Durante cerca de dos meses, Míriam, su pareja y el hijo de Paola vivieron en un alojamiento en La Paz, gastando el poco dinero que tenían ahorrado. Cuando los médicos informaron a Paola de que debían amputarle la pierna, la adolescente se asustó y se negó. "Los médicos a veces no saben hablar —cuenta su madre—; le dijeron que hacía unos días habían amputado la pierna de un hombre que habría fallecido a los pocos días”. "Prefiero morir con mis dos pies", dijo entonces la niña. Así que pidieron el alta y regresaron a Uyuni, sin saber aún que la amputación iba a ser, al final, la única solución a la que podrían asirse para que la niña sobreviviera.
La imagen está tomada en Uyuni el 11 de julio de 2019: Paola sostiene a su hijo en el interior de su casa. La adolescente conoció a Samuel, quien ahora es su esposo, en 2018 a través de uno de sus tíos. Samuel trabajaba en un centro de lavado de coches y como mecánico cuando empezaron a salir. Al poco tuvieron al pequeño Joel.
Bolivia es uno de los países con mayor cantidad de embarazos prematuros en Latinoamérica. Según datos del Ministerio de Salud y Deportes recogidos por Unicef, representan un 16,5% del total en el país, lo que significa que al menos 104 adolescentes por día quedan embarazadas. De esa cantidad, seis son niñas menores de 15 años.