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Ganarse el pan en Dakar gracias a un caballo Hacinada y atascada de vehículos a motor a diario, muchos ciudadanos de la capital senegalesa optan por conducir carros tirados por equinos para transportar mercancías y personas. Un modo tradicional de sobrevivir en Senegal, donde el 40% de la población vive por debajo del umbral de la pobreza El 5 de mayo de 2021, un carro de caballos recorre las concurridas carreteras de Parcelles Assainies en Dakar. Los conductores transportan mercancías y personas a un precio reducido y, cada vez más, también recogen basura en los barrios que no cuentan con el servicio de camiones oficial. JOHN WESSELS (AFP) Un conductor carga ladrillos en su carruaje en Dakar. Los equinos son omnipresentes en la floreciente ciudad de África Occidental, de 3,5 millones de habitantes, y donde el tráfico crece a diario, con los consiguientes accidentes y atascos. Los conductores de carros sufren la hostilidad de otros usuarios de la calzada que no se adaptan bien al paso lento de los caballos. "Nadie nos respeta. La gente se cree que estamos en el nivel más bajo", dice Malick Seck. JOHN WESSELS (AFP) Un conductor limpia y unta manteca de karité a su caballo antes de un día de trabajo por la capital senegalesa. JOHN WESSELS (AFP) Los caballos son un apoyo para los campesinos que casi no tienen ingresos fuera de la temporada de la cosecha por lo que parte del año se van a Dakar, explica Alphonse Sene, jefe de un departamento del ministerio de Agricultura. Otros viven todo el año en la capital. JOHN WESSELS (AFP) Amanece en los suburbios de Dakar y Mame Mor Anta Ly lava su caballo al abrigo de un puente de carretera, mientras espera que los contraten a los dos. Es uno de los senegaleses que van a la capital con un percherón para ganarse la vida, pero pasan miserias y sufren el desprecio de los habitantes de la ciudad. JOHN WESSELS (AFP) Pathe, un conductor de carruajes de caballos, vende pescado a una clienta en las calles del barrio de Yoff, en Dakar. Alphonse Sene, jefe de un departamento del ministerio de Agricultura, calcula que hay 7.000 conductores de carretas en la capital senegalesa. Y el número va en aumento. JOHN WESSELS (AFP) Pathe guía a su caballo a través de las olas a lo largo de la playa de Yoff, en Dakar. Senegal cuenta con alrededor de un millón de caballos y burros, asegura Emmanuel Boure Sarr, representante de Brooke, una organización de defensa de los animales. "Con la urbanización, la moda del transporte en carreta ha aumentado porque muchos jóvenes se han ido de las regiones para venir a Dakar", señala. La mitad de la población del país tiene menos de 20 años y está desempleada. JOHN WESSELS (AFP) Alrededor del 40% de la población vive con menos de 1,9 dólares (1,7 euros) al día en Senegal, según el Banco Mundial. En comparación, un carretero puede ganar el equivalente a entre siete y 10 euros por día, dicen varios de ellos. Pero su vida es dura. "Es muy difícil", cuenta Mame Mor Anta Ly, quien dice que se gasta 3,7 euros diarios "solo en alimentar al caballo". JOHN WESSELS (AFP) Decenas de caballos se alimentan en abrevaderos improvisados en bidones o bañeras oxidadas bajo un puente en Dakar. Sus dueños esperan en el mismo lugar a que alguien los contrate para alguna tarea tediosa, como el transporte de sacos de cemento, en carretas rudimentarias formadas por un eje, dos ruedas, un varal y una plataforma de madera en la que el conductor suele ir sentado. JOHN WESSELS (AFP)