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Mantener vivo el papiro en Egipto, pese a la pandemia En los campos del fértil Valle del Delta del Nilo, agricultores y artesanos se esfuerzan en preservar la fabricación de pergaminos, una actividad que se resiente desde que el turismo disminuyera en 2011 y que la covid-19 ha debilitado aún más En los campos del fértil Valle del Delta del Nilo, agricultores y artesanos se esfuerzan en preservar la fabricación de pergaminos, una tradición que se remonta a la época de los faraones. Abdel Mobdi Moussalam, de 48 años, corta cañas de papiro de su tierra en la aldea de al-Qaramous en la provincia de Sharqiyah, al norte de Egipto. La planta de la que nace el pergamino, que parece un plumero, crece en agua y puede llegar a medir cuatro metros de altura. Su forma ha servido de inspiración para decorar las columnas de los templos. KHALED DESOUKI (AFP) En la década de 1970, un profesor de arte en el pueblo de Al-Qaramus enseñó a los agricultores las técnicas milenarias para transformar la planta en el codiciado papel con dibujos ornamentales y textos. El pueblo y sus alrededores, situado a unos 80 kilómetros al noreste de El Cairo, es ahora el principal productor de papiros del país, según los expertos. En la imagen, Abdel Mobdi Moussalam, de 48 años, lleva cañas de papiro recolectadas de su tierra. KHALED DESOUKI (AFP) El turismo en el país del norte de África ha caído desde la revolución de 2011, a lo que se sumó el derribo de un avión de una aerolínea rusa por el grupo Estado Islámico en 2015. La pandemia de covid-19 ha debilitado todavía más al sector: Egipto logró unos ingresos de 4.000 millones de dólares por turismo el año pasado, de los cuales, un cuarto se registraron antes de la crisis pandémica mundial. KHALED DESOUKI (AFP) Actualmente, en Al-Qaramus hay 25 explotaciones y los habitantes tratan de llegar a fin de mes con la venta de papiros. Antes de la revolución, allí había 500 plantaciones, según el agricultor y artista Said Tarakhan. En la imagen, Abdel Mobdi Moussalam y una ayudante preparan tiras de papel empapadas antes de comprimirlas y secarlas en su taller. KHALED DESOUKI (AFP) En la imagen, una mujer (izquierda) usa un hilo para cortar papiro en tiras finas que se empapan y luego se colocan para formar una hoja, antes de comprimirlas y secarlas en el taller. El propietario del taller, Abdel Mobdi Mussalam asegura que hace una década tenía ocho operarios, pero ahora solo tiene dos. KHALED DESOUKI (AFP) Para hacer el papel, los trabajadores utilizan alambre para cortar los tallos en finas tiras, que se sumergen en agua y se colocan una encima de otra para crear láminas. "El papiro es nuestra única fuente de ingresos. Es lo que me da de comer a mí y a mis hijos", explica Abdel Mobdi Mussalam, KHALED DESOUKI (AFP) "Al principio, solo vendíamos localmente a la gente que venía, pero después de la covid, pensábamos que podríamos llegar a más gente, incluso a extranjeros, por internet", explica Mohammed, hijo del agricultor y artista Said Tarakhan. El joven, de 30 años, lanzó hace unos meses una tienda en línea para vender sus nuevos productos. KHALED DESOUKI (AFP) Para los vendedores en las zonas turísticas la situación tampoco es buena. Cerca de las famosas pirámides de Giza, Ashraf al-Sarawi muestra pinturas en papiro en su gran tienda, sin turistas. Asegura que perdió el año pasado la mayoría de los ingresos debido a la pandemia, pero espera que el turismo vuelva pronto. En la imagen, una trabajadora de un taller de papiro corta los tallos en láminas finas. KHALED DESOUKI (AFP) Una vez cortados los tallos, estos se sumergen en agua y se colocan una encima de otra para crear láminas, que se colocan en un compresor para compactarlas, y el papel resultante se deja secar al sol antes de escribir en él o pintarlo con coloridos dibujos. KHALED DESOUKI (AFP) El granjero y pintor Said Tarakhan, de 60 años, dibuja en hojas de papiro en su casa en la aldea de al-Qaramous. El artista asegura que está tratando de producir otros productos de papiro como bloc de notas o cuadernos de dibujo. KHALED DESOUKI (AFP) "Tratamos de pensar de manera diferente para poder seguir", explica Tarakhan, que en 2014 fundó una asociación de fabricantes artesanales de papiro. "La covid nos ha encerrado en nuestras casas y nos ha forzado a mejorar nuestro modelo de negocio", asegura positivo este artista, sentado junto a sus hijos en el salón de su casa. KHALED DESOUKI (AFP)