cual sirena bajo el mar
La Playa Sirena es considerada la más hermosa de Cayo Largo. Su ubicación la protege de vientos y oleajes. Sus cálidas y serenas aguas atrapan a los bañistas casi eternamente. La perfecta combinación de arena blanca y azul turquesa raya lo hipnótico. Sombrillas caribeñas, zódiacs y piscinas naturales. Buceo y snorkel sobre barreras coralinas, delfines que juguetean (previo pago) bajo las órdenes de sus instructores. Es posible acariciar la suave piel de estos animales o ser propulsado hacia el aire de un brinco. La acogida de los cubanos es el culmen del bienestar. Durante el día, un enorme cocodrilo recibe a los turistas enseñando su dentadura para atemorizarles. Al caer la noche, se dispone a cazar. Dientes largos de cocodrilo y de turistas, ante el paraíso que se despliega ante sus ojos. El verdadero nirvana de lo caribeño.
05 Chapuzón azul turquesa
Varadero es un lugar turístico donde se puede disfrutar de hoteles de lujo, de una extensa playa de aguas cristalinas y de múltiples actividades. Desde iniciarse en el mundo del paracaidismo, a pasear a caballo, recorrer la isla en bicicleta o jugar al golf en un campo de más de 60 hectáreas y tres kilómetros de longitud, aunque el buceo es el deporte estrella. Las profundidades despliegan corales e infinidad de peces de colores. Para los que prefieran estar cerca de la orilla, kayak y barcas a pedales. Cursos de vela permiten que los principiantes puedan introducirse en la mar conociendo los pasos básicos para no volcar, saber cambiar de dirección, agacharse para evitar el coscorrón (y dejar paso libre a la vela mayor) o conseguir volver a la orilla fijándose en el barlovento y sotavento. No obstante, a pesar de la amplia oferta de actividades, la opción triunfadora sigue siendo tumbarse al sol, con daikiri o refresco en mano. Olvidarse de los problemas cotidianos entre chapuzón y chapuzón está asegurado.
GUÍA
Información
» Sitio Oficial del Turismo en Cuba (www.cubatravel.cu). Se puede encontrar información sobre todas las ciudades cubanas (Pinar del Río, La Habana, Varadero, Península de Zapata, Cayo Largo, Villa Clara, Cienfuegos, Trinidad de Cuba, Jardines del Rey, Santa Lucía de Cuba, Camagüey, Las Tunas, Holguín, Granma, Santiago de Cuba y Guantánamo).
Comer
» El Restaurante - Paladar 'La Familia'. Arroz moros y cristianos y plátano frito de entrante. Langosta en salsa criolla como plato fuerte. Refrescantes mojitos para mitigar el sofocante calor de La Habana. Calle San Juan de Dios nº 65. La Habana, Cuba.
Dormir
» Hotel Sandals Royal Hicacos Resort & Spa de Varadero.Recibimiento en la recepción con una copa de champán.Carretera Las Morlas Km. 15. Varadero, Cuba (www.sandalshicacos.com).
» Hotel Ambos Mundos. Donde se inspiró Ernest Hemingway para crear algunos capítulos de su obra Por quién doblan las campanas, así como varios artículos publicados en la revista Esquire. Calle Obispo No. 153. La Habana, Varadero. (www.hotelambosmundos-cuba.com)
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